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Entrevista con la asociación animalista Libera!

«Tenemos una enfermedad cultural llamada tauromaquia»

Fuentes: Lumpen

No son pocos los lugares en la geografía española donde el maltrato a los animales es frecuente en sus fiestas populares y demás eventos. Libera! (Asociación Animalista), por medio de esta entrevista, nos habla con detimiento de este problema y todo lo que le rodea. ¿Creen factible la abolición de las corridas de toros? Sí, […]

No son pocos los lugares en la geografía española donde el maltrato a los animales es frecuente en sus fiestas populares y demás eventos. Libera! (Asociación Animalista), por medio de esta entrevista, nos habla con detimiento de este problema y todo lo que le rodea.

¿Creen factible la abolición de las corridas de toros?

Sí, definitivamente. De hecho creo más posible su abolición que su continuidad.

¿Existen lobbies de presión que tratan de asegurar la continuidad de estas fiestas? ¿Cuáles son sus intereses reales y de qué modo se benefician de este negocio?

Como todas las industrias del mundo, la tauromaquia también tiene sus lobbies de presión política, presión negativa y presión positiva: amenazas y premios. Sus intereses son meramente económicos, la cultura, la tradición, el arte, y todo el ideario de defensa taurino no son temas importantes para los empresarios de la tauromaquia, son estimulantes de compra para el público pero no de venta para el empresario: para sus negocios individuales esas cuestiones les importan más bien poco. Pensemos: han dicho que el toro no sufre en la plaza, y sin embargo el sufrimiento del toro es el epicentro del ritual taurino, el animal que se sobrepone a su dolor y embiste contra su depredador. Sin el dolor del toro la corrida de toros pierde toda su liturgia. El sobreponerse a su dolor es lo que determina su casta y su honorabilidad en la plaza. Sin embargo la industria le da la espalda al aficionado y comienza su campaña de marketing entre un público más numeroso y más ayuno en cuestiones de liturgia, intentando inútilmente justificar las corridas de toros a partir de una falacia… Yo me pregunto: si fuera verdad que el toro no sufre al atravesarlo con una espada hasta reventarle los pulmones y ahogarlo en su propia sangre ¿por qué ese estudio no salió en portada de la revista Science o Nature? ¡Sería uno de los descubrimientos científicos más notables de nuestra época! ¿y sin embargo sólo se ha hecho eco la revista 6toros6?

Acaba de celebrarse el Toro de la Vega en Tordesillas, ¿cuántas fiestas se mantienen hoy en día que se regodean en el sufrimiento de los animales?

Es difícil de saber con exactitud, ya que en pequeños pueblos y aldeas se suelen «celebrar» estas «fiestas» cuando les da la gana, o cuando se han emborrachado lo suficiente. Montan una plaza improvisada con tractores, coches y carros y lidian un animal, normalmente una vaquilla o novillo por ser más inofensivos, y ejecutan un auténtico linchamiento público donde todo vale. Las declaradas son más de 14.000 (no se mata un solo toro en cada una de ellas, el promedio son entre 6 y 7).

¿Qué opinan de la gente que corre en las vaquillas? ¿Creen que las muertes producidas este verano en las fiestas de algunos pueblos han servido para reabrir el debate del «sentido» de estos actos?

En España tenemos un problema de valores, las muertes humanas son una consecuencia más de esta enfermedad cultural llamada tauromaquia. No nos alegramos de estas muertes, al contrario, estamos a favor de la vida de todos los animales incluidos los humanos. No creemos que esas personas sean malas, sólo quieren divertirse, pero lo hacen de forma inconsciente y cruel. Nosotros simplemente no estamos de acuerdo en la forma en que lo hacen, creemos que los Ayuntamientos tienen que dar más opciones de ocio en sus pueblos, pero sin embargo se empeñan en pagar los toros y tener los hospitales y escuelas en pésimas condiciones. Preguntemos a los artistas de los pueblos y ciudades de España qué subvenciones reciben de sus Ayuntamientos. Tenemos una enfermedad cultural llamada tauromaquia, una enfermedad que ataca la escala de valores colectiva. Las subvenciones públicas son un termómetro de nuestra escala de valores. Si en el año 2008 se otorgaron más de 500 millones de euros a la tauromaquia en detrimento de cuestiones como la educación, la sanidad, el medioambiente o la asistencia social, es que España, definitivamente, tiene afectada su escala colectiva de valores.

Los defensores de los toros argumentan que el toreo es un arte, reflejado en obras de artistas como Hemingway o Picasso, sin embargo, ambos escribieron y pintaron también sobre el horror de la guerra en ‘Adiós a las armas’ o en el ‘Gernika’ y eso no convierte a la guerra en un arte. Por otro lado, entre los premiados con medalla de las Bellas Artes de este año, un galardón otorgado por el Ministerio de Cultura a una persona o entidad que trabaja por la difusión del arte y la cultura, figura el torero Francisco Rivera Ordóñez. No es la primera vez en la historia de este premio estatal que se premia a matadores, ¿es posible que la sociedad desligue el toreo de la cultura si desde el poder político no sólo se respeta sino que además se aplaude?

El sector político «pseudo-progresista» español, el PSOE, es miope y a la vez amnésico. Miope porque no es capaz de ver el cambio social que hay en materia de sensibilidad sobre los animales, ni el aumento de asociaciones, socios, simpatizantes y activistas que reclaman derechos para los animales. Amnésico porque no quiere o no puede recordar que el Manifiesto del Partido Socialista Obrero Español de 1917 reivindicaba «la abolición de las corridas de toros y todo espectáculo tendiente a embrutecer al pueblo». Por otra parte el PP se da el lujo de apoyar la tauromaquia en las elecciones generales, mientras podemos comprobar que en todos los casos de corrupción que se van destapando siempre hay metida alguna ganadería de toros de lidia. Ya sabemos de qué pie cojea cada uno. El PSOE no tiene ideario, el PP no tiene vergüenza. Y los españoles votamos cada vez de forma más bipartidista.

Por otra parte coincido en que la capacidad artística de algunas personas no tiene por qué suponer una supremacía moral de las mismas. No olvidemos que Picasso fue tan inmoral con sus mujeres que se terminaron suicidando todas ellas, y el propio Hemingway reconocía que «sólo a un enfermo como a mí le pueden gustar las corridas de toros». Si bien podemos reconocerlos como grandes artistas, tales habilidades no les hacen moralmente más válidos que el resto de los mortales, y al fin y al cabo el debate de las corridas de toros debe tener un fondo ético, y si no no tiene sentido el debate.

Otro argumento muy utilizado por los taurinos es que algunas razas de toros desaparecerían con el fin de las corridas de toros, ¿es cierta esta afirmación?

Podría responder de varias maneras a tales afirmaciones:

– La primera es que aunque existiera tal raza creo que dicho argumento no justifica la continuidad de las corridas de toros.

– Debo decir también que el toro utilizado en la lidia no es un animal creado por la naturaleza, no pertenece a la biodiversidad, se trata de una manipulación genética de años orquestada artificialmente por el hombre. Por lo que su conservación no aporta nada en términos ecológicos. Es como si se extinguiera la raza de perros pitbull. Y además, creo, sinceramente, que el sector taurino debería dejarnos hablar de ecología a nosotros, me cuesta imaginarme al señor de la gomina y el puro en las protestas de Greenpeace.

– Los toros utilizados en la lidia no comportan una raza sino un grupo de individuos con una actitud más agresiva que el resto.

– Por otra parte me gustaría recordar que los toros están subvencionados por la UE y el Estado, y que podrían seguir existiendo aunque no se los lidiase.

Barcelona se autodeclaró ciudad antitaurina en 2004, siguiendo el ejemplo de otros municipios como Tossa de Mar en Girona o Coslada en Madrid. Sin embargo, aún tienen lugar fiestas taurinas en su plaza de La Monumental (regentada por una empresa privada) como la matanza de 6 toros por José Tomás en una fiesta benéfica organizada este mismo año. ¿De qué sirve entonces la declaración local si no toman medidas para hacer respetar los derechos de los animales?

Fueron declaraciones simbólicas, no son vinculantes. Puntualmente en Barcelona la declaración generó una respuesta por parte del sector taurino que revitalizó un torero que cuatro años antes había tenido que irse escoltado de Las Ventas. Un invento de marketing en toda su regla. Y este invento si bien reflota el taurinismo en el corto plazo, nos viene bien porque desanima a los verdaderos aficionados a la tauromaquia. Creo, por tanto, que las declaraciones de ciudades contrarias a las corridas de toros tienen efectividad en el sentido de que hacen que el taurinismo cometa muchos errores estratégicos. Ellos además podrán unirse en un solo frente de batalla, puesto que la industria quiere salvar un negocio y el aficionado la pureza de la actividad. Son objetivos contrapuestos. El corto plazo lo ganará la industria, pero los cambios que van realizando harán que a largo plazo pierdan todo el negocio. Si en cambio esta batalla taurina interna la ganan los aficionados, algo improbable, se reducirían mucho los festejos, pero esa minoría reducida no se aboliría nunca. Pero eso no sucederá.

Una de las primerísimas acciones que acometió Patxi López nada más llegar al gobierno de Euskadi fue retirar un reglamento de espectáculos taurinos que por lo menos establecía unas normas mínimas para el desarrollo de estos espectáculos ¿Cómo sentó que un gobierno que se tildaba de progresista actuara de este modo? Y en relación a este hecho, ¿cómo son las relaciones entre los partidos políticos y el movimiento antitaurino?

Yo no creo que el PSOE o en este caso PSE tenga una política progresista, ni mucho menos, en temática de animales. De hecho me cuesta mucho diferenciarlo del PP. En el Senado votaron lo mismo. En el Congreso votaron lo mismo. En Europa votan siempre lo mismo. Casi no entiendo por qué tienen logos diferentes, al fin y al cabo, podrían compartir local y ahorrase algunos alquileres. Es un partido plagado de taurinos y señoritos cazadores neoliberales. Eso no es progresismo, es clasismo conservador puro y duro. Pero espero que aprendamos de Francia, Bélgica, Alemania, y el voto socialista se desvíe a las opciones verdes y ecologistas. Entiendo que la ecología es la evolución necesaria del socialismo. Si el Partido Socialista no se hace verde para captar ese voto, los votantes dejarán de ser socialistas. Los verdes son los únicos programas políticos que tienen planes para el mundo que vendrá, y no para el mundo que pasó. Los socialistas españoles no tienen ni idea de ecología y medioambiente, la única persona válida que tuvieron en esta materia, la ex Ministra Narbona, acabó marchándose. Y es normal. Yo hubiera hecho lo mismo.

Del otro lado tenemos al PP que lleva años legislando para los intereses propios e individuales de sus cargos electos. Por eso apoyan la tauromaquia: «pan y toros para todos». Hablan de ecología por un lado y por el otro sale Aznar negando el cambio climático. Hablan de protección de la naturaleza y promueven la falta de respeto a ella en las plazas redondas de la sangre. Política bipolar y esquizofrénica. O quizás cortinas de humo para desviar la atención.

Así y todo rescatamos muchas individualidades dentro de algunos partidos, y tratamos de trabajar al máximo posible con estas personas, animándoles incluso hacia una evolución de su propio pensamiento individual respecto a la consideración que se tiene de los animales en el entorno político. El año pasado hemos conseguido que varios cargos electos comiencen a pensar de forma diferente respecto a los animales, ¡incluso algunos de ellos se han hecho vegetarianos o están en proceso de serlo!

Los partidos de los que más receptividad solemos encontrar son los autonómicos.

¿Sabe la gente que una parte de sus impuestos va destinada a la subvención de las corridas de toros? ¿En qué medida los ciudadanos colaboran en esta práctica sin saberlo?

La gente no tiene la menor idea de ello. En la página www.YoTampoco.org podemos ver con detalle y ejemplos cómo los ciudadanos pagamos la tauromaquia, incluso aunque no nos interese, incluso aunque seamos detractores.

En el código penal aparece como delito el maltrato animal referido a un contexto doméstico. Sin embargo, la ley pasa de puntillas por otro tipo de maltratos, ¿cómo valoráis el contenido de esta ley?

Lamentablemente nuestras leyes son bastante hipócritas. Nos horrorizamos por un perro matado a palos, pero nos parece artístico matar a un toro a cuchillazos. Nos parece una aberración un gato destrozado, pero sin embargo no nos importa que se lo hagan a una ternera en un matadero. Y de hecho formamos parte de tal acto aberrante. Las leyes no son justas, no están pensadas para hacer justicia sino para regular la costumbre social humana. Si es costumbre comer seres sintientes entonces regulemos eso para hacerles el menor daño posible. Esto quiere decir que reconocemos que los animales sufren. Esto quiere decir, entonces, que debemos aplicar un pensamiento ético. ¿Y la respuesta es reducir el sufrimiento? Eso no es ético sino autocomplaciente, lo ético sería eliminar el daño y el sufrimiento, teniendo en cuenta además que dicha eliminación es totalmente posible. Tenemos animales encerrados de por vida en zoos. Vemos pasar circos donde se los maltrata de forma sistemática y sin embargo no somos capaces de prohibir el uso de animales en espectáculos.

Lamentablemente en algunos ámbitos podremos mejorar la situación de los animales mediante las leyes, en otros tendremos que recurrir a la ética y la compasión de las personas. Lo que no puede pasar, lo que no debemos admitir, es que si los ciudadanos somos capaces de ver la diferencia entre los animales y las cosas, las leyes no sean capaces de recogerlas. Nosotros no pedimos que los derechos de los animales sean elevados a la altura de las personas, simplemente nos oponemos a que sean rebajados al nivel de las cosas.

Fuente: http://lumpen00.blogspot.com/2009/10/tenemos-una-enfermedad-cultural-llamada.html