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Entrevista al economista Eduardo Garzón Espinosa, ponente en las Jornadas Anticapitalistas de Acontracorrent

«Todo ciudadano tiene derecho a un puesto de trabajo y el estado se lo ha de garantizar»

Fuentes: Rebelión

La Encuesta de Población Activa (EPA) de febrero de 2015 apunta una ristra de datos dramático: 5,4 millones de parados (el 23,78% de la población activa); a pesar del triunfalismo gubernamental, la tasa de paro juvenil se sitúa en el 51,36% y 1,7 millones de hogares tienen a todos los miembros en situación de desempleo. […]

La Encuesta de Población Activa (EPA) de febrero de 2015 apunta una ristra de datos dramático: 5,4 millones de parados (el 23,78% de la población activa); a pesar del triunfalismo gubernamental, la tasa de paro juvenil se sitúa en el 51,36% y 1,7 millones de hogares tienen a todos los miembros en situación de desempleo. Ante este escenario Izquierda Unida ha planteado el Trabajo Garantizado, idea que parte de una premisa muy básica: «Es profundamente absurdo que mantengamos inactivas a personas que pueden y desean trabajar mientras las necesidades de los ciudadanos y el medio ambiente no estén cubiertas». Es decir, mientras haya trabajo.

Empleo público estable y con derechos, salarios que oscilan entre 900 y 1.200 euros mensuales, y un rol central de los ayuntamientos son algunas de las claves del Trabajo Garantizado, iniciativa que se centra en los trabajos socialmente necesarios. El economista Eduardo Garzón Espinosa, miembro de la Fundación por la Europa de los Ciudadanos (IU) y del Consejo Científico de ATTAC, ha explicado esta idea en las jornadas Anticapitalistas del sindicato Acontracorrent. Sus artículos pueden seguirse en el blog «saque de esquina» (una aproximación sencilla, asequible y crítica a la economía).

-¿En qué consiste básicamente la propuesta de Trabajo Garantizado?

Es una medida de política económica que consiste en que todo ciudadano tiene derecho a un puesto de trabajo y el estado se lo ha de garantizar. Hay actividades no remuneradas -como los cuidados, que realizan sobre todo las mujeres- que de esta manera se podrían visibilizar. El Trabajo Garantizado permitiría garantizar necesidades que hoy no están suficientemente cubiertas: educación, sanidad, cuidado de enfermos y mayores, reforestación…). Que no haya empleo no quiere decir que no haya trabajo.

-Una de las críticas previsibles a la propuesta podría ser la siguiente: ¿Cómo se pagaría el empleo público, más aún con el corsé de la Unión Europea, con un endeudamiento público que ronda el billón de euros?

Si contáramos con una economía que tuviera una moneda propia, no habría ningún problema de financiación. Podrías crear todo el dinero, y por tanto todos los puestos de trabajo necesarios, para realizar las actividades citadas. Es cierto que hay limitaciones, pero no las que se nos dicen: el 3% de déficit público y el 60% de deuda pública (son cifras sin rigor científico, limitaciones absurdas incluso en una unión monetaria). Los límites que podría haber es que haya suficientes trabajadores que quieran trabajar, que tengan los conocimientos y habilidades, o que se generen tensiones inflacionistas. Hoy no existe ninguna de estas dificultades.

-¿Cuál es entonces el problema para desarrollar la idea del Trabajo Garantizado?

La propuesta sería de aplicación muy sencilla con una moneda propia. Y aunque no la tuviéramos, con un Banco Central Europeo que nos respaldara tampoco habría problema. Lo que ocurre es que se parte de una concepción neoliberal de la economía que no acepta este planteamiento. Tendríamos capacidad mediante una reforma fiscal progresiva, utilizando recursos que hoy no obtiene la Hacienda Pública (según los técnicos todos los años se podría recaudar en torno al 6,2% del PIB), equiparar las rentas del capital a las del trabajo o incluso una tasa sobre las transacciones financieras. Por otro lado, con el Trabajo Garantizado reduciríamos mucho gasto público en ayudas, subvenciones o formación para los parados.

-¿Se trataría de empleo público, con todos los derechos y garantías?

Sí, desde la propuesta de Minsky en los años 60 se trata de empleo público. Son contratos indefinidos. Las condiciones laborales y los derechos son los mismos que en cualquier puesto de trabajo del sector público. Con una excepción, que es crucial en el Trabajo Garantizado y que se puede considerar una desventaja: que no haya capacidad de negociación salarial. El salario ha de ser fijo y además establecerse un mínimo. No puede establecerse, por ejemplo, un salario de 1.500 euros ya que mucha gente podría salirse del sector privado, y ése no es el objetivo propuesta. Nuestra propuesta salarial oscila entre 900 y 1.200 euros mensuales (en términos brutos con 12 pagas). Habría además tres tramos en función de la diferente cualificación que requieran las actividades.

-¿Qué competencias se les reserva a los municipios?

Toda. La financiación viene del estado pero la competencia es de los municipios. La idea es que se decidan las actividades que van a realizarse en asamblea, con asociaciones vecinales, ONG, cooperativas y ciudadanos a título individual. Los vecinos son quienes mejor conocen las necesidades de su entorno. 

-¿Se ha fijado IU en algún referente para la idea del Trabajo Garantizado?

Nunca se han materializado propuestas de trabajo garantizado universal, pero sí experiencias parciales. Por ejemplo en el «New Deal» de Roosevelt. También encontramos prácticas de Trabajo Garantizado en Nueva Zelanda, Corea del Sur, Sudáfrica y Suecia. En Argentina, en el año 2002, se llegaron a crear dos millones de puestos de trabajo en tres meses para combatir la crisis derivada del «corralito». En IU hemos tomado muchos elementos de la propuesta del gobierno griego. Han entrado en contacto con economistas estadounidenses de la rama post-keynesiana, que son los que estudian el Trabajo Garantizado. Pero en Grecia se han encontrado con las limitaciones insalvables impuestas por la Troika.

-Oficialmente se achaca el desempleo a la falta de movilidad, de emprendimiento, formación o incluso de una mano de obra escasamente adaptada. ¿Cuáles son las causas reales?

La inmensa mayoría de los problemas que hoy tienen los parados no son esos. La cuestión de fondo es que el sector privado no es capaz de generar tantos puestos de trabajo como parados hay demandándolos. Lo que sucede es que nos topamos con la lógica de la rentabilidad. A las empresas no les resulta rentable contratar y por eso no lo hacen. La razón principal es que no tienen suficientes clientes. Esto lo dicen hasta tres encuestas diferentes sobre autónomos, pequeñas y medianas empresas. Si tuviéramos mayor demanda agregada, aumentaría la capacidad adquisitiva, las ventas, los ingresos y las contrataciones.

-Pensando en las dificultades de Syriza, ¿Hay margen de maniobra para aplicar el Trabajo Garantizado?

Grecia no está en la misma situación de España. Tiene un menor margen de maniobra y más compromisos adquiridos con la Troika. Vivimos ciertamente en una dictadura de la élite económica para impedir que aumente la inflación o se les enturbie el negocio bancario. Pero cuando hablamos del Trabajo Garantizado, se trata de que la gente tenga armas y diga: si no nos deja la Unión Europea, habrá que rebelarse contra ella; porque si esta propuesta es posible y no nos dejan, es que hay un problema…

-¿Por qué plantea Izquierda Unida el Trabajo Garantizado y no la Renta Básica Universal? El trabajo es muy precario, no hay empleo suficiente y además se consolida la categoría de «trabajador pobre».

Por muchos motivos. La Renta Básica dice que no hay suficiente trabajo para todos y habla de la precariedad, pero esto es según la lógica del sector privado. Preferimos el Trabajo Garantizado a la Renta Básica por varios motivos. En primer lugar, es más eficiente en la asignación de recursos. A lo mejor un profesor o un médico no necesitan la renta básica. Lo que querrán es que ese dinero se destine a mejorar los servicios públicos o generar puestos de trabajo. El segundo problema de la Renta Básica Universal es que los empresarios lo saben. Pueden decir: si tienes asegurados 650 euros del estado, ¿para qué te voy a pagar 800? Si te pago menos, incluso a lo mejor sales ganando. Es decir, a lo mejor se convierte en una subvención encubierta a los empresarios. Si le damos dinero a la gente, vamos a hacerlo con una cierta condicionalidad: hay responsabilidades que realizar en nuestras sociedades. Si hay que cuidar a los niños o los bosques, vamos a animar a la gente a que lo haga.

-En algún artículo has escrito sobre el potencial del Trabajo Garantizado como arma para combatir el capitalismo…

Sí, en el sentido de que fortalece lo público, que al final es lo que escapa y hace daño al capitalismo. Por ejemplo en España defendemos y valoramos la sanidad pública (incluso gente de derechas). Si con el Trabajo Garantizado fortalecemos lo público y además nos permite enseñarle a la gente que es lo importante y tiene utilidad (cuidados, dependencia, servicios sociales…), la gente saldrá a defenderlo.

-¿En qué lugar quedan las propuestas de reducción de la jornada laboral y reparto del trabajo?

Se mantienen. Nuestra propuesta, de hecho, es de 35 horas semanales. Se trata de que la gente trabaje menos y de que también haya un reparto del tiempo. Cuando el cuidado de niños, ancianos y dependientes se esté repartiendo solidariamente entre la población, se estará repartiendo el tiempo. La madre que está en casa encargándose de cuidar al niño, tendrá la posibilidad de pasarse al sector privado a trabajar, porque no tendrá esa carga familiar.

-Por otra parte, has dicho por escrito que la Unión Europea no ha rescatado a Grecia…

Porque lo que se ha hecho es rescatar a los bancos acreedores (alemanes y franceses) de los agentes económicos griegos. Los bancos alemanes y franceses realizaron los préstamos al estado y la banca griega antes de 2010. Lo que ha hecho la Unión Europea, con el llamado «rescate», es darle dinero a Grecia (al estado y también a los bancos) para que puedan devolverles el dinero a los acreedores. Tan es así que los bancos alemanes y franceses ya han retirado sus posiciones de Grecia. Se han liquidado las deudas y no sufrirían en caso de impago. Ha sido un rescate perfecto. Actualmente la deuda griega es con el resto de estados europeos, el FMI y el BCE.

-En tu currículo aparecen textos muy especializados en Ciencias Económicas. ¿Se trata de hacer pedagogía?

Se utiliza la Economía, y todos los términos económicos que en ella se encuentran, para confundir y engañar a la gente. ¿Por qué no se enseña Economía relacionada con la política en la educación primaria? Se intenta ocultar a la gente todo lo que pueda servir de herramienta para observar que vivimos en un mundo injusto. Que hay gente que se beneficia de ese estado de cosas y, por tanto, tratan de evitar que los de abajo se rebelen. La Economía, que es política, es un elemento a controlar. Se considera importante que la gente no sepa que hay ricos viviendo muy bien porque hay mucha gente pasándolo muy mal.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.