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Tres preguntas sobre la nueva presidencia en Cuba

Fuentes: OnCuba

Es difícil prever el signo de los próximos tiempos para Cuba. La mayoría de los relatos que circulan sobre el reciente «cambio de poder» en la Isla no ven en el nuevo gobierno, acabado de estrenar, con una nueva legislatura de la Asamblea Nacional y un nuevo jefe de Estado, un factor de cambio radical. […]

Es difícil prever el signo de los próximos tiempos para Cuba. La mayoría de los relatos que circulan sobre el reciente «cambio de poder» en la Isla no ven en el nuevo gobierno, acabado de estrenar, con una nueva legislatura de la Asamblea Nacional y un nuevo jefe de Estado, un factor de cambio radical.

Ahora el rostro del poder es el de un ingeniero nacido en 1960, que no estuvo en la Sierra Maestra pero que acumula una sostenida experiencia en todos los niveles de la actividad política en Cuba. Eso, per se, es una gran novedad. Pero acaso no sea suficiente.

Miguel Díaz-Canel hereda como Jefe de Estado una Cuba de doble moneda, sometida al bloqueo de Estados Unidos y en medio de un enfriamiento de las relaciones con ese país, con una economía deprimida. Un país que, además, envejece aceleradamente y continúa marcado por una fuerte tendencia a la emigración. ¿Se acelerará el proceso de reformas? ¿Cuándo y cómo se modificará la Constitución? ¿Cuál es el estilo de liderazgo deseable? ¿Cambiarán las formas de hacer política en Cuba?

En un contexto de tantas interrogantes, OnCuba ha indagado entre un grupo de cubanos su opinión, a partir de tres preguntas:

1. ¿Cuál es la diferencia más notable que usted aprecia en esta transición? 2. ¿Qué es lo más urgente para el nuevo presidente? 3. ¿Qué debe mantener a toda costa?

Silvio Rodríguez

Poeta y trovador

La diferencia: Que no es uno de los fundadores de la Revolución.

La urgencia: Conectar con el pueblo.

A mantener: Nuestra soberanía antimperialista.

María Mederos

Profesora

La diferencia: Las vivencias de acción de los históricos cuando cambiaron el país y las vivencias sólo burocráticas y políticas de quien les sucede.

La urgencia: Estimular el desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de producción. Pero no desfasado de lo social.

A mantener: El sentido de identidad que tenemos los cubanos, que debería ser reconocido desestigmatizando a los cubanos que vivimos fuera.

Vanessa Batista

Cineasta cubana

La diferencia: No he estado en Cuba permanentemente los últimos tiempos.

La urgencia: Poner en buen rumbo la economía, llevar a cabo una serie de reformas que permitan un crecimiento real y palpable en la sociedad. A la par, ganarse la confianza del pueblo y de los poderes que deberán apoyarlo en decisiones muy importantes que deberá tomar.

A mantener: La «gratuidad» de la educación y la sanidad pública.

Gustavo Arcos

Crítico de cine y profesor

La diferencia: No veo transición. Es un cambio de nombre, de figura y de generación, motivado no por una conciencia de que debe producirse un cambio real, sino por los imperativos biológicos. Las mismas estructuras de poder se mantienen. El nuevo ejecutivo es, como el anterior, juez y parte en el proceso.

La urgencia: Ni idea. Supongo que tendrá que lidiar con los problemas internos de su propio gabinete, conformado por personas con diferentes criterios acerca de cómo conducir el país. Gente más conservadora o más propensa a los cambios.

A mantener: No pudiera decir qué debe mantener, ya que no me queda claro cuál es su intención. No hemos escuchado aún cuáles son sus prioridades, no sabemos cuál será su gabinete y qué área requerirá, de su parte, mayor atención. Supongo que intentará conservar el programa de asistencia social y desarrollo cultural generado por la Revolución, sin embargo, todo pasa por la economía y la nuestra nunca ha tomado vuelo.

Harold Cárdenas

Bloguero y analista

La diferencia: Que se trata de una nueva generación con necesidad de encontrar otras fuentes de legitimidad.

La urgencia: Garantizar la continuidad de la Revolución y un relevo generacional exitoso en los próximos tres años.

A mantener: …y desarrollar los logros sociales de Cuba. Pero las políticas del nuevo presidente y su (probable) éxito en esto estarán marcadas por la necesidad de no socavar a la generación anterior. La suposición de que un elogio o éxito de nuevas generaciones significa una crítica velada a la generación histórica, tiene el potencial de hacer mucho daño en el futuro.

Ivan Giroud

Presidente del Festival de Cine de La Habana

La diferencia: No creo sea una transición. Está planteada una continuidad.

La urgencia: La definición de un estilo por el nuevo presidente. De su estilo.

A mantener: Lo que debe defender a toda costa es la coherencia.

Pável Vidal

Economista

La diferencia: Llegará a dirigir el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros una nueva generación de políticos, que no participó en la lucha revolucionaria de los años 50 y que son en muchos casos desconocidos para gran parte de la población. Como han estado a la sombra de los políticos históricos, no sabemos muy bien cómo piensan realmente y qué nueva Cuba quisieran impulsar, pero esperamos que tomen decisiones que no repitan los errores del pasado.

La urgencia: De las reformas planteadas por Raúl Castro solo se han aplicado el 20 por ciento. El cambio más fácil de poner en práctica es la apertura a la inversión extranjera, algo que ya viene sucediendo. Luego, están una mayor liberalización del sector privado, permitir que los profesionales puedan crear empresas medianas y pequeñas, o promover una mayor inversión en la isla de cubanos residentes en el exterior.

A mantener: La promoción de las inversiones nacionales y extranjeras para lograr detener la descapitalización de la economía.

Juan Manuel Álvarez Tur

Profesor en la Universidad de Ciencias Informáticas

La diferencia: De momento resulta apresurado emitir un criterio en este sentido.

La urgencia: Hacer tangible la posibilidad real de salir adelante en el orden económico. Esto precisará avanzar decididamente en: 1) eliminar la dualidad monetaria y cambiaria; 2) la reforma salarial en el sector presupuestado de la economía; y 3) establecer -tanto en la ley como en la práctica social- un enfoque definitivo y racional respecto al papel de la propiedad privada en el país.

A mantener: Un aserto que recordaba el discípulo de un intelectual que nos hace mucha falta como Fernando Martínez Heredia: al socialismo -si socialismo ha de ser- le importa el color del gato, no solo que cace ratones.

Arturo López-Levy

Analista y Profesor en la Universidad de Texas

La diferencia: La legitimidad carismática asociada a Fidel Castro como líder histórico. Entre 2008 y 2011, la mera presencia de Fidel respaldó el ascenso a la presidencia de Raúl Castro, y con su toma de partido bajó la temperatura a cualquier fricción en torno a la democión de Carlos Lage y Felipe Pérez. En lo internacional, siguió representando un atractivo para la visita e interacción con Cuba de jefes de estado, intelectuales, líderes políticos y artistas. En esos zapatos, no caben ni Raúl como patriarca retirado ni Díaz-Canel como presidente. El sistema político requiere hoy de nuevas zonas de legitimidad.

La urgencia: Implementar las reformas ya adoptadas y procesadas como necesarias en los VI y VII congresos del PCC. La reunificación monetaria, la creación de un marco adecuado de relaciones entre el sector estatal y no estatal, y la descentralización económica y política.

A mantener: La soberanía, como paradigma óptimo para debatir con libertad dentro de la comunidad nacional y alcanzar otros ideales, como el desarrollo económico, un estado de bienestar, y la democratización incremental del país. La soberanía supone que el pueblo decide rumbo y gobierno con criterio mayoritario, libre de interferencias ni imposiciones externas, pero con respeto por las minorías leales que tienen derecho a competir por ser mayoría. Lo otro es usar el patriotismo como último recurso de los pícaros para acallar el disenso.

Fuente: http://oncubamagazine.com/sociedad/tres-preguntas-la-nueva-presidencia-cuba/