En los pasados días, algunos medios se hicieron eco fuera de Cuba sobre un intenso debate en torno a los contenidos de algunos programas de la televisión cubana. En ellos aparecían tres ex funcionarios cubanos que protagonizaron un papel importante en graves errores de la política cultural cubana de hace décadas. Si bien este debate […]
En los pasados días, algunos medios se hicieron eco fuera de Cuba sobre un intenso debate en torno a los contenidos de algunos programas de la televisión cubana. En ellos aparecían tres ex funcionarios cubanos que protagonizaron un papel importante en graves errores de la política cultural cubana de hace décadas. Si bien este debate se desarrolló dentro de la isla en clave constructiva y de importante aportación intelectual, algunos medios extranjeros intentaron presentar la situación como un cambio en la política gubernamental cubana asociada a la presencia temporal de Raúl Castro al frente del país. Esta declaración de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba ayuda a situar en sus justos términos la discusión.
El Secretariado de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) comparte la justa indignación de un grupo de nuestros más importantes escritores y artistas como consecuencia de recientes emisiones de tres programas de la Televisión Cubana: «Diálogo abierto», «La diferencia» y en particular «Impronta».
A partir de las mismas, se generó un intenso intercambio de opiniones. Desde fuera de Cuba, algunos intervinieron con honestidad en la polémica; otros, trabajando obviamente al servicio del enemigo, han querido manipularla y sacar provecho de la situación creada. Quedarán definitivamente frustrados, una vez más, aquellos que pretenden ver en el debate entre revolucionarios posiciones ambiguas, fisuras u oportunidades para su agenda anexionista.
El pasado 9 de enero se convocó una reunión del Secretariado de la UNEAC con los creadores que habían participado inicialmente en ese intercambio para evaluar los hechos y consensuar una respuesta. La preocupación fundamental de los compañeros allí reunidos, consistía en que los mencionados programas pudieran responder a una intencionalidad y expresar una tendencia ajena a la política cultural que ha garantizado y garantiza nuestra unidad. Fue de la mayor importancia contar desde el primer momento con el más absoluto respaldo de la dirección del Partido.
El 12 de enero la Presidencia del ICRT (Instituto Cubano de Radio Televisión) nos ofreció una explicación detallada sobre los resultados iniciales de un análisis acerca de estos programas. Se puso de manifiesto que no respondían a una política del organismo y que en su gestación y realización se habían cometido graves errores. En la discusión, se hizo evidente la necesidad de trabajar de conjunto, el ICRT, la UNEAC y las instituciones culturales, en la promoción a través de los medios de obras y creadores que expresen las auténticas jerarquías intelectuales y artísticas de la cultura cubana.
No nos dividirán ni las torpezas ni los que quieren aprovecharse de ellas para dañar a la Revolución. La política cultural martiana, antidogmática, creadora y participativa, de Fidel y Raúl, fundada con «Palabras a los intelectuales», es irreversible.
Secretariado de la UNEAC