Solo escasos dos meses fue el tiempo que demoró una respuesta a la comunidad de los municipios españoles, a diferencia de los años que lleva en Argentina lograr una ordenanza que proteja a los habitantes de la exposición a los plaguicidas, y que luego tampoco se cumple. Mientras España siguen sumando municipios que prohíben el […]
Solo escasos dos meses fue el tiempo que demoró una respuesta a la comunidad de los municipios españoles, a diferencia de los años que lleva en Argentina lograr una ordenanza que proteja a los habitantes de la exposición a los plaguicidas, y que luego tampoco se cumple. Mientras España siguen sumando municipios que prohíben el uso de glifosato nuestro país da rienda suelta a las fumigaciones, al cajoneo de proyectos de ley y a la sistemática violación de los derechos básicos de todo ser humano. Los primeros ayuntamientos en lograr la prohibición del agroquímico fueron : Buenavista, El Rosario y Los Silos. Esta semana se sumaron El Tanque y Santiago del Teide. La campaña de la plataforma «No más veneno en Canarias» sumó a más diecisiete grupos, entre los que hay agricultores, ganaderos, asociaciones ecologistas y miembros de la Plataforma Canarias Libre de Transgénicos, comenzaron en abril una lucha a favor de la prohibición de las herbicidas contaminantes en lugares públicos bajo el lema de «Los herbicidas nos enferman«.
En los meses que ha durado la campaña, indicó la portavoz, se han presentado petitorios en ayuntamientos, cabildos y a la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno canario.
El pedido consiste en la prohibición de usar el herbicida en las orillas o zonas adyacentes a autopistas y carreteras, parques, jardines y todo tipo de lugares públicos. Así también en campos de deportes, aéreas de recreo, recintos escolares y espacios cercanos a centros de asistencia sanitaria. «Para ello existen otros medios mecánicos y térmicos no contaminantes» expresaron. Fundamentan la nota presentada haciendo referencia a la Directiva Marco 2009/128/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de «Uso sostenible de plaguicidas», aprobada por el Parlamento Europeo en 2009 específicamente los puntos 14,15 y 16 de dicha norma.
«El glifosato tiene efectos sobre la salud ya que interfiere en el funcionamiento hormonal de células humanas, provoca nacimientos prematuros, abortos, mieloma múltiple y el linfoma non-Hodgkin», aseguró Victoria Caminos, la portavoz de los grupos. Lamentó que ayuntamientos como el de La Laguna «no han hecho caso a la campaña» y han dicho que usan el glifosato y «lo seguirán usando» manifestando que la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno canario permite el uso del pesticida. Caminos también criticó que en estos meses esa misma Consejería de Medio Ambiente no ha respondido a la instancia presentada por el movimiento, que ha recogido más de 2.000 firmas en contra del uso del glifosato.
Otro de los fundamentos de la petición fue adjuntar el estudio de los científicos Michael Antoniou, Paulo Brack, Andrés Carrasco, John Fagan, Mohamed Habib, Paulo Kageyama, Carlo Leifert, Rubens Onofre Nodari y Walter Pengue: «GM Soja ¿Sustentable? ¿Responsable?» de septiembre de 2010.
Entre algunas de sus conclusiones los investigadores manifiestan que «El cultivo de soja RR pone en peligro a seres humanos y animales, la salud, los daños al medio ambiente, y tiene un impacto negativo en las poblaciones rurales. Es engañoso describir a la producción de soja como sustentable y responsable. Solo envía un mensaje confuso a los consumidores y toda la cadena de suministro, e interfiere con su capacidad para identificar los productos que reflejan sus necesidades y valores».
El informe fue publicado por ARGE, la Asociación para la Producción de Alimentos Libre de transgénicos con sede en Viena, Austria, cuyo objetivo es un marco fiable para la producción, etiquetado y control de los alimentos genéticamente modificados. ARGE es un miembro permanente del Grupo de Expertos de la Organización del Codex de Austria. Acompañan la iniciativa el GLS Bank, el primer banco social y ecológico de Alemania que se centra en proyectos culturales, sociales y ecológicos. Todas las iniciativas que reciben sus préstamos son publicado en su revista «Bankspiegel». El banco posee además la Fundación GLS Treuhand (GLS Charitable Foundation Trust), una asociación de más de 290 organizaciones de caridad. Son las tres organizaciones que avalaron dicho estudio.
La asociación ARGE además organizó en un salón del Ministerio Federal de Salud en Viena, el 28 de abril de 2011, un evento donde entre otros científicos contó con la presencia del Dr. Andrés Carrasco representando a la Argentina. El simposio en torno al tema de la soja escuchó en detalle la exposición: «Efectos sobre la salud del cultivo de soja GM en Argentina» realizada por el científico argentino.
Es destacable que estos estudios se adjunten a la normativa recientemente sancionada en España, cuando nuestro país hace caso omiso a ellas y para lograr una simple ordenanza comunal acorde a la ley de cada provincia se deba llegar a instancias bochornosas como los casos de Ibarlucea en Santa Fe, Mercedes y Luján en Buenos Aires, solo por nombrar los más recientes.
Nuestros científicos Walter Pengue, Andrés Carrasco y las eminencias que acompañan la autoría del estudio, dan cuenta que no necesitamos repatriar científicos cuando quienes honestamente la profesan son locales, atacados y desprestigiados por el hecho de «hacer ciencia» y no oscurantismo mercenario. La desidia y la falta de interés en nuestro país por dar una solución definitiva al tema fumigaciones y a las falacias sobre la inocuidad del glifosato son tan evidentes como el anacronismo Tecnópolis-Samcos santafesinos.
No hay frase más certera que defina tanto extravío como que: «La democracia es tan cómoda que incluso piensa y decide por nosotros«. Han decidido alguna vez encerrar a los pueblos en campos de concentración, luego en campos de detención, hoy se llaman campos de soja, un holocausto, pero a cielo abierto.