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En dos mil caracteres

Un mapa que explica lo obvio

Fuentes: Rebelión

El pasado 6 de abril, el diario Público difundió un mapa mundial con datos procedentes de la organización Wildlife Conservation Society y el Center for International Earth Science Information Network. Se trata del Mapa de la huella humana e índice de biocapacidad. El documento permite apreciar, por países, el «índice de biocapacidad», que es la […]

El pasado 6 de abril, el diario Público difundió un mapa mundial con datos procedentes de la organización Wildlife Conservation Society y el Center for International Earth Science Information Network. Se trata del Mapa de la huella humana e índice de biocapacidad. El documento permite apreciar, por países, el «índice de biocapacidad», que es la comparación entre las hectáreas existentes por habitante y las que serían necesarias, también por habitante, para cubrir los recursos consumidos en cada país. El reportaje recurre a este cálculo para dar la voz de alarma sobre el hecho de que la media mundial es de 1,8 hectáreas por habitante, mientras que el consumo es de 2’2, lo cual muestra que la evolución es claramente insostenible para el planeta.

Si estudiamos el mapa por países, podremos apreciar que, por ejemplo, Estados Unidos tiene 4’7 hectáreas por habitante, pero consume lo equivalente a 9’5; España posee 1’7 y consume 5’3; Japón tiene 0’7 y gasta 4’3. Es evidente que sólo resulta posible consumir tres o cuatro veces más los recursos de que dispone un país si lo hace a costa de otros, donde se consuma por debajo de los recursos que poseen. Así, continuando con nuestro mapa, encontramos que en Gabón disponen de 19’2 hectáreas por habitante, pero consumen 1’4; o en Bolivia, donde si bien cuentan con 15 sólo utilizan 1’3, y en Brasil, que posee 9’9 pero consume 1’1.

Por supuesto, el mapa no permite percibir las desigualdades dentro de cada país, pero sí ofrece una fotografía absolutamente desideologizada y objetiva de cómo los países desarrollados se están «comiendo» la riqueza de los países pobres. Si en Gabón se mueren de hambre porque cada ciudadano consume sólo los recursos de 1’4 hectáreas, a pesar de que tienen 19’2 hectáreas por cada gabonés, es porque la riqueza de dichas hectáreas se la están comiendo en el Reino Unido o en Japón, donde consumen cuatro veces más recursos que los correspondientes a sus hectáreas disponibles. Y si en Bolivia, el segundo país más pobre de América Latina, poseen catorce veces más hectáreas de las que están consumiendo es porque quizá esos recursos terminan utilizados en Estados Unidos o en España, que utilizan el doble o el cuádruple, respectivamente.

Aunque, como diría el Che Guevara, desgraciados los tiempos en que hay que explicar lo obvio.

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