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El último mandatario argentino en viajar fue Alfonsín

Un presidente en Cuba, 23 años después

Fuentes: Pagina 12

Cuentan los memoriosos que durante un encuentro entre Raúl Alfonsín y Fidel Castro, el entonces presidente argentino invitó al cubano a que «cuando terminara su mandato» pescara con él en la laguna de Chascomús. «¿Y para qué esperar tanto?», fue la salida del líder cubano, que no tenía entre sus planes un retiro inmediato. Fidel […]

Cuentan los memoriosos que durante un encuentro entre Raúl Alfonsín y Fidel Castro, el entonces presidente argentino invitó al cubano a que «cuando terminara su mandato» pescara con él en la laguna de Chascomús. «¿Y para qué esperar tanto?», fue la salida del líder cubano, que no tenía entre sus planes un retiro inmediato. Fidel Castro, que había pescado con Ernest Hemingway, nunca sacó un pejerrey en la ciudad natal del dirigente radical. Tampoco recibió, desde el viaje de Alfonsín en 1986, otra visita de un presidente argentino. Con la llegada de Cristina Fernández de Kirchner se llenará un vacío de 23 años. Este viaje, coinciden los especialistas, confirma el acercamiento bilateral, pero además se inscribe en la intención de América latina de otorgar al país caribeño un nuevo rol en el plano internacional y terminar definitivamente con el aislamiento que años de alineamiento regional con Estados Unidos habían significado para Cuba.

La visita de Cristina Kirchner se produce en un momento especial para la isla. Por un lado, hay expectativa sobre lo que puede significar la inminente asunción de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos. A la vez, luego del alejamiento obligado de Fidel Castro del primer plano, su hermano Raúl, a cargo de la presidencia, ha hecho gestos aperturistas. «No es por una cuestión de personalidad, ya que nada se hace en Cuba sin la venia de Fidel, más bien parece que aprovecharon el momento», señala un funcionario argentino que conoce la historia y la actualidad cubana. Lo cierto es que hay vientos de cambios en la isla, pero también los hubo en la región. «El viaje hay que leerlo como parte de la incorporación plena de Cuba al concierto regional. Cristina Kirchner ratifica la posición latinoamericana para que Cuba encuentre un lugar. Va en la misma línea de la incorporación de Cuba al Grupo Río (que se llevó a cabo en diciembre pasado en Brasil). América latina en su conjunto toma la decisión de abrazar a Cuba para que ese proceso se realice dentro de esa familia. Que la visita coincida con la asunción de Obama es también una señal de América latina de que Cuba tiene que estar integrada al esquema diplomático regional», señala a Página/12 el sociólogo Gabriel Puricelli, coordinador del programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas. «Las predicciones del derrumbamiento de Cuba con la enfermedad de Fidel no se dieron, al contrario, Cuba está más acompañada internacionalmente que antes y este viaje ratifica la tendencia», acuerda el analista Isidoro Gilbert, que fue jefe de la corresponsalía local de la agencia soviética de noticias (TASS). En este contexto se inscriben las visitas de otros mandatarios de la región a la isla. El presidente brasileño Lula da Silva, que se ofreció como mediador para que Estados Unidos levantara el bloqueo, estuvo allí el año pasado y Raúl Castro viajó a Brasil en diciembre no sólo para la cumbre de América Latina y El Caribe sino también para una visita oficial. Este mes también estuvieron el ecuatoriano Rafael Correa y el panameño Martín Torrijos. El mes entrante la visitante será la chilena Michelle Bachelet. El politólogo Marcelo Cavarozzi, decano de la Escuela de Estudios de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín, coincide con el diagnóstico y agrega: «El aislamiento que pretendía Estados Unidos ha perdido apoyo no sólo en Latinoamérica sino también a nivel mundial».

Un funcionario de alto rango de la Cancillería también explica el acercamiento regional por la actualidad de la isla y por la situación en el Norte: «El bloqueo se va a acabar en poco tiempo. Y Cuba está dando gestos de apertura. El objetivo es que Cuba se sienta recreando su nuevo lugar en el mundo desde adentro de la región y que, en esta nueva etapa, no haga eje en su relación con Estados Unidos».

La piedra en el zapato

En términos de la relación bilateral, la visita oficial de la Presidenta implicará -según términos usados por funcionarios argentinos- el «fin del congelamiento». «Con Néstor Kirchner hubo un cambio interesantísimo, la presencia de Fidel Castro en su asunción generó grandes ilusiones, sobre todo en un sector del gobierno que se definía como setentista, pero después el diablo metió la cola», opina Gilbert. La piedra en el zapato en la relación entre la Argentina y Cuba en estos cinco años fue la médica Hilda Molina y su pedido de salir de la isla junto a su madre y viajar a Buenos Aires para ver a su hijo y conocer a sus nietos.

«Es correcto que Argentina insista en este caso. Debería haber un gesto de Cuba, ya que Cuba es la que más gana con el fortalecimiento del vínculo entre ambas naciones», sostiene Cavarozzi. Para Gilbert, el conflicto se generó no tanto por el reclamo en sí sino por la forma en que se realizó: «Entiendo que se debería respetar el derecho de esa señora de entrar y salir de la isla. Pero la experiencia indica que no se le sacan concesiones a Cuba a los empujones; cuando lo intentó (el ex canciller Rafael) Bielsa fue un fracaso». Es real que la estrategia silenciosa del ministro Jorge Taiana tuvo mejores resultados. La madre de Molina, Hilda Morejón, está desde hace siete meses en Buenos Aires y su viaje fue negociado con discreción y anunciado pocos días antes de que se concretara. «Pase lo que pase, no va a ser para consumo de los medios», advirtieron en la Cancillería. No hay señales que indiquen que los frutos de las gestiones por la neurocirujana se verán durante la visita oficial. La propia Molina, que había entregado una carta en la embajada argentina en Cuba en la que solicitaba una entrevista con la Presidenta, señaló que retiraba su pedido para no entorpecer una futura negociación.

Argentina acreedor

Además del apoyo político y el afianzamiento del vínculo entre ambos países, la presencia de Cristina Kirchner y la comitiva que la acompaña -cinco ministros, secretarios de Estado, legisladores, gobernadores y cerca de cien empresarios- serán una oportunidad para firmar convenios en distintas áreas (agricultura, energía, ciencia y tecnología, salud, transporte) y profundizar las relaciones comerciales. El intercambio de la Argentina con la isla ronda los cien millones de dólares y si bien no es mucho en términos absolutos, algunos analistas sugieren que la cifra podría duplicarse o triplicarse.

Un escollo a superar es la deuda que Cuba mantiene con la Argentina. Se trata de un préstamo que Juan Domingo Perón y su ministro de Economía José Ber Gelbard concedieron en 1974. Según los cálculos del gobierno argentino, a septiembre de 2008 la deuda, que es administrada por el BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior), asciende a unos 2300 millones de dólares (1300 de capital y otros mil de intereses). En octubre de 2003, en una visita a la isla -preparatoria de un viaje de Néstor Kirchner que luego no se concretaría-, Bielsa inició negociaciones que apuntaban a otorgar una quita y a la vez buscar mecanismos para saldar la deuda, pero las gestiones quedaron como la relación: «congeladas». El tema no está previsto en la agenda oficial de Cristina Kirchner, pero en la Cancillería especulaban con la posibilidad de acordar una declaración conjunta sobre la voluntad de llegar a un acuerdo.

La importancia de la misión comercial divide a los analistas. «Hay otros mercados potencialmente mejores que el cubano. Creo que la jugada está pensada en términos políticos y todo acercamiento comercial es también un gesto político», asegura Cavaro-zzi. Para Gilbert, en cambio, la delegación empresarial que estará presente en Cuba habla de la disposición a multiplicar el comercio bilateral. «Hay que tener en cuenta que el viaje se da en un momento especial de crisis global y cuando la Argentina está en plena búsqueda de nuevos mercados, como lo ejemplifican los viajes que la Presidenta hizo al Magreb y a Rusia y los que hará a la India y Corea», explica.

Cerca de 40 empresarios argentinos ya comenzaron sus negociaciones en La Habana. El lunes y el martes pasado se llevó a cabo el seminario de oportunidades comerciales entre Cuba y Argentina, del que participaron alrededor de 40 argentinos -esta semana se sumarán otros 50- y que cerrará Cristina Kirchner durante su visita. Algunos de ellos consiguieron iniciar tratativas para exportar sus productos a la isla.