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A veinte años del concepto fidelista de Revolución

Un Primero de Mayo en tiempos de Covid-19

Fuentes: Rebelión

La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) llamó el 24 de abril a conmemorar el 1ro. de Mayo, en el escenario nuestros hogares, convertidos en bastiones de la batalla contra la pandemia del COVID-19. La convocatoria se realizó bajo la advocación de los ciento cincuenta años del nacimiento de Vladimir Ilich Lenin, genial, conductor de la Gran Revolución de Octubre. Este año por demás arribanos a los veinte años de la formulación por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, del concepto de Revolución, que nuestro líder realizara en el acto por el 1ro de mayo del año 2000.

El trabajo de elaboración por Fidel de la categoría Revolución, se puede encontrar desde sus primeros documentos y discursos políticos. Es un resultado precisamente de su praxis martiana y leninista. Tuvo su primera concreción teórico-movilizadora en “La Historia me absolverá”, alegato frente a sus acusadores por los actos de rebelión del 26 de julio de 1953. El documento re escrito desde la cárcel, se convirtió en el programa de la Revolución Cubana, y acompañó y direccionó la estrategia revolucionaria durante la Guerra de Liberación (1955-1958) y en el primer lustro del tránsito socialista, luego de la victoria del 1ro. de enero de 1959. El concepto que el Comandante nos legó en el 2000, por su plenitud teórica e impronta para la acción, resultó ser su más esencial testamento político filosófico:

Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo” (1).

Pienso que bajo la impronta leninista que acercó la convocatoria del 1ro de Mayo, resulta un buen ejercicio retomar el concepto fidelista, para pensar sobre lo que hoy ocurre en nuestro país. Hace 103 años, en los avatares de febrero-marzo de 1917, Lenin alertaba de la necesidad que tienen los partidos revolucionarios de reaccionar con rapidez, y habituarse a la nueva situación “cuando la historia da un viraje brusco” (2), so pena de quedar rezagados, y vencidos por los propios acontecimientos.

Mayo en batalla contra la COVID-19

La convocatoria que libró la CTC, como documento en la historia (3), nos brinda una información primaria de la situación laboral: Resaltó la labor de los médicos médicas, enfermeros y enfermeras, y de de todo el personal de la salud, héroes de primera línea en el heroísmo cotidiano, que nos regalamos y multiplicamos los cubanos y cubanas, para vencer al virus que intenta robarnos la vida y la alegría.

El documento de la CTC permite abrir el conjunto social que hoy participa en la batalla contra el COVID-19 en el país. Entre quienes honran la conmemoración, merecen reconocimiento especial, los científicos y trabajadores del complejo tecnológico-productivo del polo de la biotecnología, la producción de vacunas y otros medicamentos. Los obreros que continúan dando vitalidad a la economía y a los programas de desarrollo, los que laboran en la zafra azucarera, la producción agropecuaria y de alimentos, transportistas, portuarios, constructores –de viviendas-. los fabricantes de productos de aseo, de generación de energía y comunicaciones, así como los trabajadores del comercio y la gastronomía, juntos a los obreros de comunales que garantizan la higiene en nuestras comunidades (4). También resulta encomiable la contribución del sector no estatal, de los campesinos, cooperativistas y trabajadores por cuenta propia y productores privados, que complementan la oferta de producciones y servicios. Los trabajadores sociales junto a las organizaciones revolucionarias de los barrios, hacen realidad la voluntad de que ningún cubano o cubana quede desprotegido.

El 1ro. de Mayo llegó en medio de un movimiento artístico y comunicacional, que ha hecho del aporte creativo, la sensibilidad, la belleza y la información oportuna y veraz, un valioso baluarte de resistencia cultural, disfrute estético y compromiso político. Se subraya la dedicación de maestros, profesores y metodólogos del Ministerio de Educación, en alianza con la televisión y la familia cubana, hacen posible una oferta pedagógica en casa, para nuestros niños, niñas y adolescentes.

La próxima generación laboral, acompaña a las actuales generaciones, en las tareas de pesquisaje de la enfermedad, el apoyo en las residencias universitarias convertidas en centros de atención a pobladores en vigilancia epidemiológica, en los proyectos de investigación-producción, el desarrollo de aplicaciones y la labor en redes. Ya hay varios contingentes de jóvenes movilizados a las tareas de la agricultura y la producción de alimentos.

Los combatientes de la Policía Nacional Revolucionaría y de otras líneas de trabajo del Ministerio del Interior, de las fuerzas de prevención y tropas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los profesionales de la Fiscalía y los Tribunales, garantizan que la voluntad y los derechos de las mayorías, no sean puestos en riesgo, y que la propiedad del pueblo y la personal sea protegida. Soldados, sargentos y jóvenes oficiales, con sus experimentados cuadros de mando, dan la batalla contra el virus, sin descuidar la preparación para la defensa.

Las consignas propuestas

El movimiento sindical para el 1ro. de Mayo solicitó a la familia trabajadora, la mayor disciplina y auto responsabilidad social. Se trata de una segura deferencia del mundo del trabajo, con esa institución base de la socialidad socialista, que es la familia. Fue también un llamado a su inmensa membrecía, que protegida por la Revolución trabaja en casa en tiempos de COVID-19, y recibe los beneficios de la política laboral del socialismo

A la propuesta del movimiento obrero, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba, en expresión del histórico apoyo del Estado socialista a la conmemoración de los trabajadores, sumó su mensaje de compromiso patriótico. Sugirió el presidente cubano que el día 1ro, a las ocho de la mañana, en todos los hogares, se cantara al unísono el Himno Nacional. La propuesta de “Díaz-Canel adelantó una consigna precisa: “Que los trabajadores levantan y sostienen la Patria, a pesar de bloqueos, guerras y amenazas” (5). 

Cada consigna debe dimanar siempre del conjunto de peculiaridades de una determinada situación política” (6), precisaba Lenin, y la propuesta del Presidente coloca en la más exacta perspectiva política, sobre la que se debe movilizar el pensamiento y la acción.

Enfrentar la COVID-19 ha situado en una nueva perspectiva la certeza de Fidel, cuando nos precisó que Revolución: “es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional”;

La clase obrera cubana, los trabajadores, campesinos, estudiantes, intelectuales, los productores y los empresarios privados de la reproducción socialista, resisten el embate de clase del imperio estadounidense, de sus aliados y lacayos externos e internos, de las fuerzas capitalistas a escala universal, con su cultura, filosofía y accionar depredatorio, ideología egoísta y cosificadora. Enfrentan a los nuevos sujetos capitalistas que se han reconfigurado a escala social nacional, a los elementos desclasados y corruptos, la delincuencia, la burocracia paralizadora, la gerencia inepta, viciada y/o corrompida, y la polarización contrarrevolucionaria de estos sujetos.

Las poderosas fuerzas externas que enfrentamos

En el mundo se redobla la condena contra el bloqueo, con toda su criminalidad, en momentos en que Donald J. Trump, el fascista que está en la Casa Blanca, cada día más aislado, persiste en el afán de provocar y agredir.

Las afectaciones del bloqueo al sector de la salud entre abril de 2018 y marzo de 2019, provocaron pérdidas por más de 104 millones de dólares. Ahora mismo, nos impiden la compra en Estados Unidos o a sus filiales en otros países, de ventiladores e demás insumos para el enfrentar la epidemia. Esta política se realiza a pesar de que, según la letra del Reglamento de Control de Activos de Cuba, de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), se nos pueden otorgar licencias generales para transacciones y reexportación desde un tercer país, de medicamentos y dispositivos sanitarios, e incluso realizar inversiones en hospitales de la Isla. Pero el gobierno del señor Trump no otorga las licencias. Ni siquiera donaciones de terceros, pueden trasladarse hasta Cuba en transportes estadounidenses.

El bloqueo comercial, financiero y tecnológico es una política de genocidio. Actúa contra toda la nación enrareciendo la vida y el funcionamiento del país, más allá de la afectación propiamente económica. Se siente hoy el golpe brutal del bloqueo contra la Educación Superior, sin posibilidad de hacer llegar por red, la atención docente a los estudiantes universitarios.

La lucha contra la COVID-19, ratifica que la colaboración internacional de la cual Cuba es un indiscutible actor mundial, es el vehículo por excelencia, para promover la solución de problemas y amenazas globales. Y precisamente hacia este escenario se ha recrudecido también el ataque del imperio. A la campaña contra la presencia de los médicos y el personal de salud cubana en el mundo, se añade en tiempos de pandemia, el afán de minimizar el aporte de los medicamentos cubanos, en especial el interferón recombinante, el ALFA 2B utilizado ya en 45 países.

El Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) informaron que Cuba estaba excluida de la “ayuda” para controlar la propagación de la epidemia, que iba a otorgar el imperio a un grupo de países. A la par estas agencias federales, no cejan en promover y organizar operaciones de subversión, y ataque político.

El bloque acrecentado, y la labor de subversión no agotan la criminalidad imperial. Han aumentado los peligros de una agresión armada.

El presidente Trump, carente de experiencia política y militar, parece darles a los generales del Departamento de Defensa, una relevante participación en sus decisiones. En el 2019, les aprobó el mayor presupuesto de gastos militares, ascendente a 732 mil millones de dólares, lo que incrementó en un 5,3 % el fondo asignado en el año 2018.

La actuación internacional del Pentágono, evidencia un reemplazo real del Departamento de Estado en su papel en la política exterior del imperio (7). Hoy los altos mandos militares ejercen la función de procónsules, con la encomienda de llevar adelante la antigua diplomacia de las cañoneras, tal como se constata en nuestra región, con las coordinaciones realizadas por altos mandos estadounidenses en Brasil y Colombia, con el propósito de agredir a la república venezolana.

Falta de creatividad y rebosante de grosera prepotencia, con total desprecio por el derecho internacional, la actual administración estadounidense, repiten el esquema previo a la invasión de Panamá en diciembre de 1989. Mienten y acusan al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela de vinculación con el narcotráfico, y juzgan como reo en un tribunal estadounidense al presidente Nicolás Maduro Moro y le han puesto precio a su captura. En tanto el Gobierno cubano es tan cercano al venezolano, la lógica canalla afirma que “de seguro” debe conocer y apoyar el ilícito, y también le acusan como cómplice.

La garantía de nuestra defensa está en la capacidad que hemos desarrollado para resistir y vencer una invasión imperialista, y pasa también por fortalecer el frente regional y mundial antimperialista, con el propósito de parar la agresión contra Venezuela, y frenar las acciones imperiales en el Medio Oriente y en otros escenarios internacionales.

Los retos cubanos no solo están en el marco de diferendo histórico de la nación, con quienes desde hace 200 años intentan someternos. En tiempos de COVID-19 no han cedido las pandemias de la depredación del medio ambiente, la miseria y el hambre, que reducen la vida y asesinan a millones de seres humanos. Se sabe que una vez se logre controlar el virus, la desaceleración y crisis económica, el desempleo y la miseria, castigaran con particular fuerza a los pueblos de Sur subdesarrollado. Cuba no va a estar exenta de esta situación, aunque lo que hoy adelantamos, nos da la seguridad de que estaremos en mejores condiciones para hacer frente a la adversidad.

Las poderosas fuerzas internas que enfrentamos

Del 2000 a la fecha, hemos avanzado. Con Fidel en vida, creamos las condiciones de programa, continuidad y relevo que hoy, puestas a prueba, nos ratifican las certidumbres que tenemos. La estrategia de victoria construida en el VI (2011) y VII (2016) Congreso del Partido Comunista de Cuba, y la validez estratégica y práctico transformadora de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, se percibe ahora más que nunca, en toda su certeza:

Hay que producir el alimento de los cubanos dentro de Cuba y garantizar soberanía alimentaria, liberar de trabas las fuerzas productivas internas, la iniciativa personal y colectiva, dar la batalla por la calidad y la competitividad, continuar desarrollando los sectores económicos de punta y a la par, disminuir gastos por importaciones, diversificar y crear nuevos renglones exportables, y avanzar en el cambio en la matriz energética. En el tema monetario, cada vez que nos acercamos a poner fin al lastre de la doble moneda, las circunstancias adversas se concitan. La empresa socialista es la columna vertebral del sistema productivo cubano, pero no logramos hacer que se generalice su existir eficiente. En el orden social, la continuidad de la política de atención a las familias, jubilados y sectores más vulnerables precisa de mayores recursos, y el país sufre de limitaciones.

La batalla político-ideológica, precisa de perfeccionar el programa de objetivos que se aprobó en la Conferencia Nacional de Partido (2012), con el propósito de fortalecer el sistema político, la solidaridad y el hacer socialista y anticapitalista. Están en curso las batallas políticas contra el burocratismo y la burocracia; la negligencia, el acomodamiento y aburguesamiento de los cuadros, el rebrote de la ideología y la filosofía individualista y consumista; la necesidad de fortalecer la moralidad martiana y fidelista, y el valor del trabajo; la búsqueda del mejor equilibrio entre centralización y descentralización; la modernización y adecuación del sistema de organizaciones revolucionarias, su dinamización y ampliación; la renovación de la relación dirigentes dirigidos frente al relevo generacional en la dirección del Partido y el Estado; y el fortalecimiento del poder popular, la democratización y el Estado de derecho socialista. Estos frentes de lucha política e ideológico cultural, han ocupado el hacer del movimiento revolucionario en la última década. El proceso masivo de consulta y aprobación, y la proclamación el 24 de febrero del 2019, de la nueva constitución socialista, marca un hito.

Los avances sostenidos determinan la cualidad del tiempo histórico transcurrido, pero ello no significa que los ritmos de los acontecimientos sean idénticos, ni que dejen de existir asuntos que no han adelantado, insuficiencias y errores que persisten, y peor, que se metamorfosean en las cambiantes relaciones, para mantener su existencia patógena, casi siempre inmoral y contrarrevolucionaria. A estas circunstancias sumó lo excepcional y complejo de la llegada y lucha contra la pandemia.

Ninguno de los problemas fundamentales que tenemos, se pueden resolver en los 45-50 días, que han transcurrido, para la colocación del país en el escenario de la batalla contra el nuevo corona virus. Quienes dudan, y se oponen desde izquierdas y derechas, los que tienen objeciones dentro de la propia Revolución, tienen para su vocación crítica un nuevo entramado de complejidades.

Lo que sí dicen los hechos, con su probatoria objetiva, es que nadie se ha amilanado, y que la tozudez en la esperanza, que caracteriza a los comunistas y al pueblo patriota, a la inmensa mayoría de los cubanos y cubanas, se mantiene.

El contradictorio social

En tiempos difíciles, los problemas acumulados pesan, y Cuba no es una excepción. Pero lo que prevalece hoy por hoy, adelanta y vence. La gestión económica, social y política está centrada en defensa de la vida del pueblo, praxis que ineludiblemente incluye, solventar no poco de lo que hasta ahora a escala de eficiencia productiva, gubernamental y social no hemos podido solucionar.

Que cooperativas y empresas socialistas en el agro y la industria alimentaria, encuentren el camino de la productividad y la eficiencia resulta una buena noticia. Que no pocos centrales rompan los ciclos de improductividad, que siga la pelea por producir, ahorrar y sustituir importaciones, aún en estas circunstancias de peligro para la vida de quienes están a pie del surco y la fábrica, son banderas genuinas para un 1ro de Mayo. A su vez transcurren nuevos procesos que ya marcan tendencia, que merecen la reflexión propositiva y su promoción para la educación revolucionaria.

En estos días de heroísmo cotidiano, asistimos a un relanzamiento de la alianza obrero-campesina, con la recuperación de su esencia revolucionaria: No se murió en la Sierra y en la clandestinidad, ni en Girón, Bolivia, Angola, para que los campesinos redimidos, se convirtieran en propietarios adinerados, en tiempos en que los trabajadores resistían el peso de las dificultades del derrumbe soviético, y la redoblada agresión imperialista. Ni se otorgaron tierras en usufructo ya avanzado el período especial, para que nacieran nuevos ricos. El agro da hoy una respuesta protectora, que sostiene la resistencia: La de los que pelean contra el virus en las instituciones de salud, y la que llega a las familias. Y la prensa y televisión están dando testimonio, de cuanto trabajo honrado y solidaridad, anida en nuestros campos, en el corazón del campesinado y los cooperativistas agropecuarios. Y en un 1ro. de Mayo socialista esta debe ser una bandera.,

Que numerosos campesinos, cooperativistas y empresarios privados -que eufemísticamente seguimos llamando trabajadores por cuenta propia- del sector productivo y de servicios, estén comprometidos con nuestro proyecto humanista, y hoy emulen en iniciativas para apoyar gratuitamente, con productos y bienes la lucha contra el COVID-19, resulta un hecho de significación: Dice que lo que sembraron Fidel y la generación histórica, está ahí presente, resistiendo y ganándole la partida al mercado, la acumulación burguesa y el individualismo.

En presencia del mercado y de las diferencias entre cubanos que acceden a productos-mercancías, que otros no pueden pagar, la labor que se realiza para la protección de las familias y personas más vulnerables, constituye uno de esos acontecimientos maravillosos de la Revolución Cubana, que por cotidianos, muchas veces no valoramos en su trascendencia. En medio de esta epidemia, cientos de ancianos reciben en sus casas cada día, el almuerzo y la comida, alimentación que incluye no menos de cuatro productos, y en ellos siempre un aporte proteico en pollo, carne o pescado. Y el costo de cada envío es de 1:00 CUP. Sin embargo, hasta ahora no existía una conciencia colectiva que asumiera que políticas como esta peligran, sino resolvemos males mayores

La televisión mostró el operativo policial, en un centro de elaboración de alimentos para ancianos en la Habana Vieja, donde se robaban los alimentos, para venderlos a los especuladores. Y por ahí si va, lo que tiene que acompañar la política social, la política económica y la política-política revolucionaria.

La emergencia de la lucha contra la epidemia, en su gravedad, ha adelantado en el combate contra el llamado mercado negro, el robo, la malversación, y la indisciplina económica. El cambio comienza a verse en el descubrimiento de los ilícitos, la eficacia de los operativos y la consecuente penalización. El Estado gana eficiencia, pero lo cualitativamente decisivo, lo que puede indicar el inicio del fin de la permisibilidad, está en la participación popular, en la vigilancia y la intransigencia frente a corruptos, ladrones, malversadores, acaparadores, revendedores y demás delincuentes.

Desde el primer momento, en estos días de epidemia, se explicó por el Partido y las autoridades, que ni un millón de policías serían capaces de dar disciplina y respuesta frente a la ilegalidad y la corrupción, si el pueblo no cuida y exige, y lo importante es que ese mensaje llegó a las masas. Y la población en la calle está muy exigente contra lo mal hecho.

La batalla que ahora reverdece contra el delito económico, es expresión en su desenvolvimiento, y más en esencia, de la concatenación dialéctica de la lucha de clases en la Cuba de hoy. La malversación y el robo de los recursos del Estado, el acaparamiento, la reventa de sobreprecio y la explotación de la necesidad popular, son excresencias, que no solo afectan la vida y economía del país y la familiar, a la par corroen los valores socialistas, alejan la esperanza, y oscurecen el día a día de la resistencia frente a la criminalidad del bloqueo. Si no vencemos estos males, nos vencen. Si no les derrotamos, le damos el espacio al imperio: Que precisamente trabaja para acrecentar las dificultades materiales y las necesidades no resueltas, sembrar el desasosiego y la rendición.

Un hecho social total

La pandemia que trascurre no es sólo una crisis sanitaria. Es –como afirma Ignacio Ramonet – lo que las ciencias sociales califican de “hecho social total”, en el sentido de que convulsiona el conjunto de las relaciones sociales, y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores (8). La compleja situación que atraviesa la sociedad global, va hacer que muchas personas reflexionen sobre el mundo que viven, y su lugar y responsabilidad. En Cuba, ya lo percibimos.

La extrema peligrosidad humana que encierra la pandemia, en las circunstancias de la agudeza de la lucha de clases en la sociedad cubana, y en su complejo entorno, ha multiplicado la idiosincrasia rebelde y valerosa de los cubanos y cubanas, y crece la trascendencia del factor socio moral. La siembra de humanismo martiano y socialista, ha sido decisiva: “defender valores humanistas en los que se cree al precio de cualquier sacrificio”, definió Fidel. Y hemos visto y sentido en estos días, la modestia, el desinterés, altruismo, la solidaridad y heroísmo; que existe y crece en el pueblo cubano, en sus profesionales y trabajadores, en los jóvenes.

Nuevos rostros, comparten con el General de Ejército Raúl Castro Ruz, y sus compañeros de la generación histórica, la responsabilidad de encabezar la Revolución, de luchar con audacia, inteligencia y realismo… por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que –se comprende, son– la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. Y una situación tan difícil como la que vivimos, su gestión responsable y certera, ha ratificado la confianza y apoyo popular en el nuevo liderazgo de continuidad.

El pueblo martiano, el de los agradecidos, se siente protagonista, apoya y participa de la batalla contra el COVID-19. El sujeto social revolucionario cubano siente que está en plena lucha de clases. Lo están los cubanos y cubanas que arrebatan vidas a la enfermedad, los obreros, trabajadores y jóvenes, activos en la vitalidad productiva, en los servicios y la vigilancia epidemiológica. Así lo expresan los jóvenes soldados, sargentos y las generaciones de oficiales, que en estos días han sido entrevistados, en plena preparación combativa. El curso de los acontecimientos, deja la huella además, de cómo muchos cubanos perciben ahora, con más madures y compromiso, las urgencia e importancias que se alinean para los próximos combates.

Nos sorprenderemos con lo que está incubándose en los hogares, en las familias que en estos días de convivencia protectora, se auto premian con los cariños y las historias de abuelos y padres combatientes, en las batallas de la zafra y la guerra, de la paz y la dignidad. Aflora en estos días la familia mambisa que heredamos, la que se creció en el período especial. Hemos puesto en acción una familia y sociedad educadora, patriótica, cualificada, cultural y tecnológicamente, que posee un nivel escolar promedio de 11-12 grados, con un graduado universitario cada once cubanos. Ciudadanos informados, ya muchísimos conectados desde sus casas, que escuchan y ven lo que ocurre en el mundo y en Cuba, y sacan sus propias conclusiones.

El pensar sobre lo que hoy ocurre en nuestro país alrededor del 1ro de Mayo, nos acerca a un balance primario, que nos permite vislumbrar desde las actuales cursos de acción, retos y problemáticas abiertas, lo que realmente crece desde la profundidad del tejido social, cultural y político cubano. Acredito que se anuncia una nueva forja histórica, en nuestro ya medio milenio de resistencias, luchas y emancipaciones.

Notas:

1) Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en la Tribuna Abierta de la Juventud, los Estudiantes y los Trabajadores por el Día Internacional de los Trabajadores, en la Plaza de la Revolución, el 1ro de Mayo del 2000, http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.

2) Vladimir Ilich Lenin: “Sobre la propaganda”. En: http://revolucionbolchevique.blogspot.com/2009/07/ proposito-de-las-consignas-lenin.html

3) Convocatoria por la celebración del Primero de Mayo, La Habana, 30 mar (AIN) http://www.acn.cu/sociedad/8362-convocatoria-por-la-celebracion-del-primero-de-mayo

4) Thalía Fuentes Puebla: Lanzan convocatoria al Primero de Mayo: Celebrar la fecha con entusiasmo desde los hogares, Cuba debate, 22 abril 2020, http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/04/22/lanzan-convocatoria-al-primero-de-mayo-celebrar-la-fecha-con-entusiasmo-desde-los-hogares/#.XqqcqLgSjRs.

5) Miguel Díaz-Canel Bermúdez: La casa será la Plaza, afirma Díaz-Canel. Trabajadores. La Habana, Publicado el 24 abril, 2020, http://www.trabajadores.cu/20200424/la-casa-sera-la-plaza-afirma-diaz-canel/

6) Vladimir Ilich Lenin: Ob. Cit.

7) Arthur González: Quién sostiene a Donald Trump en el poder, Cubainformaciñón tv, 30/04/2020, https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20200430/85927/85927-quien-sostiene-a-donald-trump-en-el-poder

8) Ignacio Ramonet: Especial de Ignacio Ramonet: Ante lo desconocido… La pandemia y el sistema-mundo. Cubadebate, 24.4.2020, http://www.cubadebate.cu/especiales/2020/04/25/especial-de-ignacio-ramonet-ante-lo-desconocido-la-pandemia-y-el-sistema-mundo/#.Xqn7obgSjRs