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Luis Herrero: “Los funcionarios de la Policía (venezolana) han sido muy correctos conmigo”

Un video demuestra que Luís Herrero mintió al describir como fue tratado por los funcionarios venezolanos en su expulsión

Fuentes: elplural.com

Lo ha desvelado el embajador de Venezuela en España, Alfredo Toro Hardy, en un artículo de opinión en Público. Segundos antes de subir al avión que lo llevaría fuera de Venezuela, Luis Herrero mantuvo una conversación telefónica con el embajador español, Dámaso Delirio, en la que el eurodiputado afirmó lo siguiente: «Dámaso, qué tal, buenas […]

Lo ha desvelado el embajador de Venezuela en España, Alfredo Toro Hardy, en un artículo de opinión en Público. Segundos antes de subir al avión que lo llevaría fuera de Venezuela, Luis Herrero mantuvo una conversación telefónica con el embajador español, Dámaso Delirio, en la que el eurodiputado afirmó lo siguiente:

«Dámaso, qué tal, buenas noches. Bien, estoy a punto de embarcar en un vuelo de Varig que me llevará a São Paulo… No. Tengo que decirte que los funcionarios de la Policía han sido muy correctos. Bueno, ellos estaban cumpliendo con las órdenes que les han dado, pero que lo han hecho en todo momento con corrección. No tengo nada que decir contra eso. Bueno, pues yo llegaré a São Paulo en el vuelo de Varig… Gracias por todo, Dámaso, un abrazo muy fuerte, hasta luego».

En entredicho

La conversación de Herrero con el embajador de España en Venezuela fue captada por una cámara de televisión. Este vídeo podría poner en entredicho lo afirmado hasta ahora por el eurodiputado del PP.

La odisea

Tal y como informó El Plural, esta semana, Herrero narró su odisea venezolana en la COPE. En una entrevista con su amigo Federico Jiménez Losantos, el dirigente popular aseguró que en el momento de su detención analizó fríamente las cuatro posibilidades que se abrían ante sí: que le «sacaran del país», que le metieran en «un calabozo chavista», que le dieran «un par de recaditos» o incluso que fueran más allá y no sólo se les fuera «la olla» sino también «el dedo», aludiendo así a la posibilidad de que apretaran el gatillo contra él.