Activistas en Cuba reclaman la inclusión y reconocimiento de los derechos de todas las orientaciones sexuales e identidades de género en la reforma constitucional en curso, cuyo proyecto definitivo será examinado el próximo 21 de julio por diputadas y diputados de la Asamblea Nacional.
Derechos como el reconocimiento legal de las parejas homosexuales (matrimonio igualitario), la prohibición de la discriminación por orientación sexual e identidad de género, junto a la adopción y reproducción asistida son algunos de los puntos socializados en las redes virtuales.
Algunas de las
agendas más sistematizadas alcanzan 63 demandas, entre las cuales aparece la libertad de asociación con amparo legal, el acceso de las personas transgénero a la educación superior y la sanción de una ley integral contra la discriminación por homofobia y transfobia.
El activista Yadiel Cepero ha participado intensamente en la conformación y socialización de estas iniciativas desde la coordinación del grupo en Facebook «Construyendo una agenda de la diversidad sexual en Cuba» y su militancia en varios colectivos. Aunque puede haber otros puntos prioritarios, el joven cubano ubica cuatro reivindicaciones fundamentales a posicionar en el proceso de reforma constitucional.
Cepero cree imprescindible incluir un artículo en el Capítulo 1 donde se refleje que «el Estado reconoce, garantiza y respeta el derecho de las personas a expresar libremente su orientación sexual e identidad de género».
También está a favor de modificar el enfoque heterosexista de los artículos relativos a la formación de la familia y definir el matrimonio como «la unión libremente concertada entre personas con aptitud legal para ello».
Por último, pero no menos importante, ubica la inclusión de la orientación sexual y la identidad de género como causales de discriminación en los artículos 42 y 43, contenidos en el Capítulo VI de la actual Constitución.
«La primera demanda implica que el Estado, desde sus propios fundamentos políticos, sociales y económicos, reconozca que la ciudadanía cubana es diversa y que existe una voluntad expresa de reconocer, garantizar y respetar la libre expresión de la orientación sexual e identidad de género. Es curioso, pero en el capítulo 1 el Estado se compromete a respetar la libertad religiosa, pero no hace alusión a ningún asunto relacionado con la sexualidad humana», declara el activista a SEMlac.
Actualizar la Carta Magna refrendada en 1976, de acuerdo con la diversidad y complejidad de la sociedad cubana actual, es una razón que se esgrime también desde la lucha contra la homofobia en la isla.
El investigador y activista Alberto Roque apoya la necesidad de lograr protección legal para las parejas del mismo sexo, aunque no está de acuerdo con el matrimonio como figura legal, pues opina que estamos llamados a «modificar esta estructura burguesa patriarcal totalmente opresiva, que sigue vigente en la esencia y discurso del Código de Familia.
«El mundo ha cambiado y las personas se unen con mayor libertad y autonomía. Nuestro Estado tiene que actualizarse y las personas deben poder ejercer el derecho a elegir. Podrá mantenerse el matrimonio como figura sacra y que se reconozcan como legítimas otras formas de uniones, incluso diversas en número de integrantes», dijo a SEMlac el autor del blog
HOMOsapiens@CUBA.
Pero el activista y médico de profesión apuesta por más en las transformaciones y propone incluir de manera transversal una perspectiva que trascienda el heterosexismo y binarismo imperantes.
«La Constitución debe ser lo suficientemente amplia, pero no ambigua. Los principios básicos a incluirse deben garantizar una redefinición del concepto de igualdad, que nombre con mucha más especificidad las cuestiones relacionadas con la igualdad y la equidad en relación con la orientación sexual y la identidad de género no binaria, que pueda entenderse el género como una construcción fluida», declara Roque.
Tic, tac…el tiempo y las agendas corren
Los reclamos de activistas han encontrado mayor eco en las redes sociales a partir de que se diera a conocer la comisión encargada de elaborar el Anteproyecto de Constitución de la República de Cuba el pasado 2 de junio. ¡Es ahora!, pareciera ser el ánimo que impulsa comentarios, preocupaciones y reacciones en las redes.
Hay quien ve en el contexto actual un mejor momento para que los reclamos y el trabajo de más de un lustro cristalicen en cambios concretos. Una mayor diversidad y visibilidad del activismo de personas homosexuales y transgénero en el país, unido a algunos hechos considerados históricos, refuerzan esa idea.
Entre ellos se encuentran la realización de las Jornadas contra la Homofobia durante los últimos 10 años; la presencia de la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género en los objetivos de trabajo del Partido Comunista de Cuba (PCC) y la inclusión de la homosexualidad entre las causales por las cuales se prohíbe la discriminación en el acceso al empleo, presente en el actual Código del Trabajo.
«En un país donde la disciplina partidista lo atraviesa todo, estos avances son fundamentales. No porque la homofobia y la transfobia hayan desaparecido, sino porque un decisor homofóbico o decisora homofóbica se lo pensaría dos veces antes de contradecir la política del Partido y los y las activistas están usando esto a su favor», reflexiona Yadiel Cepero al referirse a las medidas refrendadas por el PCC.
Pese a los altibajos, Roque también comparte el criterio de que se vive un momento favorable al cambio, debido a varios factores: las acciones y campañas promovidas por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), junto a otras organizaciones e instituciones sensibles; el fortalecimiento y crecimiento del activismo de personas homosexuales y trans en la isla y una mayor presencia de la lucha contra la homofobia en los medios de comunicación.
«La gente tiene más conciencia de que la homofobia no es políticamente correcta. Aunque siguen las contradicciones y somos en esencia muy binarios, homofóbicos, misóginos, machistas. Pero estos principios se han ido erosionando», opina.
Otras personas se sienten escépticas e incluso manifiestan preocupación por la poca información y participación en la redacción del Anteproyecto de Carta Magna que ya fue analizado en el
VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y se presentará a la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano legislativo del país, el próximo 21 de julio, antes de ser sometido a consulta y posterior referéndum popular.
A esto se suma la preocupación e indignación ante las reacciones de colectivos religiosos contrarios al reconocimiento de la diversidad sexual en Cuba.
En varios perfiles de Facebook se comparte desde la pasada semana una declaración de líderes religiosos de las Convenciones Bautistas Occidental y Oriental, la Liga Evangélica de Cuba, la Iglesia Metodista en Cuba y la Iglesia Evangélica Asambleas de Dios.
En la misiva, los firmantes arremeten contra el reconocimiento de las parejas del mismo sexo y «la ideología de género», declarándolos ajenos a los principios revolucionarios que han guiado el país durante los últimos 59 años.
Ulises Padrón Suárez, coordinador de la Red de Jóvenes por la Diversidad, compartió en su perfil de Facebook un post donde alerta que «no es fortuito que esta declaración llegue en un contexto en el que se decide a nivel político reformas importantes a la Carta Magna cubana».
«Una declaración como esta ensombrece el debate que progresivamente ha tenido la sociedad civil para introducir los cambios esperados en la futura Constitución y no son el cliché de moda, sino el profundo anhelo de aquellos que ven limitadas su actuación social y política», afirma Padrón Suárez.
En los últimos días,
Facebook se ha convertido en la tribuna de activistas,
campañas y personas de todas las orientaciones sexuales, quienes expresan asombro, preocupación, molestia e indignación ante la declaración de los grupos religiosos. Personas de fe comprometidas con un ecumenismo inclusivo también se han pronunciado.
«Esta declaración es una vergüenza para los cristianos LGBT sinceros que estamos dentro de las iglesias y que reclamamos nuestro derecho a amar y que nuestras uniones sean reconocidas por el Estado», comenta en esa red social Adiel González Maimó.
Gabriel Coderch, director del Centro Oscar Arnulfo Romero, resaltó en su comentario que no toda la comunidad religiosa comparte estos criterios y llamó a rebatir con argumentos la misiva. «Dios no pide a nadie que renuncie a su identidad, Dios pide que la ley primera sea la del amor y esas iglesias proponen el arrepentimiento o la ‘cura’ como si fuesen pecadores o enfermos. Enferma es la mente de quien cree que tiene la verdad absoluta», opinó Coderch en Facebook.
Refrendar y fortalecer el Estado laico en Cuba en pleno proceso de reforma constitucional une las voces de quienes responden a la declaración religiosa. Se repiten los llamados a tomar postura, unirse y convocar a personas LGBTIQ, heterosexuales comprometidas y sensibles, instituciones, familiares y amistades en escuelas y centros de trabajo.
La aspiración es una Constitución para toda la ciudadanía y que resuelva pendientes que contradicen los principios de justicia social defendidos por el gobierno socialista cubano.
«Este es el momento de opinar cuando se lleve a cabo la consulta y debate de este anteproyecto en nuestros barrios. Participemos activamente en este momento único como ciudadan@s, para ser partícipes de los cambios que tanto la población LGBTI necesita y que hemos estado pidiendo desde hace años a nuestro Estado», publicó en su perfil de Facebook Isel Calzadilla Acosta, coordinadora de las Isabelas, grupo de mujeres lesbianas y bisexuales de la oriental provincia Santiago de Cuba.