La callada por respuesta. Es la estrategia por la que ha optado el ministerio de Cultura que dirige Ernest Urtasun después de que El Independiente informara esta semana de que, por primera vez, un documento del ministerio de Cultura publicado en el BOE reconoce como ciudad marroquí a El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental ocupado por Rabat.
Las reiteradas peticiones de información cursadas por este diario al gabinete de prensa del ministerio de Cultura ni siquiera han sido respondidas. El silencio más absoluto. Tampoco ha recibido contestación alguna la delegación en Madrid del Frente Polisario, que -tras publicarse la información- le remió una carta a Urtasun pidiéndole que rectificara la decisión adoptada por su predecesor Miquel Iceta, hoy instalado cómodamente en París como embajador español ante la Unesco.
La licitación de unas reformas en el colegio español de El Aaiún, acompañada de una serie de documentos en los que se reconoce la ciudad como territorio de Marruecos, ha provocado un cruce de versiones contradictorias entre los ministerios de Educación y Cultura, en manos ahora de PSOE y Sumar respectivamente, tras la consulta planteada por este diario. Tras la publicación de la información por este diario, el Frente Polisario instó a Urtasun a respetar el derecho internacional.
«El Representante en España ha instado al Ministro a garantizar el respeto del Derecho Internacional en las actuaciones del Ministerio así como a tomar las medidas pertinentes para que desde la Administración española no se contribuya a obstaculizar el legítimo derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación e independencia», subraya la carta.
Sumar en el punto de mira
Se da la circunstancia de que Urtasun es además portavoz de Sumar y estrecho colaborador de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. El movimiento que aglutinó el espacio político a la izquierda del PSOE en las generales de julio se halla en plena configuración orgánica, rotos los lazos con Podemos, y se prepara para su primer conferencia política. Hasta ahora los líderes de Sumar habían apoyado el derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación, en línea con el derecho internacional y las resoluciones de la ONU.
Sumar incluyó esa reivindicación en su programa electoral de julio si bien sacrificó cualquier mención a la misma en el pacto sellado para el gobierno de coalición con un PSOE alineado con las tesis marroquíes después de que Pedro Sánchez firmara en marzo de 2022 un histórico cambio de posición que quebró 47 años de neutralidad activa para respaldar el plan de autonomía alauí para el Sáhara Occidental, la ex colonia española que es además el último territorio pendiente de descolonización en África.
Desde el inicio de la legislatura, Sumar ha tratado de navegar entre su posición original y la de un Gobierno liderado por el PSOE en el que la política exterior la traza el presidente del Ejecutivo a pesar de que, en el caso saharaui, la mayoría del Congreso de los Diputados se haya expresado en contra del giro copernicano en el conflicto.