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Cerca de 200 colectivos firman el manifiesto contra el macroproyecto

Vecinos y movimientos sociales rechazan en la calle la ampliación del puerto de Valencia

Fuentes: Rebelión

Miles de manifestantes recorrieron el 22 de octubre las calles de Valencia para protestar contra el macroproyecto de ampliación norte del puerto, convocados por la Comissió Ciutat-Port y Joventut pel Clima-Fridays for Future de Valencia.

En una jornada de borrasca, la acción unitaria comenzó en el paseo de l’Albereda y concluyó en la Plaza del Ayuntamiento con la lectura de un manifiesto firmado por cerca de 200 colectivos.

También el 22 de octubre, Joventut pel Clima y sindicatos como el Bloc de l’Estudiantat Agermanat (BEA) y la asociación Saó-UV convocaron una jornada de huelga estudiantil en el contexto del Día Global de Acción por el Clima.

Numerosos carteles y pancartas reproducían en la manifestación –incluso en mayúsculas fluorescentes- el lema de la convocatoria: Pensem global, actuem local: no a l’ampliació del port! Otros carteles afirmaban Lluitem per la nostra Mediterrània o se preguntaban con ironía Què m’estàs container? Algunos, artesanales, rechazaban el proyecto de Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto; y también alertaban sobre el impacto para la salud de la macroampliación: Aire net i el port quetet.

Asimismo podía leerse No més fragmentació del Sud (por el efecto de las sucesivas ampliaciones portuarias en esta zona de la ciudad); o Protegim l’Albufera. “¡No, no, no a l’ampliació!”, fue un grito escuchado en muchos de los tramos.

La movilización transcurrió en un ambiente lúdico y festivo, al ritmo del tabal y la dolçaina que interpretaron El Cant dels Maulets (Obrint Pas y Al Tall); La Muixeranga (himno del País Valenciano) o la canción popular Ramonet, si vas a l’hort. Los carteles de la convocatoria anunciaban la presencia y actuaciones del actor Xavi Castillo; la rapera valenciana Tesa; el músico Biano; el cantautor Joe Pask; la Jove Muixeranga de València que construye –“en común y desde la base”- torres humanas; y la colla Estrela Roja de tabalet y doçaina.

Cerca de la cabecera caminaba F.L., de 65 años, vecino del Grao de Valencia, que desde que tenía cinco ha frecuentado las playas de la Malvarrosa y el Cabañal, pegadas a las instalaciones portuarias. “Quiero que las generaciones venideras continúen disfrutando de estas playas, el puerto está ya sobresaturado y es un despropósito plantear una ampliación; he visto –a lo largo de los años- cómo el puerto ha crecido, muchísimo”. Además “se han ido perdiendo muchas zonas que antes eran de uso público, y que hoy se dedican a la carga y descarga de mercancías o los cruceros”.

Conduciendo una bicicleta, le acompaña otro residente de los Poblados Marítimos, B.G., de 67 años, ya jubilado y miembro de la Asociación de Vecinos Vilanova del Grao. ¿Por qué rechaza el proyecto de ampliación? “Tendrá unos efectos muy negativos para el litoral y además se trata de una operación especulativa”, responde.   

La Comissió Ciutat-Port es un movimiento ciudadano del área metropolitana de Valencia, respaldado por más de un centenar de organizaciones y colectivos, entre otros la plataforma vecinal El Litoral Per Al Poble; Acció Ecologista Agró; la Associació de Veïns i Veïnes de Natzaret; Per l’Horta; Ecologistes en Acció; Intersindical Valenciana, CGT y CCOO-Educació.

Activistas de la Comissió y de Joventut pel Clima repartieron octavillas a los asistentes, en las que se resumían los motivos de la protesta. Uno de los argumentos centrales es que, en tiempos de colapso climático, se continúe con las “dinámicas destructivas” del siglo XX y otorgue prioridad a los intereses económicos (“Nuevo boom inmobiliario: 200 promotores impulsan 19.600 viviendas en la Comunitat”, titulaba el 23 de octubre la edición digital del periódico Levante-EMV, con datos de la consultora Activum).

Además de la ampliación portuaria, las hojas volantes mencionaban otros proyectos de infraestructuras “que ponen en peligro nuestro territorio”; por ejemplo la prolongación de la carretera CV-60 en la comarca de La Safor, promovida por la Conselleria de Política Territorial (PSPV-PSOE) y que según Per l’Horta podría destruir 614.109 metros cuadrados de huerta histórica.

También la ampliación de la autovía A-7 (baipás de Valencia), proyectada por el Ministerio de Transportes (PSOE); las obras de ampliación de la autovía V-21 (acceso a la ciudad de Valencia por el norte) que desarrolla el Ministerio de Transportes con  un impacto sobre 60.000 metros cuadrados de huerta; y advertían de los impactos, también sobre zona de huerta, del tren de alta velocidad (AVE).

“Salimos a la calle para decir ‘no’ a que los intereses privados se sitúen por encima del interés general”, afirmaron vecinos y activistas (La multinacional naviera MSC-TIL fue seleccionada en 2019 por la Autoridad Portuaria para la construcción y explotación de la nueva terminal norte de contenedores del puerto de Valencia; y Balearia, en noviembre de 2020, para la nueva terminal de pasajeros).

Los manifestantes se opusieron a estos proyectos que amenazan l’Albufera (laguna de 2.100 hectáreas declarada Parc Natural en 1986, que forma parte de la Red europea Natura 2000 y está ubicada a 10 kilómetros de Valencia); y pondrían en riesgo playas al sur de la ciudad como las de El Saler y Pinedo (el crecimiento del puerto ya destruyó la playa de Natzaret).

En defensa del medio ambiente, vecinos y asociaciones apelaron al criterio de los científicos; el informe Unidos en la ciencia 2021, coordinado por la Organización Meteorológica Mundial de la ONU, apunta que la temperatura media mundial en superficie -entre 2017 y julio de 2021- se halla “entre las más cálidas jamás registradas”; además se sitúa, según las estimaciones, entre 1,06ºC y 1,26ºC por encima de los niveles preindustriales (1850-1900).

Dos días antes de la manifestación, los colectivos convocantes presentaron en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley (PNL) que instaba al Gobierno de España –la Autoridad Portuaria de Valencia depende del Ministerio de Transportes- a que desistiera de la ampliación portuaria; también de la nueva terminal de cruceros; y de infraestructuras como el Acceso Norte al puerto; demandaron, por otra parte, el desmantelamiento del Dique Norte.

La PNL exhortaba al ejecutivo de Pedro Sánchez a la recuperación de la ZAL –prevista en la pedanía de La Punta- como espacio verde para uso ciudadano (se halla desde este verano en lo que el Ministerio de Transportes denomina “obras de acondicionamiento”). Figuran, entre las formaciones que respaldaron la PNL, Unidas Podemos, Compromís, Más País, Verdes Equo, ERC, la CUP y Nueva Canarias.

El 15 de octubre se celebró, frente al Palau de la Generalitat, el acto de presentación de la jornada de huelga y manifestación. Finalizada la rueda de prensa, los activistas pidieron por escrito al presidente de la Generalitat, Ximo Puig (PSPV-PSOE), que renunciara a la macroampliación, le hicieron llegar el manifiesto de la Campaña y volvieron a solicitar –sin lograrlo- una reunión con el político socialista.

Junto a integrantes de la Comissió Ciutat-Port y Joventut pel Clima, en el acto estuvieron presentes entidades de la sociedad civil como la Federació d’Associacions de Veïns de València o la Federació de Mares i Pares d’Alumnes (FAMPA) de la provincia de Valencia, además de otras como la red EntreBarris, Amics de la Malva, Cuidem Cabanyal Canyamelar o la Aliança per l’Emergència Climàtica.

En las fechas previas a la manifestación del 22-O, se desarrollaron otras acciones; por ejemplo conferencias, el despliegue –a finales de septiembre- de grandes pancartas (“No a l’ampliació del port”) en puntos estratégicos de Valencia y el área metropolitana: puentes, avenidas o el entorno del puerto; la proyección del documental Freightened. El precio real del tranporte marítimo; una protesta en las puertas del Congreso estatal del PSOE, celebrado en Feria Valencia; o un paseo explicativo en bicicleta desde el puerto hasta las playas de El Saler.

A los actos reivindicativos se sumó el velero Diosa Maat, de Ecologistas en Acción; los activistas informaron -el 21 de octubre, en las redes sociales- de que agentes de la guardia civil identificaron a los tripulantes de la embarcación, así como a vecinos que se acercaron al velero. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.