Durante más de 30 años un misterioso personaje motivó especulaciones e investigaciones a fin de ponerle rostro, nombre y cargo oficial al hombre clave en brindar pistas que obligaron a que el presidente Richard Nixon renunciara a la presidencia y abandonara en desgracia la Casa Blanca. Hace un par des semanas, Garganta Profunda apareció en […]
Durante más de 30 años un misterioso personaje motivó especulaciones e investigaciones a fin de ponerle rostro, nombre y cargo oficial al hombre clave en brindar pistas que obligaron a que el presidente Richard Nixon renunciara a la presidencia y abandonara en desgracia la Casa Blanca.
Hace un par des semanas, Garganta Profunda apareció en la TV y en los titulares de casi todos los medios del planeta. Mark Felt, 90 años, antiguo Subdirector del FBI, fue quien facilitó datos esenciales a Bob Woodward y Carl Bernstein, periodistas de The Washington Post, quienes realizaron la investigación del caso conocido como el escándalo Watergate.
Ahora en Venezuela, desde las sombras, otra Garganta Profunda filtra importantes documentos secretos relacionados con el proceso legal contra Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Freddy Lugo y Hernán Ricardo por la voladura del avión de Cubana de Aviación que costó la vida a 73 personas.
«Estos son los papeles», dice y me los muestra Alicia Herrera, periodista venezolana que hace 25 años publicó el libro Pusimos la bomba, ¿y qué?, cuyo título se debe a una expresión que gritó en el patio del Cuartel San Carlos de Caracas Hernán Ricardo, uno de los condenados por el acto terrorista más bárbaro y dramático ocurrido en el Hemisferio Occidental antes del 11/9.
Mientras ojeo los papeles, pregunto cómo llegaron a sus manos. Y ella me mira a través de sus lentes claros y finos, incapaces de ocultar la locuacidad de unos ojos inteligentes. Alicia es una mujer que combina talento e imaginación para procurar la verdad que encierra el trabajo investigativo al que se lanza. Ya lo demostró con su libro, ahora en fase de reedición, a los que anexa los documentos de la misteriosa Garganta Profunda y que tengo en mis manos. Buen material para trabajar y especialmente para cotejar y así ir anudando historias confirmadas y abandonar otras, hasta que vuelve la Garganta Profunda. Eso pienso mientras paso a la entrevista formal que inicio con su respuesta sobre el viaje de los papeles a sus manos.
Alicia Herrera (AH): Ernesto Villegas, que conduce el programa «En Confianza» por el canal 8 de la TV venezolana, a finales de abril me invitó nuevamente a participar en su programa. Para mi sorpresa veo que está presentando unos documentos que le llegaron de manera anónima, donde están piezas probatorias de la culpabilidad de los terroristas de Barbados. Son documentos que escondieron los encubridores del caso y los terroristas de la DISIP (policía política venezolana) cuando se realizaba el proceso legal. Probablemente estuvieron todos estos años a la espera del momento propicio para salir.
MAR: ¿Cuáles de estos documentos considera más importantes?
AH: Todos. Pero hay un interrogatorio de más o menos 22 cuartillas entre el Comisario Francisco y Hernán Ricardo, en el cual se supone que…
MAR: ¿Quién es el Comisario Francisco?
AH: Este comisario era de la DISIP, y en todo momento trata de que Ricardo diga dónde están escondidos los explosivos y otros armamentos que en cantidades insospechadas habían distribuido los terroristas por diferentes lugares de Caracas, para el avión de Cubana y para los crímenes que ya habían planificado que harían en toda la región del Caribe. En ese interrogatorio, el comisario le pregunta a Hernán Ricardo: «¿Y quién puso la bomba en el avión?» Y él muy claramente le responde: «Fuimos Freddy Lugo y yo». Y después Ricardo confiesa otra serie de atentados, incluido uno en Barbados meses antes, en julio, que pudiera crear confusión. Pero no, el documento especifica la fecha, «¿Y quién puso la bomba de Barbados?», y entre paréntesis la fecha de 6 de octubre de 1976, y él responde: «Freddy Lugo y yo». Ese es uno de los documentos que además refleja toda la participación de la gente que apoya financieramente a estos terroristas en Venezuela. Allí en una gran cena de recaudación se dijo: «Necesitamos 100 mil dólares» y allí se recogió el dinero.
MAR: Por lo que me está diciendo estos documentos parecen coincidir con otros recientemente desclasificados y que dio a la publicidad el Archivo Nacional de Seguridad de la Universidad George Washington en EEUU.
AH: Todos los documentos desclasificados por el FBI y la CIA dan cuenta de la participación de esta gente en la voladura del avión cubano. Lo sabían antes de que ocurriera el sabotaje al avión. En los papeles desclasificados se puede ver. Es más, lo comentaron en voz alta en una reunión de recaudación en la cual Posada Carriles dice que va a atacar a un avión cubano y que Orlando Bosch tiene todos los detalles. Y el mismo Bosch vanagloriándose del éxito que tuvo en el caso Letelier y la preparación futura de cosas más grandes. La CIA sabía lo que esta gente estaba haciendo, porque Posada Carriles siempre fue un hombre de la CIA y esto no es ningún misterio. Lo sabe todo el mundo.
MAR: Hablando de Posada Carriles, ¿se le menciona en esos documentos?
AH: Por supuesto. Luis, Luis, Luis, ese es el nombre que está de arriba abajo en este documento. «Luis lo sabía todo». «¿Qué te dijo Luis?». Muchísimos detalles en relación a Posada Carriles que lo implican directamente en este crimen. Así que de punta a punta se encuentran las referencias a Posada Carriles.
MAR: ¿Involucra a personalidades del gobierno de Carlos Andrés Pérez, que era el presidente en aquél momento? ¿El trabajo del Comisario Francisco estaba destinado a limpiar, no solo a los dos cubanos involucrados (Posada y Bosch), sino de salvar responsabilidades de la DISIP en el caso del avión?
AH: En una de las respuestas que da Hernán Ricardo en el interrogatorio dice: «No sigamos metiendo más nombres en esto porque vamos a llegar hasta las alturas». O sea que hay una implicación realmente. Pero también en los documentos hay un pacto que yo desconocía, para planificar qué podía y que no podía hacer Bosch a cambio de la protección de la DISIP, a cambio de la protección del gobierno. El documento decía que le garantizaría a Bosch la permanencia en Venezuela, lo proveería de la protección adecuada, de armamento para su protección, de un carné de la DISIP para que nadie lo molestara, de visitar, organizar y recabar fondos de la colonia cubana para su lucha anticastrista y le prometía una entrevista personal con el Presidente Pérez el 10 de octubre, o sea, días después de la voladura del avión cubano.
MAR: ¿Y por parte de Bosch?
AH: Por parte de Bosch las condiciones del pacto eran no realizar actos bélicos en los países de Venezuela, Costa Rica, Panamá y Colombia. Panamá fue rechazada al principio y aceptado después; también que la lucha contra el castro-comunismo no se detendría en el resto del continente y en especial en el Caribe, lo cual explica muy bien lo del avión cubano. En fin, un pacto que le daba a estos terroristas movilidad, protección de todo tipo.
MAR: Estos documentos son potencialmente explosivos. ¿Qué van a hacer con ellos?
AH: Ahora reposan en la Fiscalía General de Venezuela para que sirvan como pruebas legales de que realmente estos terroristas estuvieron involucrados, no sólo en la preparación del atentado, sino en la acción material del mismo.
MAR: La nueva edición de Pusimos la bomba, ¿y qué?, con los anexos de Garganta Profunda, ya está siendo lanzada en Cuba. ¿Cuándo se publicará en Venezuela?
AH: Ahora en Venezuela vamos a lanzar la segunda versión del libro que yo publiqué allá. Sí, próximamente será lanzada en Caracas.
MAR: ¿Será publicado el libro en Estados Unidos?
AH: Sí, próximamente va a ser traducido al inglés y distribuido en Estados Unidos. No puedo decirte fechas porque tengo bastante trabajo todavía, pero por supuesto que sí.
MAR: ¿Seguirá escribiendo Alicia Herrera?
AH: Sí, claro. Es mi compromiso.
Manuel Alberto Ramy es jefe de la corresponsalía de Radio Progreso Alternativa en La Habana, y editor de la versión en español de Progreso Weekly/Semanal.