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¿Víctimas o luchadoras?

Fuentes: Viento Sur

Las mujeres arrastran tras de sí una larga historia de discriminación y desvalorización. Con frecuencia no disponen de los recursos necesarios para cumplir con las múltiples responsabilidades que se les han asignado. Casi siempre la mirada que las evalúa es distante y sancionadora. La sociedad les pide mucho y les da muy poco, y cuando […]

Las mujeres arrastran tras de sí una larga historia de discriminación y desvalorización. Con frecuencia no disponen de los recursos necesarios para cumplir con las múltiples responsabilidades que se les han asignado. Casi siempre la mirada que las evalúa es distante y sancionadora. La sociedad les pide mucho y les da muy poco, y cuando fracasan las juzga con dureza. Por otra parte, se les asigna fácilmente la posición de víctimas y se les reconocen con dificultad los esfuerzos que realizan por solucionar sus problemas. (Dolores Juliano). 

Cansadas de discursos de base patriarcal que generan sentimientos de culpabilidad, de arrepentimiento y compasión, indignadas por la poca sensibilización de este país, por la falta de prevención sobre un tema de relevancia máxima en nuestra actual sociedad, donde la violencia estructural ejerce una fuerza cada vez más influenciable, donde los medios de comunicación representan demagogia y políticas que dejan mucho que desear y que no son factibles en su totalidad, surge este texto cargado de sentimiento y crítica hacia una situación insostenible, experiencias de mujeres que han sufrido violencia, mujeres luchadoras que desean recuperar sus vidas y ayudar a otras mujeres.

La violencia de género no sabe de edad, de origen étnico, de orientación sexual, de nivel cultural o de clase, la violencia ejercida sobre nosotras, las mujeres, no entiende de diferenciaciones, no se reparte por sectores de la sociedad.

Psicólogas, profesoras, amas de casa, abogadas, educadoras, antropólogas, sociólogas…etc. sufren violencia de género cada día en nuestra sociedad. Mujeres mayores, adolescentes, mujeres solteras, mujeres casadas, mujeres divorciadas, mujeres homosexuales, mujeres feministas, mujeres independientes, mujeres de diversos orígenes, mujeres luchadoras….etc. todas y cada una de ellas están expuestas ante el sufrimiento de la violencia cada día.

¿Cómo debe ser una mujer?

Nuestra base educacional ha estado basada en un sistema patriarcal en el que la mujer se ha posicionado como complaciente de los deseos del hombre, como sumisa, como la mujer perfecta que debe trabajar, cuidar de sus hijos, cuidar de su físico, cuidar, y cuidar, y cuidar. Si intentamos responder las siguientes preguntas quizás nos daremos cuenta de cómo y de qué forma nos han enseñado cómo debe ser una mujer, ¿Qué valores te han inculcado desde pequeña? ¿Existía una diferenciación de sexos dentro de tu núcleo familiar? ¿Qué roles desempeñaban tus referentes? ¿Cómo te han enseñado que debe ser una mujer? ¿Cómo debe comportarse? ¿Cómo debe actuar en una relación de pareja? ¿Cómo eres tú en una relación de pareja? ¿Cómo eres cuando estás soltera? ¿Piensas que debes tener una pareja para ser aceptada socialmente?

¿Qué está pasando?

-No existe una protección efectiva

-Hay una carencia de profesionales preocupante

-Se victimiza a nuestras semejantes

-Las mujeres tienen miedo

-Fiscales y jueces no analizan la situación y el riesgo caso por caso y en profundidad

-Hay un incremento de violencia ejercida sobre las menores

-La sociedad discrimina a la mujer que sufre violencia

-Hay una necesidad de visibilizar el fenómeno

-No existen medidas de prevención de base educacional

Las políticas que se llevan a cabo están fallando ¿Qué está pasando? ¿Quizás se debe dar una visibilidad al fenómeno más adecuada? ¿Cuántas mujeres más tienen que morir? ¿Cuándo van a actuar nuestros gobiernos? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con una educación no igualitaria? ¿Se fomentará la coigualdad o se seguirá mirando para otro lado? ¿Quién nos protege realmente? Quiero hacer especial mención a esta última pregunta, por ser una de las más planteadas a lo largo de mi experiencia trabajando con mujeres y compartiendo espacios de empoderamiento, muchas mujeres han sufrido violencia y siguen sufriéndola y viviendo con miedo en la actualidad. Mujeres con orden de alejamiento vigente y que día tras día temen por su integridad física y se cuestionan constantemente, ¿Quién las protege verdaderamente a ellas? ¿Y a sus hijas e hijos? ¿Están tranquilas si denuncian? ¿Si tienen una orden judicial?, hasta ahora no he tenido la suerte de conocer a alguna que se sienta a salvo y que no viva con miedo.

Nuestra lucha

Este texto surge de un grupo de mujeres de la ciudad de Granada que a través de un grupo de empoderamiento organizado por el Instituto de la Mujer, han sido capaces de crear fuerza y unión para gritar a voces la ausencia de sensibilización sobre este tema en este país, la ausencia de prevención en los jóvenes, prevención en los medios, falta de educación de los profesionales encargados del trato y el procedimiento tan «durísimo» por el que éstas tienen que pasar cuando deciden denunciar a su agresor/a, ausencia de información para la sociedad en general. A lo largo de estas sesiones de reflexión, de compartir experiencias, de expresar sentimientos, de ayuda mutua entre iguales, se ha llegado a la conclusión de esta falta de recursos y sensibilización general, se han creado lazos de unión y ayuda entre todas. Pero estos no es suficiente, existe una necesidad de cooperación más efectiva entre organismos políticos y sociedad civil.

La imagen de la mujer llamada «Víctima» está llena de estereotipos

Frases como: » Tú tienes la culpa porque lo has aguanto, te ha pegado y has vuelto con él» «No entiendo como siendo tan libre e independiente como eres has aguantado eso», «No te reconozco y no sé porqué aguantas a una persona que ejerce violencia sobre ti», «Si no hubieses vuelto con él, ya estaría mejor», «No has sabido ponerte en tu sitio», «Algo habrás hecho», «Tu lo ponías nervioso», «No tendrías que haberle llevado la contraria», «Mientras no te pegue no pasa nada», «A mí una persona me pega y no vuelvo más con ella», «No tienes pinta de mujer maltratada», » Tienes que aguantar por tus hijos», «Lo mismo te pegó porque venía con unas copas de más», » Debes saber perdonar», «Tienes que ser una mujer de tu casa», «Una buena madre está siempre con sus hijos y aguanta todo», «Eres tonta, porqué aguantas?», «De un pozo seco no se puede sacar nada», » Te estás volviendo muy rebelde», «Antes no eras así», «Has cambiado mucho, por eso ya no estamos bien», «Si me hicieras caso no habría problemas», «Estás pagando lo que te mereces», «La mujer es el único bicho que sangra y no muere», y muchas más que podríamos seguir plasmando en este texto, reflejan una falta de entendimiento sobre este fenómeno y una violencia verbal ejercida sobre la mujer, con un discurso carente de sensibilidad.

Alternativas que defendemos

Solicitamos medidas personalizadas en las que se estudie cada realidad y contexto, incremento de las ayudas y becas para el emprendimiento, fomento de medidas educativas y de empleo para este colectivo, mayor sensibilización y aumento de espacios y redes de empoderamiento para trabajar temas transversales como el autoestima entre otros. Prevención en colegios y espacios públicos para que este asunto no sea tabú en la sociedad y se use en beneficio de ésta, para ayudar a otras mujeres que están sufriendo en silencio, para concienciar a sus familias y entorno sobre cómo pueden ayudar a éstas y sobretodo conseguir una mejor convivencia entre iguales.

Cualquier persona, en cualquier momento de su vida se pude topar con una manipulación y una violencia ejercida sobre ella, que sin darse cuenta le lleve a la desestructuración de su estabilidad, de sus principios, a la pérdida de su dignidad y orgullo y en muchas ocasiones a la muerte.

«Es muy difícil recuperar tu vida cuando pasas por una situación así, tus valores y tus principios se derrumban, te preguntas cada día qué te está pasando, porqué no puedes salir de esta situación, porqué y porqué y porqué y porqué…mientras tu vida pasa y necesitas mecanismos, ayuda y sobretodo haber tenido una prevención educativa para detectar a una persona que está ejerciendo manipulación y control sobre toda tu persona» (J.M.).

«Las mujeres maltratadas vivimos con miedo a ellos, a la sociedad, al qué dirán, al futuro, a todo. Pero eso no lo dicen, sólo que cuando denunciamos somos libres. Y no saben que cuando denunciamos nos salen ojos por todas partes y vivimos con miedo» (D.C.).

«Cada vez que salgo a la calle, pienso si algún día me lo encontraré en cualquier esquina, si me buscará, me da miedo que vuelva a agredirme» (J.L.).

«No entendía qué me estaba pasando hasta que en este grupo, hablando con el resto de mujeres, observé que había sufrido violencia psicológica, además de física» (M.M.).

«Esto en cualquier lado con alguien y si voy sola no paro de mirar a todos lados» (M.G.).

«Cuando dices que eres una mujer maltratada, en vez de mirarte con comprensión, te miran de arriba abajo, y te sientes tan pequeña…» (D.C.).

«Es puro desconocimiento de algunos(as), que llegan a pensar si acaso estarás mintiendo» (R.S.).

«Hace cuatro meses que denuncié el quebrantamiento de orden [de alejamiento] de mi ex pareja, y aún no lo han localizado ni han puesto medidas, el policía que me atendió en la Jefatura Policial de Granada me dijo: Entiendo que muchas no denuncien, realmente no estáis seguras teniendo una orden de alejamiento» (J.L.).

«En mi primer juicio, la fiscal, una mujer, me llegó a recriminar que yo no parecía una mujer maltratada, que tenía pinta de mujer exuberante con carácter y que sólo tenía un moratón en el cuello» (M.R.).

Alternativas

Para terminar, comentar que tenemos una idea de proyecto que de momento no podemos sacar adelante por la falta de financiación, no por falta de ideas. Entre los objetivos, a nivel general el más directo atiende al acompañamiento de estas mujeres para la reconstrucción de la autoestima perdida y la motivación. Establecer una atención psicosocial directa y prolongada en el tiempo, ofrecer experiencias formativo-educativas, orientar con una visión de salud y belleza física, encontrar fórmulas de motivación personal, interactuando entre todas se puede lograr un trabajo eficaz y saludable. Todo esto siendo consciente de que cada mujer pertenece a un contexto cultural específico con unos factores ambientales y personales concretos, y con unas motivaciones diversas que requieren el estudio personalizado de cada situación y realidad. Como objetivos más específicos se pretende deconstruir la categoría «Víctima» o «Sumisa» entre otras con la intención de no victimizar a las mujeres, y de no se producir una estigmatización social. Se pretende crear una red de ayuda mutua y reciprocidad entre mujeres y establecer contactos siempre con diferentes recursos de manera que podamos cumplir el objetivo que nos marquemos siempre en cada experiencia concreta.

Para finalizar hacemos hincapié en el siguiente hecho: «No pretendemos generar universales sobre este tema, queremos que se estudie cada realidad y cada contexto y sobre todo concienciar sobre este fenómeno y deconstruir la categoría de víctima». Queremos que se tomen medidas adecuadas y sobretodo que el miedo no impregne la vida cotidiana de cada una de estas mujeres, incluyéndome a mí misma.

Algunas mujeres que han participado :

M.G.A. F.P. – Auxiliar de Clínica. 38 años. (Granada)

M.J.H.M. – Ciclo grado superior en administración y finanzas y Diplomada en Relaciones Laborales. 28 años. (Granada)

M.C.L.F. – F.P Peluquería. 39 años. (Granada)

M.K. – Estudiante de Farmacia (Granada/Marruecos)

J.M.L. – Antropóloga, Máster Relaciones Internacionales. 30 años (Granada/Madrid)

S.R. – Profesora. 38años (Granada)

F.L. – Estudiante. 42 años (Granada)

P. – Camarera. 30 años (Granada/Colombia)

A.M. – Ama de casa. 69 años (Granada)

T.E. – Abogada. 35 años (Granada)

C.D. – Estudiante de oposiciones. 43 años (Granada)

A.M. – Estudiante Módulo Grado Medio. 20 años. (Granada)

Jaritah Lu es antropóloga experta en Social Media e Investigación Socio-Cultural