El pasado jueves la embajada de Cuba en París fue agredida por un grupo de contrarrevolucionarios de origen cubano. Un último caso de una serie de embates a instituciones cubanas en el exterior, la parte «performática» de la campaña mediática desatada contra Cuba. Pero veamos quiénes son los figurantes de este tipo de sainete que […]
El pasado jueves la embajada de Cuba en París fue agredida por un grupo de contrarrevolucionarios de origen cubano. Un último caso de una serie de embates a instituciones cubanas en el exterior, la parte «performática» de la campaña mediática desatada contra Cuba. Pero veamos quiénes son los figurantes de este tipo de sainete que parece andar de moda en algunas capitales europeas.
El pasado jueves la embajada de Cuba en París fue agredida por un grupo de contrarrevolucionarios de origen cubano ligados a las organizaciones terroristas de Miami, varios integrantes de la Organización Reporteros sin Fronteras y periodistas de la prensa nacional y extranjera. De manera violenta, atacaron físicamente a una ciudadana cubana residente en Francia y bloquearon con cadenas y candados los dos accesos a la Misión Diplomática y la puerta del Consulado General.
Este es sólo el último caso de una serie de embates a instituciones cubanas en el exterior, la parte «performática» de la campaña mediática desatada contra Cuba. Pero veamos quiénes son los figurantes de este tipo de sainete que parece andar de moda en algunas capitales europeas.
En primer lugar y como vocera de este grupo de comediantes sobresale la devota escritora cubana Zoe Valdés. Su infertilidad intelectual, la cada vez más evidente decadencia de su literatura -a fuerza de repetirse, los maniqueos argumentos de sus novelas empiezan a tornarse aburridos-, la ha llevado a buscar por otros medios los ansiados 15 minutos de Warhol. Ella, mejor que muchos, sabe cómo recompensan ciertas editoriales tales posiciones. Nada suple mejor la falta de talento que el escándalo. La democrática escritora, que ha definido la provocación a la embajada cubana como un «happening» y que cuenta entre sus héroes a los secuestradores del niño Elián González, espera alcanzar, con vituperios al estilo de: «El Pontífice irá a Santiago, sin ‘la rubia cabellera de Fonseca’, a quitarse el dolor de huevos», nuevos galardones. Criticar rabiosamente a Cuba, servir de voceros de la propaganda yanqui, se ha convertido, increíblemente, en la principal gloria de algunos «literatos!.
En el reparto aparece, además, la Organización Reporteros sin Fronteras comandada por Robert Ménard para quien, por lo visto, ha sido un duro revés el encarcelamiento de unos cuantos de sus asalariados. Según dijo alguna vez Ménard refiriéndose a los llamados periodistas «independientes» que formaban parte de la plantilla de su Asociación y que, en su gran mayoría, nunca fueron a la universidad: «Nosotros les damos cincuenta dólares mensuales a unos veinte periodistas para que puedan sobrevivir; para que se queden en el país, pues cada vez que los encontramos lo primero que nos proponen es que los ayudemos a salir de Cuba, debido a problemas económicos». Lo que nunca ha dicho es cuánto le pagaban a él por su gestión.
Otros figurantes son los miembros de la llamada Fundación Internacional para la Libertad (¿del fascismo?) creada el pasado octubre en España. Para esta institución, liderada por el escritor peruano Mario Vargas Llosa y a la que pertenece el terrorista de origen cubano Carlos Alberto Montaner, los enemigos de la libertad son los dirigentes políticos que defienden los intereses nacionales-populares y la independencia política frente a los dictados de EE.UU. El mismo día de su inauguración, el presidente dejó claro que entre los objetivos de la organización se encontraba el enfrentamiento a las dictaduras (léase los gobiernos de Chávez, Lula y Fidel Castro), algo que sin dudas desconcertó a algunos de los presentes: minutos antes, uno de sus integrantes no se medía para alabar la dictadura de Pinochet.
La nueva Fundación no puede ser otra cosa que una organización fascista. Basta revisar el ideario de ese ferviente admirador de la raza yanqui que es Carlos Alberto Montaner: «Probablemente todo un complejo fenómeno de origen milenario subyace en el relativo fracaso escolar de los hispanos en Estados Unidos. Y lo tremendo es que el problema no tiene solución colectiva, sino personal. Los gobiernos poco pueden hacer más allá de enredar las cosas y gastar inútilmente millones de dólares. Sólo podrán sacudirse estos viejos fantasmas quienes advierten que en la zona de la conciencia en que se forja la cultura hay algo torcido en nuestra etnia y se disponga a enderezarlo».
Súmese a la lista algunos «productores» como el presidente español José María Aznar quienes prestan el escenario para, además de quedar bien con los financistas miamenses de su elección presidencial, tratar de silenciar el mote de asesino con que ahora lo saluda el pueblo español. El propio Montaner, definido en una reciente entrevista publicada por La Razón como «una de las personas que lleva la voz cantante en las protestas contra Castro» le hace el trabajo sucio. A la pregunta del entrevistador de si veía hipocresía en cómo se había movilizado la izquierda por la guerra de Iraq y no tanto por Cuba, el también agente de la CIA radicado en España respondió: «Encontraron en la guerra de Iraq un gran tema de batalla y de pronto el asunto cubano vino a interrumpir esa fiesta política. Eso les ha llevado en algunos casos a tratar de esconder lo que no deberían esconder y que deberían censurar con el mismo vigor, incluso con más vigor».
No olvidarse de la variante en el exterior de los llamados periodistas «independientes». La revista Encuentro, una publicación financiada por la Fundación Ford y la National Endowment for Democracy, institución esta última que como ha afirmado el para nada procubano The New York Times, le sirve de cobertura a la CIA, ha incitado a la firma de cartas contra Cuba. Además de que es fácil probar su deuda con la NED, el dinero que reciben puede encontrarse en el sitio web de dicha agencia, la publicación no oculta sus filiaciones políticas. Sin recato alguno, a fin de cuentas para eso le pagan, le sirve de tribuna a Jorge Más Santos.
«Imagínate a un Fidel Castro -sentencia en la versión digital de esa revista el presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana-fortalecido con el levantamiento del embargo ante la existencia de las guerrillas terroristas y los vientos anti-democráticos que están afectando a ciertos países de América Latina. Ante todo este panorama, levantar el embargo sería un grave error».
Todos estos saltimbanquis -aunque andan de gira europea: ingenua manera de tratar ocultar tras bastidores a los directores de la obra-, acatan el guión escrito por los «intelectuales» de la Mafia de Miami y el cual puede resumirse en el deseo expreso de ver por CNN caer las bombas sobre la Isla. El viejo sueño miamense que describiera hace poco un columnista de El Nuevo Herald: «imaginaba a los infantes de marina desfilando a tambor batiente por las calles de La Habana en la mañana de nuestra liberación (…) la acción militar norteamericana contra Irak acerca un poco la realización de ese sueño».