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Visibles y sin estigma

Fuentes: Rebelión

Con este texto pretendemos analizar la situación actual de las personas con problemas de Salud Mental a raíz del trabajo que realizó el equipo artístico Toxic Lesbian, primero en el Círculo de Bellas Artes y posteriormente en el Medialab Prado de Madrid, cuyos resultados se están mostrando actualmente en su pantalla digital. Antes de analizar […]

Con este texto pretendemos analizar la situación actual de las personas con problemas de Salud Mental a raíz del trabajo que realizó el equipo artístico Toxic Lesbian, primero en el Círculo de Bellas Artes y posteriormente en el Medialab Prado de Madrid, cuyos resultados se están mostrando actualmente en su pantalla digital.

Antes de analizar más pormenorizadamente el trabajo hecho en su faceta más artística, conviene que nos detengamos por un momento en el por qué de este trabajo, así cómo bajo qué presupuestos se posicionaba. Las personas que colaboramos en el proyecto éramos conscientes- y lo seguimos siendo- del enorme estigma que pesa sobre este colectivo y lo contemplamos en una de las acepciones dadas por el Diccionario de la Real Academia Española, cuando lo menciona como: desdoro, afrenta, mala fama.

Al mismo tiempo la invisibilidad que sufrimos refuerza el estigma, tal y como afirma la escritora estadounidense Iris Marion Young (1) al analizar las opresiones que sufren diferentes colectivos, entre los que se encuentra el que estamos analizando aquí, dice lo siguiente:

«el imperialismo cultural encierra la paradoja de experimentarnos como invisibles al mismo tiempo que somos señaladas como diferentes».

Esa invisibilidad queda totalmente refrendada si nos preguntamos ¿A cuántas personas con estas características conocemos en nuestro lugar de trabajo? ¿A cuántas en las Universidades? ¿A cuántas ocupando cargos públicos?, etc.

(1) esta frase está recogida de su libro «La justicia y la política de la diferencia», p. 105. Cátedra, Madrid, 2000

Por otro lado cuando hablamos del estigma nos referimos a una diferencia que por sí misma produce rechazo, basta con echar mano de los medios de comunicación, que en plena era de la comunicación, es lo que nos dicen, de la comunicación no dudan en calificar a dos millones de personas con estas circunstancias, con dos o tres adjetivos, sin promover una imagen más plural, más inclusiva, más analítica.

Partiendo de estas premisas el proyecto» Cuentos que nunca cuentan», que tuvo su fase inicial en el mes de octubre en el Círculo de Bellas Artes, se empezó a abordar estos temas analizando los aspectos aquí mencionados así como muchos otros. El documental elaborado a tal efecto está disponible en www.youtube.es/ELENATOXICA (lista de reproducción «Cuentos que nunca cuentan») y en www.elenatoxica.blip.tv

Posteriormente este proyecto fue seleccionado por el Medialab Prado para inaugurar la pantalla digital, que a día de hoy se está proyectando en Madrid. Nos vamos a detener aquí, porque si la imagen convencional es mostrarnos bajo unos parámetros muy determinados, lo que se ha hecho desde el proyecto del Medialab es todo lo contrario. Somos, en primer lugar, nosotros los participantes en un medio artístico directo, con una mirada hacia el espectador, una imagen con contenidos e imágenes, una mirada directa, cómo diciendo tú que ves, qué diferencias observas, en qué te atañe todo esto a ti… una mirada, un discurso, o quizás un contradiscurso, diametralmente opuesto al oficial, en una línea discursiva al estilo de la escritura de Judith Butler (2)

(2) Me refiero a las tesis de su libro «Lenguaje, poder e identidad», Madrid, Síntesis, 2009.

Un discurso en el que también se denuncia la situación en la que viven a día de hoy muchos homosexuales en el mundo, conviene recordar que en España la homosexualidad estaba considerada una enfermedad mental hasta hace bien poco .

Al mismo tiempo también se denuncia la situación que viven a día de hoy las personas transgénero, todavía consideradas como personas con un problema de salud mental, a falta de que definitivamente saquen dicho diagnóstico tanto en las categorías diagnósticas de la Psiquiatría estadounidense, como en la europea.

Así pues nuestra intención con este proyecto ha sido, y es, dar visibilidad a un colectivo que no la tiene, y al mismo tiempo ir acabando con el estigma. Somos conscientes que esta es una tarea muy laboriosa porque los mecanismos que promueven estas circunstancias están muy imbricados en la sociedad, pero hemos querido contribuir desde nuestro ámbito del saber a que esto se vaya solventado.

Finalmente conviene anotar que este proyecto ha contado con la colaboración de FEMASAM (Federación Madrileña de Asociaciones Pro-Salud Mental, quienes han ayudado con este proyecto a ir superando el estigma y lograr una visibilidad que rompe con estereotipos muy arraigados en nuestra sociedad.

En todo caso, el documento en sí pasará a la historia a través de Internet y eso nos llena de orgullo y satisfacción.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.