Son las 12 de la noche del 16 de junio en España y Liu Runhan, una estudiante china que vive en Madrid mientras cursa un doctorado en Medicina Tradicional, todavía trabaja bajo la luz de su lámpara de mesa.
Aunque sus estudios se han visto suspendidos durante tres meses debido a la pandemia de COVID-19, Liu está muy ocupada desde que se convirtió en miembro de la Alianza Global de Voluntarios contra COVID-19 (GVA, siglas en inglés). El voluntariado ocupa su tiempo de estudio, pero Liu se siente orgullosa.
“Este trabajo es valioso. China ofrece su ayuda cuando el mundo necesita a China”, subrayó Liu.
La GVA, iniciada y organizada por chinos que viven en España y otros países, cuenta ya con más de 1.300 médicos y 200 voluntarios.
Según Li Chengcheng, una de las creadoras de la alianza, a principios de marzo muchos médicos españoles estaban ansiosos por contactar con expertos chinos, para conocer sus experiencias sobre cómo recibir pacientes, cómo implementar el aislamiento, cómo protegerse en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y cómo salvar vidas.
“El primer grupo de comunicación entre médicos nació el 15 de marzo. Al principio era solo una plataforma para que los médicos de China y España se comunicaran”, recordó Li.
Tras el establecimiento de la plataforma de comunicación, el Hospital Clínic de Barcelona, uno de los hospitales públicos más importantes de España, se convirtió en el primer beneficiario. Pronto, los jefes de 14 UCI en Cataluña también buscaban la ayuda de esta plataforma.
“A través de esta plataforma, mis colegas y yo nos pudimos ponernos en contacto inmediatamente con doctores y expertos chinos, muy al principio del estallido de la crisis sanitaria. En este momento, cuando la situación está mejorando, la palabra que más quiero transmitir a los voluntarios de la Alianza es: gracias”, dijo Josep M. Campistol, director y CEO del Hospital Clínic de Barcelona.
Li recordó que después del establecimiento de la plataforma, recibieron muchas preguntas de médicos españoles. Los voluntarios de la GVA están ocupados traduciendo casi todos los días, y solo pueden dormir tres o cuatro horas durante las jornadas de más trabajo.
En los últimos tres meses, los médicos españoles formulan preguntas y los médicos chinos responden en línea. Los miles de kilómetros que los separan no son un problema para el creciente intercambio de mensajes entre los médicos de los dos países.
La traducción médica requiere un alto conocimiento profesional, tanto cada pregunta como su respuesta debe pasar por siete rigurosos “procesos” de revisión entre los voluntarios.
“Los voluntarios de diferentes grupos trabajan en turnos frente al ordenador. Un proceso completo incluye numeración, traducción, corrección y revisión, reenvío al grupo de WeChat de médicos chinos, traducción, revisión y respuesta”, explicó Liu, detallando que “a veces lleva toda una noche aprobar varios términos técnicos”.
“Aunque este trabajo es muy duro, nos motiva la idea de ayudar a un médico más, que a su vez puede salvar a más personas”, dijo Li.
Zhao Lei, subdirector del Departamento de Infectología del Hospital Union de Wuhan es uno de los primeros médicos que se ha dedicado a luchar en primera línea contra el coronavirus en Wuhan, y también es uno de los primeros miembros de esta plataforma.
El 15 de marzo, cuando el último paciente de los casos confirmados en su hospital fue dado de alta, Zhao se dedicó de inmediato a compartir la experiencia china con colegas extranjeros en su tiempo libre.
“El nuevo coronavirus es algo que nunca nos habíamos encontrado antes, y solo podemos ganar experiencia durante el proceso de tratamiento”, puntualizó Zhao, añadiendo que espera que sus respuestas ganen más tiempo para los colegas españoles.
“Esto realmente está salvando vidas”, afirmó el doctor.
A medida que la pandemia continúa extendiéndose a nivel mundial, más médicos de otros países quieren participar de la plataforma, que aunque empezó entre China y España ya se ha convertido en una alianza global.
Además de ayudar a responder a más de 550 preguntas, los voluntarios también han realizado ocho seminarios web (webinars).
“Muchos de los voluntarios no se conocen, pero cooperan entre sí para trabajar día y noche. Hoy, hemos pasado de servir solo a médicos españoles a servir también a médicos en América Latina, Asia, África y Oriente Medio. Somos conscientes de la gran responsabilidad que esto conlleva”, señaló Li Ya, responsable de la plataforma de comunicación de los médicos hispanohablantes, quien agregó que su trabajo no hubiera sido posible sin la ayuda de Liu Lingling, experta en el tema de comunicación.
La GVA también ha contado con la contribución de miembros como Liu Xiumian, Jenny Zhang, Chen Jianxin, Nan Jun y Yang Kai, entre otros.
A pesar de las dificultades y el cansancio, el agradecimiento de los médicos extranjeros hace que los voluntarios sientan que todo vale la pena.
“A mí personalmente me ha hecho conocer de primera mano la solidaridad desinteresada del pueblo chino”, escribió Beatriz Beltrán, una doctora española, en una carta para la GVA, en la que añadió que “esta pandemia nos ha acercado. Aquí hemos empezado una relación y todos aprendemos de todos, y ha sido muy útil para afrontar esta situación”.
Recientemente, el Hospital Clínic de Barcelona ha propuesto cooperar con la GVA para participar en el intercambio global de experiencias de prevención y tratamiento del coronavirus. “Este es el relevo del amor. La solidaridad ayudará a la humanidad a vencer cualquier desastre”, concluyó Li.