Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
La COP21 acaba de terminar con una retahíla de buenas intenciones que nos ofrece interesantes perspectivas. Pero las reacciones de las bolsas hacen que conservemos las cabeza fría
El infierno del desajuste climático está empedrado de buenas intenciones
Los medios han presentado el acuerdo sobre el clima alcanzado en París desde el ángulo de la euforia, de los políticos radiantes, de «acuerdo histórico», «de reacciones generalmente positivas», prácticamente sin ningún ángulo crítico. Se ha dado un gran suspiro de alivio, el planeta está salvado. En efecto, la conferencia ha supuesto una clamorosa victoria diplomática . Todos los países se pusieron de acuerdo sobre los objetivos, se ha creado un marco jurídico para hacer el seguimiento y los textos presentan pasajes interesantes sobre un enfoque global del desarrollo sostenible que no está centrado en el mercado. (1)
No es algo baladí. Pero como señala Jeffrey Sachs, consejero de Ban Ki-moon: «Es fundamental distinguir entre diplomacia e implementación» (2). El objetivo de limitar el calentamiento del planeta a 2°C e incluso a 1,5°C es encomiable, pero se trata solo de buenas intenciones a nivel planetario. Si se aplican los planes de acción de los diferentes gobiernos nacionales la temperatura del planeta más bien ascenderá 2,7°C. Y eso a condición de que se apliquen ya que estos planes no son en absoluto vinculantes. Según Sachs, en el curso de las próximas décadas se alcanzará ya el límite de 1,5°C.
Como afirma el escritor Monbiot de manera contundente y concisa, «comparado con lo que habría podido ser la conferencia es un milagro, comparado con lo que debería haber sido es un desastre» (3).
Planeta o beneficio
A fin de cuentas, en este tipo de conferencia climática todo es cuestión de dinero. Y hay mucho dinero en juego. Las 200 principales empresas petroleras, de gas y hulleras representan un valor de 4.000.000 millones de dólares en el mercado (4), esto es, tanto como el PNB total de los países de América Latina. El imperio económico y financiero de estos gigantes no sufre el menor daño. Ellos han financiado con millones de dólares la conferencia de París y los miembros de sus grupos de presión estaban sentados en la mesa de negociación.
De hecho, la opción ante la que nos encontramos es bastante simple: o bien quemamos todas las reservas de combustibles fósiles de las que disponemos y nos encaminamos a una subida de temperatura de entre 3 y 5°, lo que hará que el planeta sea muy inhabitable, o bien tratamos de mantener la subida de temperatura por debajo de los 2°C, así que solo podemos quemar entre un 20 % y un 40 % de las reservas (5).
Si los gigantes de la energía tienen que dejar intacto entre el 60 % y el 80 % de sus reservas, el valor comercial de sus reservas se derrumbará, estas empresas perderán toda su solvencia y caerá el precio de sus acciones. Por lo tanto, había que examinar cómo iba a reaccionar las bolsas después de la conferencia sobre el clima.
¡Las bolsas respiran aliviadas!
Con un acuerdo climático adecuado las acciones de las empresas de energías fósiles deberían haber caído mientras que las de las empresas de energía verde deberían haber subido. Las bolsas no han reaccionado en absoluto de esta manera.
Después de la conferencia sobre el clima las acciones «verdes» solo han ganado entre un 1,5 % y un 2%, mientras que las acciones de gas y petróleo solo bajaron medio porcentaje (6). Ni siquiera han sufrido contrariedades las acciones de la principal culpable, la industria del carbón, todo lo contrario. Mientras se preparaba la conferencia estas acciones bajaron constantemente debido al temor a una conferencia que impusiera unos acuerdos vinculantes, pero en cuanto acabó la conferencia la tendencia a la baja se detuvo (7). ¡Uf!
Los presidentes de la industria fósil están más bien tranquilos tras la conferencia. No creen que los acuerdos alcanzados tengan un impacto directo sobre sus negocios. «Por hablar francamente, no estamos demasiado preocupados. El acuerdo no cambia gran cosa en este momento», afirma un presidente de la industria del carbón (8). Un presidente de una empresa petrolera afirma que «la industria tiene otras preocupaciones en este momento, sobre todo, el bajo precio del petroleo». (9) Un cuadro superior de una empresa de energía verde prevé para su empresa «pocos cambios significativos en los próximos 4 a 5 años» (10).
Los monopolios energéticos, y con ellos los mercados financieros y los accionistas, afirman felices que el mundo político no cumplirá lo prometido. «Shall we save the planet? No, we should, but… unfortunately the profit stands in the way» [«¿Salvaremos el planeta? No, deberíamos hacerlo pero, por desgracia, se interpone el beneficio»]. Sin lugar a dudas, el desenlace de la conferencia sobre el clima se podría resumir así.
Los pueblos van a cambiarlo todo
El problema es indudablemente que no esperamos demasiado de las autoridades. Según el FMI, los gobiernos nacionales subvencionan cada año al sector de la energía fósil con 5.300.000 millones de dólares (incluidos los costes procedentes de la contaminación del aire). Esa cantidad es mil veces la cantidad que gastan en investigación y desarrollo de las energías renovables y 50 veces el montante que los países ricos conceden a los países en desarrollo para su lucha contra el calentamiento climático. (11) Esta enorme desproporción refleja la preferencia de los poderosos lobbies y las relaciones de fuerza a nivel mundial. Por muy bien gestionada que esté, una conferencia sobre el clima no va a solucionar nada de ello.
La salvación del planeta dependerá de la lucha que venga de la base, en cada país por separado. Como afirma Claudia Salerno, embajadora de Venezuela en Bélgica y negociadora climática, «los acuerdos de París cambian algunas cosas, pero los pueblos van a cambiarlo todo».
Habrá que obligar a los poderes públicos y a los gigantes de la energía a dar prioridad al planeta sobre el beneficio. La parte más importante de esta tarea todavía está por empezar. Es una lucha contra el tiempo.
Notas:
(2) http://www.ft.com/intl/cms/s/0/eb8eeff8-a100-11e5-8d70-42b68cfae6e4.html
(6) Se trata de la Bolsa en Estados Unidos: http://www.dewereldmorgen.be/artikel/2014/07/14/vergeet-toekomst-en-klimaat-energiereuzen-kozen-resoluut-voor-winst
(7) Uno de los dos gráficos muestra la evolución de las acciones de Peabody (industrie hullera) y de BP (industrie petrolera) respectivamente durante el mes pasado: http://seekingalpha.com/symbol/BTU; http://www.hl.co.uk/shares/shares-search-results/b/bp-plc-ordinary-us$0.25/share-charts
(8) http://www.ft.com/intl/cms/s/0/441249f2-a19e-11e5-8d70-42b68cfae6e4.html
(9) http://www.ft.com/intl/cms/s/2/daa0b3e8-a1c3-11e5-8d70-42b68cfae6e4.html
(10) http://fortune.com/2015/12/14/paris-climate-deal-sinks-coal-stocks-lifts-renewable-energy/
(11) http://www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2015/wp15105.pdf; http://www.ft.com/intl/cms/s/0/181f365c-7ca0-11e5-a1fe-567b37f80b64.html
Traducción del neerlandés al francés: Anne Meert para Investig’Action
Fuente: http://michelcollon.info/Les-bourses-respirent-apres-la.html?lang=fr