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Declaraciones de Ángel Gabilondo, presidente de la conferencia de rectores, interpelado por simpatizantes de la huelga contra el proceso de Bolonia

«Yo si pensara que Bolonia mercantiliza la educación iría a la manifestación, lo que pasa es que no pienso eso y no voy»

Fuentes: Rebelión

Hoy está convocada la huelga europea contra Bolonia, por una universidad pública y popular que no sea ni fábrica de precarios ni escuela de élites. En este contexto consideramos interesante dar a conocer el diálogo público que hace dos días varios jóvenes, inquietos por el futuro de la universidad, procuraron entablar con el Rector de […]

Hoy está convocada la huelga europea contra Bolonia, por una universidad pública y popular que no sea ni fábrica de precarios ni escuela de élites. En este contexto consideramos interesante dar a conocer el diálogo público que hace dos días varios jóvenes, inquietos por el futuro de la universidad, procuraron entablar con el Rector de la Universidad Autónoma de Madrid, presidente de la conferencia de Rectores de las Universidades de Madrid, Vicepresidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, co-presidente de la Fundación Parque Científico de Madrid, co-presidente de la Fundación UAM-El País, Vicepresidente de la Fundación Universidad-Empresa, Miembro del Consejo de Administración y de la Comisión Ejecutiva del Portal Universia S.A. y catedrático de metafísica, Ángel Gabilondo.

En el ciclo «La biblioteca de…» Gabilondo, entre otras cosas, se refirió a su empeño por «un decir que hace lo que dice y dice lo que hace» en el curso de una conferencia en la que comentó treinta y una lecturas. Aseguró que leer es ponerse en cuestión y dijo que sólo la palabra puede nombrar lo conveniente y lo inconveniente, lo justo y lo injusto.

Alentado por estas palabras, un joven le preguntó: El conocimiento se produce en la universidad y usted es rector de la Autónoma. Un conocimiento universal es el teorema de Pitágoras, que también surgió hace siglos en una escuela muy parecida a la universidad: ¿piensa usted que el poder y el dinero deben decidir la veracidad o no del teorema de Pitágoras?

Gabilondo dijo: «Yo creo que hacer una opción por el pensar es exactamente hacer una opción por valores distintos de los valores que constituyen la tierra como mundo que son siempre los honores, los poderes y las riquezas. Y hay una extravagancia en la opción por el pensar que es una toma de distancia de esos valores convencionales y que le hacen a uno ser errante y extraño y extranjero en el propio mundo (…) Por eso yo siempre he preconizado y he traído aquí autores de la cultura grecolatina para reivindicar una cierta sencillez en la existencia, yo no digo que no le importen a uno los placeres, los honores, la riqueza pero vivir por ello, dar la vida por ello, es verdaderamente el disparate del pensamiento en su apuesta por un espacio de justicia y de libertad, por eso leemos para no ceder a la seducción de esos valores».

Algo desconcertado por el método usado en la respuesta, el joven trató de precisar más su pregunta y dijo:

Voy a utilizar un caso más concreto, Antonio Brú es físico y profesor de matemática aplicada en la universidad complutense y ha descubierto una terapia contra el cáncer muy novedosa que utiliza las matemáticas y la medicina conjuntamente, se ha probado con éxito en casos de personas deshauciadas por los métodos oncológicos tradicionales y que ahora hacen vida normal, sin embargo, este es un conocimiento que está en la universidad y que no se traslada a la sociedad simplemente porque el poder y el dinero, vamos a decir las empresas farmacológicas y el Ministerio de Sanidad en este caso, no lo permiten y por eso vuelvo a la pregunta de: ¿cree usted que el poder y el dinero deben decidir eso?:

El vicepresidente de la Fundación Universidad-Empresa, Ángel Gabilondo respondió:

«El poder y el dinero no deben decidir si ciertos conocimientos son veraces o no, la respuesta es fácil. Pero lo que también es claro es que el conocimiento está vinculado a la lucha de poder. Hay luchas de poderes, luchas de discursos y en la medida en que hay luchas de poderes y luchas de discursos es difícil a veces la transferencia de conocimientos porque hay intereses. Intereses. Unos no son legítimos, unos son confesables. Todo conocimiento está vinculado a un interés, Habermas habla de esto. Ahora, pero es que hay intereses que son espurios, no son compartibles, son egoístas, buscan el privilegio de unos cuantos frente a otros. Este discurso es conocido, no quiero insistir…»

Un joven que parecía pensar que un poco de insistencia en la falta de legitimidad de ciertos intereses tampoco hubiera venido mal, preguntó:

¿Entonces, con todos mis respetos, piensa usted que la autónoma o cualquier otra universidad debe regirse por los mismos criterios que un burdel tal como propone el proceso de Bolonia, me refiero a hechos como hacer aceptar a los rectores dinero de corporaciones como Microsft… en vez de pagar por estar en este país los impuestos que le tocan? Si no es así ¿estaría usted dispuesto a luchar y defender una educación que no fuera un bien consumo acudiendo a la manifestación contra el proceso de Bolonia?

Gabilondo analizó primero en su respuesta no tanto los hechos sobre los que se le preguntaban, sino su propia sinceridad:

«Yo si pensara así, sí que iría, lo que pasa es que yo no pienso eso. O sea que no es el problema de la falta de sinceridad: dado que pienso eso no voy; es decir, que no soy incoherente por no ir a pesar de pensar eso, es que yo no pienso eso y yo no sé si tiene mucho interés el que yo ahora cuente lo que pienso sobre eso».

A continuación, curiosamente, dijo: «Ahora yo creo que hay ese peligro, hay el peligro de que los estudios, el sistema universitario se deslice por un camino que conduzca a la mercantilización, pero tenemos que evitar que esto ocurra».

Y luego, matizó: «Pero desde luego también creo que Europa es una oportunidad para la homologación de los títulos, para la movilidad, para el reconocimiento y para que también la universidad no viva de espaldas a la sociedad para consumo de sus propios intereses, y sea capaz de tener rentabilidad social para responder a los requerimientos, porque yo sí creo que el conocimiento tiene que tener que ver con el bienestar y hemos de procurar a través del conocimiento la generación de mejores condiciones de mejores de vida para el bienestar de los ciudadanos y las ciudadanas … Y concluyó: pero yo si creyera que estas catástrofes van a pasar, al entrar al espacio europeo, claro que iría a la manifestación. Pero vamos no dejaría jamás de ir…»

«Nos estamos yendo del tema», dijo entonces el moderador del acto, observación sorprendente puesto que, durante la conferencia el rector y miembro del Consejo de Administración y de la Comisión Ejecutiva del Portal Universia S.A. había dicho: «El sentido de la filosofía está no en hablar del amor sino hablar como un enamorado, no hablar de la muerte sino hablar como un mortal» y por lo tanto, pensaban los jóvenes: no en hablar del estudio sino hablar como un estudiante. Convencido de la oportunidad del tema, otro joven le preguntó:

A mi sí me interesa tratar sobre estos temas porque al hilo de lo que se preguntaba yo creo que el gobierno socialista ha tasado el acceso a la educación en 15.000 euros, esa cifra está más cerca de comprar un derecho o, como los derechos no se compran, de acceder a un bien de consumo. Usted ha dicho que pensaba que no estaban cambiando los valores y que por eso no iría a las manifestaciones: ¿Cree o no que la educación está dejando de considerarse un derecho que nos corresponde dada nuestra condición de ciudadanos y pasando a considerarse un servicio al que podemos acceder dada nuestra condición de consumidores?

«Sí, yo creo que el mundo es mejorable», respondió el catedrático Gabilondo.

Extrañado, el joven replicó: Yo no le he preguntado si el mundo es mejorable.

A la manera de Polo en el diálogo socrático, Gabilondo dijo: «Ya, pero yo voy a partir de ahí. Primero yo animo a que como hay foros donde puede hablarse de eso, en la autónoma hemos hecho unas jornadas sobre la sociedad europea como espacio europeo, como espacio para la educación superior para los estudiantes, hemos convocado, ellos mismos se han organizado y estos son sitios muy extraordinarios para hablar de estas cosas… pero todos los sitios lo son, éste también si se desea hablar de esta manera.

Yo creo que debemos pensar muy a fondo el sistema de financiación de la universidad, y viendo lo que ha pasado en este país en los últimos diez años y pensar a fondo quién esta pagando a quién los estudios, muy a fondo, y quién esta sosteniendo o manteniendo a los universitarios, a todos los que somos universitarios».

Introdujo en este momento el rector una impugnación radical del sistema impositivo socialdemócrata, pese a que más tarde iba a definirse a sí mismo como «no liberal», y dijo:

«Quizá por este camino podríamos pensar algunas cosas muy llamativas, y es que lo que se ahorra mi hijo en la matrícula lo está pagando un señor que a lo mejor no puede estudiar en la universidad, digo mi hijo por no hablar de uno de los presentes, y por eso el sistema de financiación lo debemos pensar muy a fondo. Yo entre los libros que he traído hoy, no he traído ninguno sobre este asunto, pero sí creo que es necesario, y de hecho se está haciendo, con toda valentía, que se abra un debate sobre la financiación de la universidad y de la educación superior, no vaya a ser que lleguemos a la conclusión de que algunos privilegiados estemos siendo subvencionados por el resto de la sociedad».

Después, el Vicepresidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas interpeló a los presentes con estas palabras:

«Así que si conocéis a alguien que quiera financiar un poco a la universidad, desde luego no a cambio de que nosotros nos entreguemos a sus intereses».

Hacemos una salvedad aquí para decir que lamentamos no poder incluir a cambio de qué sería entonces la financiación, pues esto el vicepresidente lo omitió.

«No dejéis -continuó- por favor de presentárnoslos, toda vez que es imprescindible hacer compatible la financiación pública, yo creo en las políticas públicas, no soy liberal qué le vamos a hacer, creo en las políticas públicas, pero también creo que es necesario captar fondos de cualquier tipo, no a cualquier precio».

De nuevo lamentamos que el rector no especificara qué precios serían los adecuados, toda vez que cualquier precio no lo sería, pero sí, por tanto, uno que no fuera cualquiera.

Y continúo el rector y co-presidente de la Fundación UAM-El País diciendo: «Yo lo que propongo es que se acuda a foros donde se habla de esto, porque suele suceder que cuando está el foro no se va y cuando el foro para otra cosa es cuando se sacan estos temas y yo encantado porque este es un espacio de debate, y yo encantado de hablar de esto y de lo que haga falta… Yo quería hablar de los libros de mi vida y sigo queriendo hablar de ellos pero qué le vamos a hacer también la voluntad de los demás se ha de respetar… sino…»

El joven que le había formulado la pregunta decidió tomarle la palabra y dijo: Entonces, discúlpeme, ¿a usted le parece que 15.000 euros es una cifra razonable? A mí si que me interesan porque yo no gano 15.000 euros.

«En 15.000 euros, ¿qué es lo que vale 15.000 euros…?» -dijo el catedrático y co-presidente de la Fundación Parque Científico de Madrid.

El joven respondió: Los préstamos renta que nos vamos a tener que pagar los estudiantes, me preocupa que usted no lo sepa siendo rector… Zapatero lo anunció en su discurso del Debate sobre el estado de la Nación, préstamos-renta de hasta un máximo de 15.000 euros para financiar un posgrado que sin embargo es necesario para encontrar trabajo.

«Yo creo que esta usted mal informado…», dijo el rector. «Yo vengo ahora del consejo de coordinación universitaria y todavía no se ha presentado ningún sistema de financiación que correspondan a esos datos, yo creo que está usted mal informado…»

Entonces , replicó el joven, todos los que vamos a salir a la calle en contra de unos estudios financiados con créditos y no con becas, en contra de la desaparición de más de sesenta carreras, en contra deque se convierta la educación en un consumo y no en un derecho y se eduque para satisfacer los intereses de las empresas y no para remediar la ignorancia de la sociedad, estamos mal informados.

En este momento se produjo una intervención paradójica del moderador del acto, quien consideró que, por algún motivo que no alcanzamos a imaginar, hablar de la formación y la educación de las personas era un tema que podía perjudicar el «superfrágil» sistema de bibliotecas; exactamente dijo:

«En cualquier caso es que estamos fuera de tema, el ciclo se llama biblioteca de… la lista de libros la tiene todos los asistentes y yo creo que habrá sido muy útil, y creo que no tiene mucho sentido hablar de esto porque este ciclo es importante y este ciclo se llama la biblioteca de libros y las bibliotecas… tenemos que tener cuidado de tratar temas desde finalidades que no viene a cuento aquí, porque el sistema bibliotecario es superfrágil, si se hablara de bibliotecas sería bienvenido porque en España no lee nadie y el esfuerzo que hacemos por traer gente aquí para que hable de sus libros y sus bibliotecas… yo creo que es importante que lo sigamos haciendo».

 

El acto concluyó con una invitación del rector: «Convoco y me convoco a mi mismo en que a través de una lectura sería y cuidadosa podamos tener un mejor conocimiento».

Seguiremos informando