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Yo sin el amianto

Fuentes: Rebelión

Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura (Antonio Machado)

De mí puede decirse como de Bernard Courtois, descubridor del yodo y del que en su día se llegó a decir “que no es que Courtois hubiera descubierto al yodo, sino que era el yodo el que había descubierto a Courtois”.

De mi persona, en efecto, también podría decirse similarmente, que ha sido el amianto el que ha venido a señalarme como diana de un modesto conocimiento y a causa del asbesto y de sus mortales efectos nocivos, también se haya podido tener de mí y de mi trayectoria como autor de textos divulgativos sobre tal tema, un relativo “descubrimiento”.

Pero, al propio tiempo, también he sido el autor de unos escasos textos por mí publicados en los que, excepcionalmente, el asunto abordado no ha guardado relación alguna con el amianto.

Difundir el conocimiento de esos otros textos anómalos estimo que puede ser de interés, quizás, entre quienes habiendo tenido un cierto contacto o mutuo conocimiento conmigo, con el amianto como foco de interés, no obstante también puedan asimismo tener curiosidad por esos otros artículos divulgativos que llevo publicados, ajenos a la susodicha temática estándar.

Será el caso, en primer lugar, de mis compañeros sindicalistas en relación con el amianto.

Véase al respecto, por ejemplo:

Ángel Cárcoba Alonso & Francisco Báez Baquet, CCOO EN LA LUCHA CONTRA EL AMIANTO Y EN DEFENSA DE LAS VÍCTIMAS – Más de doscientas anotaciones, para reflexionar. Fundación 1º de Mayo – Colección CUADERNOS, NÚM. 35 – ISSN: 1989-6372 https://1mayo.ccoo.es/6f341aef4eb7b383574f18f9fab538db000001.pdf

Ángel Cárcoba Alonso, contra el amianto Mundo Obrero, 28/05/2021 https://www.mundoobrero.es/2021/05/28/angel-carcoba-alonso-contra-el-amianto/

Sería el caso también, por ejemplo, de los “Defensores del Pueblo”, correspondientes a las diversas circunscripciones españolas, existentes para dicha “Institución” ( http://www.defensordelpueblo.es ).

El 31de julio del año 2014 presenté mi primer escrito dirigido a la institución del Defensor del Pueblo Andaluz, en relación con una cuestión relacionada con el amianto y para la que la mencionada institución, en su respuesta de fecha 4 de agosto del mismo año, procedía a calificar de “queja” la susodicha comunicación mía personalizándola de una forma que en modo alguno estaba justificada.

En efecto, en la misma invocación yo relataba lo siguiente:

  • La fábrica de la empresa Uralita, en terrenos de Bellavista, había sido instalada teniendo en cuenta la proximidad del apeadero de mercancías de RENFE.
  • La descarga manual del amianto en bruto, trasportado en sacos de yute de imperfecta estanqueidad, se efectuaba directamente sobre terreno terrizo, sin pavimentar ni asfaltar, del susodicho apeadero de mercancías de RENFE.
  • Dichas reiteradas operaciones de descarga se prodigaron durante bastantes años en las susodichas condiciones.
  • Siendo conocedor por mi parte de que RENFE tenía el propósito de transformar en apeadero de viajeros el previo apeadero de mercancías de Bellavista, tal información me hizo comprender el peligro que iba a suponer la remoción de tales terrenos, sin protección ni información, tanto de los propios operarios destinados a realizarla como de los vecinos del entorno, siendo todo ello lo que me motivó para dar tal urgente aviso a la mencionada institución andaluza del Defensor del Pueblo.

Con fecha 9 de marzo del año 2015 (es decir, siete meses después) la mencionada institución andaluza me informó de que los trabajos correspondientes al cambio de finalidad del apeadero de RENFE ya habían comenzado, con lo cual la finalidad de mi alerta ya había cesado de tener virtualidad alguna, el mal ya estaba hecho.

Al propio tiempo, virtualmente haciendo uso del llamado método Ollendorff mediante el que se contesta a algo que no es lo que se ha preguntado, la mencionada institución andaluza, en su tardía respuesta, venía, además, a hacer girar su argumentación en torno a algo sobre lo que por mi parte jamás se había hecho planteamiento alguno, y que se refería, en dicha respuesta, a la supuesta o real contaminación con amianto de los terrenos de la propia fábrica de Uralita y no sobre los del apeadero de RENFE, que era sobre lo que yo realmente había incidido en mi planteamiento de la cuestión.

Retomamos seguidamente nuestro discurrir acerca de aquellos otros entes institucionales que por su naturaleza han podido tener algún conocimiento o noticia acerca de mis escritos divulgativos sobre el amianto y también, al propio tiempo, han podido mostrar interés por aquellos otros textos en los que la temática del asbesto ha quedado excluida.

O bien diremos por tanto similarmente para quienes regentan las sedes provinciales del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, que en su momento existieron y que se reorganizaron después como Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, https://www.insst.es/.

O bien el de las respectivas Delegaciones Provinciales del denominado Instituto Nacional de Seguridad Social (I.N.S.S.), https://www.seg-social.es/wps/portal/wss/internet/Inicio, etc.

O bien el de los diversos abogados que a lo largo de mi existencia profesional han tenido alguna relación con mi humilde persona, pidiéndoles yo disculpas a los mismos por haber singularizado su condición profesional mediante la única mención del nombre de uno de ellos, el del señor Pardo de Santayana, adscrito y responsable de los servicios jurídicos de Uralita, al propio tiempo que en su condición de miembro destacado de los denominados Guerrilleros de Cristo Rey, con un cargo organizativo, ejercido en simultaneidad con su disposición al servicio de la que en su día fue la empresa –Uralita– en la yo, por mi parte, había prestado mis servicios como empleado administrativo.

Tanto la dirección de nuestra empresa como los representantes sindicales de los trabajadores, en nuestra calidad de miembros del Comité de Empresa, éramos conocedores de la susodicha simultaneidad.

Por ello no podía ser interpretado por nuestra parte más que como una clara amenaza el hecho de que en el curso de nuestras reuniones conjuntas dicho abogado se pusiera a hacer gala de sus habilidades pictóricas, procediendo a ir esbozando un fiel retrato personalizado de cada uno de nuestros intervinientes más destacados como era el caso, por ejemplo, de mí mismo cuando se trataba de intervenciones relativas al amianto.

Fue por ello por lo que hubo de intervenirse enérgicamente ante el representante máximo de la asistencia empresarial, para demandar y conseguir que la susodicha actividad pictórica exhibida durante nuestras reuniones conjuntas cesase fulminantemente y de forma definitiva.

El susodicho señor Pardo de Santayana, que padecía una cojera que le obligaba a caminar con muletas, en su juventud estudiantil se valía de sus compañeros de adhesión guerrillera para que éstos, entre varios de ellos, le sujetasen a un estudiante capturado considerado como adversario en su orientación política e ideológica, para que el mencionado futuro abogado pudiera alcanzarlo (su cojera le hubiera impedido conseguirlo sin ayuda, si lo hubiera llegado a intentar) y con sus propias muletas propinarle al capturado, así forzadamente inmovilizado, una soberana paliza que lo dejaba postrado e inerme.

Será el caso, también, de los jueces, entre los que cabe citar al ponente Gabriel Coullaut Ariño, quien denegó indemnización alguna a un trabajador de Uralita por una afectación por adenocarcinoma de pulmón, según se describe, con argumentos -a nuestro propio entender demoledores en contra de tal resolución- conforme se relata en mi trabajo: Amianto: la lupa sobre la toga (I) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=191425

No será el caso, en cambio, de la magistrada Ascensión Solé Puig, en virtud del voto particular emitido contra la resolución de la sentencia STSJ CAT 8731/2014 resolutoria del recurso de suplicación 1701/2014 formulado por la empresa Uralita y formalizado, a su vez, contra la sentencia condenatoria, habida en su día. Contra la argumentación esgrimida en ambas resoluciones judiciales, véase, a su vez, lo aducido por nuestra parte, en mi artículo: Amianto: la lupa sobre la toga (II) https://rebelion.org/amianto-la-lupa-sobre-la- toga-ii/

Véase, asimismo, al respecto, lo expresado en el artículo: Francisco Báez Baquet y Ricardo Torregrosa Marín Amianto: la lupa sobre la toga (III). «Rebelión», 21/08/2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202365

Véase, asimismo, al respecto, el contenido de mi trabajo: Mesotelioma: Criterios denegatorios en sentencias españolas, https://www.rebelion.org/docs/232570.pdf

O bien también tendríamos, dejando atrás a tan poco o nada recomendable ejemplo, como es el del precedentemente mencionado a propósito de los abogados, a entre los potencialmente interesados en el contenido de mis escritos divulgativos publicados, a mis amigos los doctores Alfredo Menéndez Navarro (médico e historiador), Enrique Y. Bitchatchi Agay, Eva Delgado Rosas, Guadalupe Aguilar Madrid, Montserrat García Gómez, Carlos Piñeiro Díaz, José Miguel Sanz Anquela, Josep Tarrés Olivella, María del Carmen Mancheño Potenciano, Vicenç Navarro, Jaume Joan Ferrer Sancho, Joan Benach, etc.

E igualmente, por lo que respecta a los activistas antiamianto de gran renombre (algunos de ellos ya fallecidos), entre los que tendríamos a: Fernanda Giannasi, Laurie Kazan-Allen, Annie Thebaud-Mony, David Egilman, Linda Reinstein, Nancy Tait, Henri Pezerat, Jock McCulloch (fallecido de mesotelioma, su activismo antiasbesto le llevó a la tumba), Alan J.P. Dalton, Eric Jonckheere (activista contra el amianto cuya familia ha venido a pagar un muy alto precio por ello, al tratarse de un ejemplo del cluster conocido como “mesotelioma familiar”, en el que dos o más miembros de un mismo grupo familiar, con o sin consanguinidad entre sus miembros, resultaron afectados por el terrible mesotelioma), etc.

Es decir, que a quienes en su momento sí han podido tener conocimiento -y eventualmente interés- en conocer de mi existencia y de mis escritos divulgativos relativos al asbesto, informarles, por si también fueran dignos de su atención, sobre aquellos otros textos atípicos míos, en los que NO ha sido abordado tal tema y que sí lo han sido, por el contrario, en relación con una cierta diversidad de cuestiones de diferente índole.

Entre los referentes externos a mi propia persona tendremos indudablemente a la empresa que en su día contrató mis servicios como administrativo –Uralita, S.A. – en completa ausencia, por supuesto, de prevención alguna, acerca de los letales efectos del amianto.

Sobre dicha espinosa cuestión, llegado cierto momento y circunstancia, nuestros ojos fueron abiertos a la luz de la verdad por parte de los doctores Luís López-Areal del Amo, Roberto Rodríguez-Roisín y César Picado Vallés, al propio tiempo que las separatas de los artículos del Dr. Irving J. Selikoff terminaron de ilustrarnos definitivamente acerca del peligrosísimo mineral que Uralita ponía en nuestras manos sin, como ya se ha dicho precedentemente, darnos aviso alguno sobre la índole altamente nociva de la materia prima manejada durante el proceso de fabricación y almacenaje de los productos elaborados con el susodicho amianto.

Respecto del principal accionista mayoritario de Uralita, la familia March, cabe destacar su protagonismo durante muchos años en lo relativo al virtual monopolio en la importación del amianto a España, en reciprocidad por su apoyo financiero al alzamiento militar que determinó la implantación de la dictadura franquista en nuestro país. Monopolio que conlleva inexorablemente la responsabilidad ética, por todos los casos de patologías asbesto-relacionadas, así anclados en nuestro país.

Sobre el fundador de la dinastía empresarial March, el mallorquín Juan March Ordinas, véase la fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_March (consultada por mí con fecha 12/01/2023) y en la seguridad de que el lector sabrá apreciar la oportunidad y conveniencia de tal recomendación de su lectura.

Incluye datos e informaciones variadas que no son fáciles de encontrar en ninguna otra fuente o incluso de imposible otra localización distinta.

En mi libro, titulado “AMIANTO: UN GENOCIDIO IMPUNE”, en su “Dedicatoria” número 7 se manifiesta: “…Al igual que ha ocurrido con otras muchas empresas que se beneficiaron del trabajo esclavo implantado por el régimen nazi (Daimler Benz -precursora de Mercedes Benz-, IG Farben, Bayer, BMW, Krupp, Volkswagen, Siemens, Kirdorf, Tengelmann, Lufthansa, Heinkel, Messerschmitt, Krueger, AEG, Telefunken, Deutsche Bank, Audi, Leica, etc.), el grupo Eternit tampoco ha restituido a los explotados o a sus descendientes ni un solo céntimo.

Por supuesto que si nunca se les remuneró por el trabajo esclavo realizado, menos aún se les indemnizó por los daños derivados de una exposición al amianto, cuyas condiciones preventivas cabe imaginar cómo serían.

Entre los principales accionistas de la empresa DAZAG (Deutsche Asbestzement- Aktien-Gesellschaft), integrante del grupo Eternit, figuraba José María Roviralta y Alemany, de Barcelona, España.

La familia Roviralta fue la iniciadora de la empresa Uralita, en España, antes de que se denominase así y de que fuese adquirida, mediante una participación mayoritaria, por el financiero Juan March Ordinas

Es oportuno traer aquí a nuestra memoria, a su vez, a la de las trabajadoras y trabajadores forzosos del campo de trabajo del Berlín nazi, en la factoría de la empresa DAZAG, trabajo esclavo en condiciones de una hambruna permanente durante años y con jornadas de doce horas diarias. Más de quinientas personas de las que la mitad de los cuales eran extranjeros: prisioneros de guerra franceses, civiles italianos y de la Europa del Este.

En el año 1946 la empresa “Manufacturas Eternit” fue objeto del informe nº 0004923 del servicio secreto norteamericano OSS (antecesor de la CIA), censado en la página 179 del susodicho informe, del documento titulado: “Subject Listing of Numbered Documents in M1934, OSS WASHINGTON SECRET INTELLIGENCE / SPECIAL FUNDS RECORDS, 1942-46”.

Dicho informe, que ellos también titularon “Manufacturas Eternit SA, Barcelona – Relationship   with   Deutsche   Asbestzement”,   respondía   al   hecho   de   que ambas empresas –Manufacturas Eternit y la denominada DAZAG (Deutsche Asbestzement-Aktien-Gesellschaft), las dos del grupo Eternit– mantuviesen un nexo de financiación hasta el   punto   de   que   José   María   Roviralta   y Alemany figuraba entre los principales accionistas de esta última, la susodicha DAZAG, figurando asimismo en su Consejo de Administración.

La pertenencia de Uralita al grupo Eternit, con toda una clase de productos de amianto-cemento (y con otra de fabricación con amianto-vinilo bajo la denominación comercial de “Dalflex”), compartiendo la misma denominación empresarial, nos ponía sobre aviso acerca de la existencia del mencionado grupo empresarial del sector, al propio tiempo que llegaba a nuestro conocimiento la existencia de otros grupos empresariales similares como sería el caso, por ejemplo, de las firmas Johns Manville, Turner & Newall, Raybestos, etc.

Si ya precedentemente hemos avisado de nuestro propósito de intentar interesar a los miembros de las empresas aquí mencionadas en el conocimiento de aquellos trabajos publicados por mí y que versan sobre cuestiones ajenas al tema del amianto, ahora también, cuando esa panoplia de entidades empresariales ha quedado incrementada con la inclusión, además, de tales otras adicionales firmas industriales del sector del asbesto, ello ha de ser, por supuesto, reafirmándonos también en el mismo propósito.

Con esa osada esperanza por mi parte, aquí van relacionadas seguidamente, las correspondientes reseñas simplificadas (título + link de acceso al respectivo texto completo).

Todos esos textos “anómalos” nuestros, tuvieron, en su respectivo momento, acomodo en “Rebelión” y/o en la edición digital de “Mundo Obrero”:

Una lectura recomendada https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=11775

La tragedia ‘divina’ de la heterotrofia, la depredación y la pirámide alimentaria https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=11851 & https://rebelion.org/la-tragedia- divina-de-la-heterotrofia-la-depredacion-y-la-piramide-alimentaria/

Los monstruos de Dios https://rebelion.org/los-monstruos-de-dios/ El alma de los perros https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=11898

Irresponsabilidad de los inversores indirectos, https://rebelion.org/irresponsabilidad-de-los-inversores-indirectos/

Radiactividad y vida: los renglones torcidos de la evolución, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216588&titular=radiactividad-y-vida:-los- renglones-torcidos-de-la-evoluci%F3n-

Las hipotecas titulizadas, y la lucha de clases en la España actual, https://rebelion.org/las-hipotecas-titulizadas-y-la-lucha-de-clases-en-la-espana- actual/

La deriva errónea de la Inteligencia Artificial (I.A.) (pretexto para un periplo intelectual) http://www.rebelion.org/docs/231620.pdf

«Thorotrast»: una locura radioactiva https://rebelion.org/wp- content/uploads/2020/06/THOROTRAST-1.pdf

Tan cerca… ¡y tan lejos! https://rebelion.org/tan-cerca-y-tan-lejos/ (Se trata de un cuentecillo con ribetes humorísticos)

Cosmología, hacia un cambio de paradigma (traducción, comentarios y bibliografía), https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/07/COSMOS.Il-y-aurait-4.pdf

BIBLIOTECA DIGITAL ( 2 ) https://rebelion.org/wp- content/uploads/2020/08/BIBLIOTECA-DIGITAL-2.pdf

Y con esta última reseña, diremos, tal y como platicaría el afamado Bugs Bunny  “Eso es todo, amigos”.

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor del libro Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.