Con el objetivo de «pasar de los acuerdos a la acción» y contribuir a la construcción de «un México próspero para todos», la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha invitado a dos «especialistas» extranjeras a su próximo Encuentro Empresarial Acapulco 2013. Se trata de la «superbloguera» cubana Yoani Sánchez y la diputada opositora […]
Con el objetivo de «pasar de los acuerdos a la acción» y contribuir a la construcción de «un México próspero para todos», la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha invitado a dos «especialistas» extranjeras a su próximo Encuentro Empresarial Acapulco 2013. Se trata de la «superbloguera» cubana Yoani Sánchez y la diputada opositora venezolana María Corina, partidaria del magnicidio de Hugo Chávez y del golpe de Estado en su país.
Ambas compartirán sus «hazañas» al servicio de la contrarrevolución hemisférica la jornada del 25 de octubre venidero en el puerto de Acapulco, en presencia del ex primer ministro británico Gordon Brown, el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo y del actual inquilino de Los Pinos, Enrique Peña.
Fulgurante estrella mediática de Washington para sus afanes subversivos y desestabilizadores en la isla, Yoani Sánchez visitó Puebla en marzo de este año como vicepresidenta regional de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Con sede en Miami, la SIP −cártel patronal al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde comienzos de la guerra fría− agrupa a los dueños de mil 300 medios impresos privados de las Américas y ha sido un instrumento eficaz en las campañas de desinformación, propaganda negra y terrorismo mediático de Estados Unidos contra países del área considerados hostiles. Verbigracia, para la coyuntura, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador.
Adalid de la «libertad de prensa» en las redes sociales de Internet, multipremiada por los » demókratas » de Occidente, pocos conocen que los textos de la bloguera millonaria se encuentran publicados en un servidor alojado en Alemania, atendido por los servidores de la compañía Cronos AR Regensburg, sucursal germana de la empresa Strato, que no presta servicios a «usuarios comunes».
Según el investigador chileno Ernesto Carmona, el registro del dominio del blog lo mantiene la empresa Godaddy, una de las compañías contratistas que utiliza el Pentágono en la cyber-guerra propagandística de nuestros días. Así, Yoani Sánchez tiene acceso preferencial a las tecnologías estadunidenses que el bloqueo prohíbe para Cuba.
Sumida en sucesivos escándalos públicos por los dineros que recibe de patrocinadores encubiertos, a su paso por Brasil, en febrero último, en el marco de una gira mundial de 80 días, Yoani Sánchez fue señalada como «mercenaria al servicio de la CIA».
En Puebla, México, un mes después, recibió apoyo de un reconocido traficante de personas de origen cubano radicado en el Distrito Federal: Eduardo Matías López Ferrer, quien se ostenta como presidente de la Casa del Balsero y el Migrante Cubano, y de la Asociación Cívica Cubano-Mexicana, una ONG pantalla utilizada por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés), en sus campañas de propaganda anticubanas.
Promocionado por El Nuevo Herald de Miami como un «salvavidas voluntario» de cubanos, López Ferrer ha sido mencionado, no obstante, como parte de una red de traficantes de personas a través del territorio mexicano (y por vía marítima), en tránsito hacia la «tierra prometida» (Estados Unidos). Según denuncias publicadas en la prensa, la red de traficantes utiliza pasaportes y visas falsas, y en ocasiones obtiene mediante sobornos visas de turista de funcionarios corruptos del Instituto Nacional de Migración (INM).
Versiones periodísticas consignan que López Ferrer estuvo detrás de la visita de Yoani Sánchez para participar en el evento de la SIP en Puebla y de su posterior encuentro con legisladores derechistas en el Senado, aquí en la Ciudad de México, actividades por las que la bloguera cubana recibió un módico salario de tres mil dólares.
López Ferrer está en el vórtice de un escándalo en México que salpica a las fundaciones alemanas Friedrich Naumann y Konrad Adenauer, así como a la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA, que preside el mexicano Jorge Ocejo Moreno, del Partido de Acción Nacional), que colaboran y suman esfuerzos con la USAID, que desde la misión diplomática en Paseo de la Reforma oficia como la verdadera titiritera de las operaciones encubiertas contra Cuba y los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).
Desde que en marzo de 2012 la USAID reconoció el carácter «secreto» e ilegal de sus operaciones de espionaje en Cuba bajo el supuesto de promover la democracia, que incluye el envío clandestino de material electrónico y software para bombardear con propaganda subversiva los teléfonos celulares de los cubanos, la Oficina de Auditoría del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés) ha intensificado la revisión del desempeño de los funcionarios de la Sección de Intereses en La Habana, así como las actividades de los contratistas y subcontratistas utilizados en misiones encubiertas bajo «licencias humanitarias».
Para la introducción de material electrónico clandestino a la isla, la USAID ha utilizado en los últimos años intermediarios europeos y latinoamericanos (incluidos mexicanos), y también «contratistas» de Freedom House y la firma Development Alternatives Inc. (DAI), como Alan Gross, un estadunidense detenido y condenado en Cuba junto con su esposa a 15 años de prisión.
Según un informe de la Cancillería cubana de marzo pasado, desde 2008, pero fundamentalmente bajo el mandato de Barack Obama, el Departamento de Estado y la USAID han concentrado el otorgamiento de los fondos para los programas subversivos contra Cuba hacia organizaciones con presencia mundial o en América Latina. El objetivo es evitar la corrupción, ya que durante muchos años los recursos fueron a engrosar las arcas de las organizaciones de la mafia cubano-estadunidense de Miami.
Los esfuerzos están enfocados a «lograr que los fondos cumplan su cometido final», es decir, promover el «cambio de régimen» en Cuba. Y resalta las acciones del gobierno de Estados Unidos para perfeccionar «el diseño encubierto y el enmascaramiento de los mismos».
En relación con el papel de la Sección de Intereses en La Habana, el informe alega que ésta ya no participa en la canalización de la «asistencia» de la USAID a grupos de la llamada disidencia interna, por razones de «seguridad».
Revela que otro rasgo distintivo de esos programas subversivos ha sido «el énfasis hacia los proyectos vinculados al uso de las tecnologías de las infocomunicaciones, la creación de blogs y la ampliación de las redes sociales vía Internet».
De lo anterior se deduce la notable visibilidad y proyección internacional alcanzada en pocos años por la bloguera Yoani Sánchez, quien, incluso, ante los controles de la GAO al Departamento de Estado, podría formar parte de una triangulación encubierta para redistribuir recursos y el dinero de los premios a ONGs anticastristas del exilio y grupos contrarrevolucionarios al interior de Cuba.
Con esos antecedentes, y junto con María Corina, la diputada venezolana fundadora de la organización ultraderechista Súmate, sin duda Yoani Sánchez podrá hacer grandes aportaciones a los patriotas mexicanos de la Coparmex y al presidente Enrique Peña en sus afanes por construir un México próspero.