Desde hace algún tiempo, algunos medios en el extranjero vienen destacando la originalidad de la blogger cubana Yoani Sánchez que, desde Cuba, mantiene actualizado su blog «Generación Y», donde escribe con entera libertad criterios sobre diferentes temas de la sociedad cubana. Recuerdo que muchos le preguntan vía chat: ¿Cómo hace para vivir en Cuba y […]
Desde hace algún tiempo, algunos medios en el extranjero vienen destacando la originalidad de la blogger cubana Yoani Sánchez que, desde Cuba, mantiene actualizado su blog «Generación Y», donde escribe con entera libertad criterios sobre diferentes temas de la sociedad cubana.
Recuerdo que muchos le preguntan vía chat: ¿Cómo hace para vivir en Cuba y poder decir las cosas que dice? Casi todos consideran imposible que, bajo las supuestas limitaciones que el régimen impone en el uso del Internet y el acceso a otros medios de expresión y de comunicación, alguna persona en la Isla se atreva a hacer lo que ella hace. Este caso sirve para derrumbar los mitos. ¿Dónde aprendió computación Yoani? ¿Desde dónde tiene acceso a su blog en Internet? ¿Por qué no ha sido reprimida?
Nadie debe dudar del talento y la originalidad del blog que escribe esta joven educada en Cuba, licenciada en Filología en la Universidad de La Habana. La duda que asalta a cualquiera persona, mediana conocedora del diferendo cubano-americano es la evidente politización que han hecho los medios sobre este tema. ¿Cómo se pueden utilizar concursos y premios tan importantes para destacar a personas que no merecen tal distinción, al menos a tan alto nivel?
En Internet hay cientos de espacios creados sobre Cuba que merecen ser premiados por su originalidad y aportes a la investigación sobre distintos temas y puntos de vista. ¿Por qué no le dan el premio a la profesora que inventó el método de alfabetización YO Sí PUEDO? ¿Cuántos otros cubanos que se destacan por descubrimientos y aportes a la humanidad y quedan en el olvido? Es una desproporción justificada solamente desde la perspectiva de la guerra fría que parece no terminar.
Observemos como reseña este caso la agencia de noticias EFE:
La joven cubana Yoani Sánchez fue seleccionada por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo en la lista divulgada este jueves por la publicación estadounidense.
La quinta lista anual de esa publicación, divulgada hoy a través de Internet y que mañana estará en los quioscos, incluye en el apartado de «Héroes y Pioneros» a la autora del blog cubano «Generación Y» y ganadora del premio Ortega y Gasset de periodismo 2008 en la categoría de medios digitales.
Ella misma escribe lo sorprendida que estaba por el premio. Hace virtud de la generosidad que han tenido al incluirla en la lista pero se contradice cuando asume posiciones políticas. ¡Que de pecar de ingenuidad no tiene nada! Desde que aparecen sus primeros trabajos a los actuales, ha ido quedando el periodismo manido, malintencionado por las frases vacías y especulativas propias del resentido que quiere volar entre el oportunismo, la falsa modestia y los supuestos. ¡Por favor!
A continuación reproduzco la nota de la autora al enterarse de la decisión de la revista Time:
¿QUÉ HAGO YO AHÍ?
ESCRITO POR: YOANI SÁNCHEZ
EN: GENERACIÓN Y
Junto a noventa y nueve famosos me ha puesto la revista Time en su lista de personas influyentes del 2008. A mí, que nunca me he subido a un escenario, ni a una tribuna y que mis propios vecinos no saben si «Yoani» se escribe con «h» intermedia o con «s» final. Para más sorpresa estoy en el acápite de «Héroes y Pioneros», aunque preferiría la simple categoría de «ciudadano».
De los innumerables caminos para llegar a ese célebre listado, creo haber transitado -a pie- por el más inusual. Ese que no va apuntalado con poder económico, carisma ante las cámaras, control político o ascendencia religiosa. Sencillamente me dediqué a contar mi realidad desde el distorsionado foco de las emociones y las interrogantes. Llegué a creerme que la voz de un individuo puede empujar los muros, oponerse a las consignas y desteñir los mitos. Ahora la vanidad sólo me alcanza para imaginar que los otros inscritos se estarán preguntando «¿Quién es esa desconocida blogger cubana que nos acompaña?».
PREMIO A LA DISIDENCIA
Sin dudas, estamos en los meses de los premios y este año, seguro por casualidad, una cubana y un venezolano han sido premiados en los Estados Unidos y España. Ya existen precedentes como el premio Príncipe de Asturias entregado a un periodista de Venevisión por el falso video de los pistoleros de Puente Llaguno el 11 de abril de 2002. Todos coinciden en que prácticamente eran unos desconocidos antes de recibir el premio.
En el caso del dirigente estudiantil ultraderechista de la Universidad Católica Andrés Bello, Jhon Goicochea, premiado por una fundación de extrema derecha norteamericana, con el premio MILTON FRIEDMAN cuyo propósito no puede ser más elocuente, es decir, darle la mayor proyección posible a los «escogidos» entregándole, de paso, el «modesto» aporte de $ 500.000, dólares que, por supuesto, habrán de ser utilizados para desestabilizar el régimen chavista.
Yoani Sánchez, la cubana, con menos alcance político en lo interno de Cuba, recibe el premio de periodismo Ortega y Gasset. Creado en 1984 por el diario EL PAÍS en memoria del pensador y periodista español José Ortega y Gasset, estos premios se otorgan a los mejores trabajos publicados en medios de comunicación en español en todo el mundo, primando la defensa de las libertades, la independencia, el rigor, la curiosidad y la pasión de quienes la ejercen, como valores esenciales del periodismo.
El jurado de los Premios está formado por personalidades relevantes del sector de la comunicación y de la vida económica, social y cultural. Cada uno de los premios está dotado con 15.000 euros y con un aguafuerte conmemorativo, obra del artista Eduardo Chillida. Así se explica en la página web elpais.com.
Me imagino que también la Revista Time, al haberla incluido, entre las 100 personalidades del año, le debe entregar alguna gratificación. Pero lo de menos son las gratificaciones, sino la manipulación implícita y el uso legitimo que una persona hace de su derecho a escribir y decirlo que quiera siempre y cuando se haga con respeto y basado en la verdad. Que no tenga un fin último de servir de franco tirador de los que no tienen valor para hacerlos por sus propios medios y una vez salieron huyendo de las leyes del pueblo de Cuba y protegerse en la casa de sus dueños.
Los enemigos de la revolución cubana tratan de demostrar al mundo que en Cuba hay disidencia. Esa es la manera de estimular a que surjan voces de protesta entre las nuevas generaciones donde la contrarrevolución no ha tenido mucho éxito. La oposición cubana desde Miami y Madrid hace lo que sea por colocar a los falsos periodistas y mercenarios en boca de la gente utilizando todo el poder mediático. Un amigo periodista, corresponsal en Cuba de una conocida agencia internacional de noticias escribió: «los disidentes cubanos son más conocidos en París-Miami-Nueva York que en La Habana por lo que no ejercen ningún tipo de eco en la población de la isla».
¿Qué opinarán los españoles de esta desmesura del jurado del premio Ortega y Gasset?
Este show sirve para demostrar la cobardía sin límites de los que se esconden detrás de las páginas de periódicos y de la profesión de periodistas para atacar a la revolución cubana, casi siempre apoyados por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otros lacayos del imperio. El anticastrista Carlos Alberto Montaner es su protagonista principal. Lo embarga el odio al gobierno de Cuba y busca cualquier cosita para resaltarlo, utilizando la influencia que tiene en los medios españoles, sobre todo del Grupo PRISA y el periódico EL PAÍS. Muy comprometidos con la gusanera cubana, con el Partido Republicano de George Bush y con José María Aznar.
¿Hasta cuándo?