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Según un informe del Centro Israelí de Derechos Humanos B’Tselem

2020 en los territorios ocupados: asesinatos atroces, violencia de los colonos y un récord de demoliciones de viviendas

Fuentes: Palestina Libre

Asesinatos sin motivo alguno, allanamientos, arrestos, ataques de los colonos, demolición de viviendas palestinas es la perversa rutina israelí en contra de los palestinos que es registrada y documentada por el Centro Israelí de Derechos Humanos B’Tselem

El Centro de Información de Israel para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados B’Tselem señala que, en el transcurso del año 2020, las los militares y fuerzas de seguridad israelíes mataron a 27 palestinos, siete de ellos menores: uno en la Franja de Gaza, 23 en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental bajo ocupación y tres dentro de Israel.

En Cisjordania, en al menos 11 de los 16 incidentes que investigó B’Tselem, los palestinos asesinados no representaban amenaza alguna para las fuerzas israelíes de ocupación ni para ninguna otra persona en el momento en que recibieron disparos, e incluso si fueran una amenaza, los disparos son absolutamente desproporcionados y sin justificación. Varios ejemplos:

Ibrahim Abu Ya’qub  de 34 años de Kifl Hares recibió un disparo en la espalda desde una distancia de unos 200 metros mientras paseaba por el pueblo y falleció poco después. Los palestinos habían arrojado un cóctel Molotov a un puesto del ejército a la entrada de la aldea, que Abu Ya’qub no participó.

Iyad al-Halaq de 31 años, un joven autista de Jerusalén fue baleado por agentes de la policía fronteriza israelí mientras huía de ellos. Los agentes le dispararon mientras estaba tendido en el suelo, y su cuidadora del instituto especial al que asistía diariamente intentaba explicarles durante largos minutos que tenía una discapacidad.

Ali Abu Alia  de 15 años de la aldea Al-Mughayir y Zeid Qaysiyah  de 17 años del campo de refugiados de al-Fawar fueron asesinados por disparos de francotiradores desde una distancia considerable, mientras los palestinos arrojaban piedras a los soldados que ingresaron y allanaron estas comunidades. Cada uno de los adolescentes observaba los enfrentamientos desde lejos: Abu Alia en el suelo, a unos 150 metros de los soldados, y Qaysiyah desde la azotea de su casa, a unos 100 metros del francotirador que lo mató.

Tareq Badwan  de 25 años, un oficial de la policía palestino de Jenin, no participaba en un enfrentamiento entre jóvenes palestinos y soldados que habían ingresado a la ciudad. Un soldado le disparó mientras estaba de pie en la entrada de una estación de policía, según lo filmado por la cámara de seguridad de la estación.

Bader Nafle de 19 años de Qaffin recibió un disparo en el cuello de un soldado que estaba sentado en un jeep blindado, supuestamente se le vio arrojar piedras al jeep durante una manifestación en las cercanías del muro israelí -el muro del Apartheid- construido cerca del pueblo.

Nur Shqeir  de 36 años de Silwan y Ahmad Areiqat  de 26 años de Abu Dis -ambos barios de Jerusalén ocupada- fueron asesinados a tiros por las fuerzas de seguridad israelíes en los puestos de control alrededor de Jerusalén. Según la Policía de Israel, Shqeir habría golpeado a un oficial con su automóvil después de presentar documentos que no eran suyos para su inspección, huyó del puesto de control y las fuerzas le dispararon después de detenerse a varios cientos de metros del puesto de control. Areiqat fue baleado por agentes de la Policía de fronteras después de golpear a un agente con su coche. Estaba desarmado y recibió un disparo en el momento en que salió de su automóvil, cuando ya no representaba amenaza alguna para los soldados.

En la Franja de Gaza, las fuerzas de seguridad israelíes mataron a un palestino y profanaron su cuerpo

A finales de 2019, cesaron las protestas de la “Marcha del Retorno” en la Franja de Gaza. Durante las protestas, los militares israelíes abrieron fuego real contra manifestantes desarmados, muy lejos de los militares al otro lado de la valla perimetral, matando a más de 220 palestinos.

En 2020, militares israelíes asesinaron a un palestino en la Franja de Gaza: Muhammad a-Na’am de 27 años. Según el ejército, él y otra persona habrían intentado colocar explosivos junto a la cerca perimetral. Después de la muerte de a-Na’am, los soldados abrieron fuego contra los palestinos que intentaron sacar el cuerpo, hiriendo a dos de ellos, y una topadora militar profanó el cuerpo, arrojándolo mientras intentaba levantarlo.

Otros tres palestinos de la Franja de Gaza, uno de ellos menor de edad  de 17 años, murieron después de ingresar a Israel. Según los militares, uno de ellos había arrojado dos artefactos explosivos a los soldados.

Durante años Israel ha estado implementando una política de fuego abierto imprudente e ilegal en Cisjordania. Esta política está totalmente respaldada por el gobierno, el ejército y los tribunales, con total indiferencia ante los predecibles resultados letales. Para justificarlo, Israel hace una demostración de supuesta investigación, una farsa destinada simplemente a desviar las críticas. Las raras investigaciones que se inician sirven para encubrir los crímenes, y la mayoría se cierran sin más acciones ni condenas.

En los casos aún más raros en los que miembros de las fuerzas de seguridad son acusados de matar a palestinos, los cargos y las sentencias que reciben, si son condenados, no reflejan la gravedad de los delitos. En 2020, dos soldados que mataron a palestinos en dos incidentes separados fueron condenados por violar las regulaciones a fuego abierto y por homicidio negligente y condenados a 45 y 90 días de trabajo militar manual, respectivamente.

Demoliciones de viviendas

A pesar de la pandemia y la crisis económica sin precedentes, Israel ha intensificado las demoliciones de viviendas palestinas en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental ocupada. En 2020, más palestinos perdieron sus hogares que todos los años anteriores desde 2016, que fue el año en el que se produjeron más demoliciones desde que B’Tselem comenzó a llevar un registro.

En total, Israel demolió 273 casas en 2020, dejando a 1.006 palestinos sin hogar, 519 de ellos son menores. En comparación, Israel demolió las casas de 677 palestinos en 2019, 397 en 2018 y 528 en 2017.

En 2020, Israel también demolió 456 estructuras e instalaciones de infraestructura no residenciales. Esto incluye infraestructura humanitaria como cisternas de agua y tuberías o redes eléctricas, que son esenciales para mantener la salud y la higiene, que son particularmente importantes en estos momentos de coronavirus.

La violencia de los colonos al servicio del Estado

En 2020, los investigadores de campo de B’Tselem documentaron 248 violentos ataques de colonos contra palestinos en Cisjordania, incluidos: 86 agresiones corporales, en las que 75 palestinos resultaron heridos; 27 casos de lanzamiento de piedras a viviendas; 17 ataques a vehículos en movimiento; 147 de los ataques estaban dirigidos a agricultores palestinos o sus propiedades, incluidos 80 casos de daños a árboles y cultivos de propiedad de palestinos, lo que provocó daños a más de 3.000 árboles. En 39 casos, los hechos violentos se produjeron en la temporada de recolección de las aceitunas, que se extendió este año desde principios de octubre hasta finales de noviembre.

De estos incidentes, 72 tuvieron lugar en presencia de soldados, que no intervinieron para detener las agresiones a los palestinos o a sus propiedades. En 28 casos, los soldados dispersaron a los residentes palestinos gases lacrimógenos, granadas paralizantes y balas de metal recubiertas de goma, y en al menos cinco casos, incluso con fuego real. Las autoridades israelíes arrestaron al menos a 12 palestinos durante estos ataques.

Estos actos violentos no podrían ocurrir sin el amplio apoyo brindado por el estado de Israel. Si bien las fuerzas de seguridad respaldan y acompañan a los agresores en tiempo real, el sistema de aplicación de la ley los libera de la responsabilidad: en casi todos los casos, no se inicia ninguna investigación y nadie es responsable de causar daños a los palestinos. Las raras investigaciones que se inician generalmente terminan sin que se tomen más medidas. En el caso aún más raro de una acusación formal, los cargos no reflejan la gravedad de los actos y las sentencias son ridículas.

Una rutina de ocupación

La actual ocupación de Cisjordania no es meramente una cuestión teórica o política. Tiene ramificaciones constantes y diarias para la vida de los palestinos y conlleva una rutina de violencia, a veces explícita, pero a menudo oculta e invisible. B’Tselem documenta regularmente esta rutina.

Todos los días, y todas las noches, los soldados ingresan a los hogares de los palestinos en Cisjordania, perturbando la vida de las familias, intimidando a hogares enteros e invadiendo su privacidad. En 2020, las fuerzas de seguridad israelíes invadieron pueblos y ciudades palestinas al menos 3.000 veces y hogares palestinos al menos 2.480 veces.

El ejército restringe la libertad de movimiento de los palestinos dentro de Cisjordania como lo considere oportuno, independientemente de la interrupción de la vida diaria. Los soldados cierran las carreteras de forma permanente o temporal, detienen a los palestinos en los puestos de control, exigen que sigan sus órdenes, los humillan y, en ocasiones, recurren a la violencia física. En 2020, las fuerzas de seguridad israelíes establecieron al menos 3.524 puntos de control voladores además de los regulares que existen y operan en forma permanente.

El ejército también arresta a palestinos en Cisjordania. Las fuerzas a menudo llegan de noche, sacando a los residentes, y a sus hijos, de la cama en la oscuridad de la noche. Suelen emplear violencia verbal y física y no notifican a las familias adónde se lleva al detenido, por qué y qué le espera. En 2020, las fuerzas de seguridad israelíes arrestaron al menos a 2.785 palestinos.

Fuentes: Centro Israel de Derechos Humanos B’Tselem y The International Middle East Media Center

Traducción y edición de PalestinaLibre.org 

Fuente: https://palestinalibre.org/articulo.php?a=76830