Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Caty R.
¿El despacho del primer ministro (¿Dominique de Villepin?) bombardeado desde un helicóptero? ¿El ministro del interior, (¿Nicolas Sarkozy?) arrojado a un furgón celular como un vulgar maleante con una bolsa de basura en la cabeza? ¿Treinta diputados (¿UMP, Socialistas?), alcaldes y ministros esposados y encapuchados sin ningún formalismo? En pleno verano, ¿el setenta por ciento de los habitantes (¿de Francia?) privados de electricidad, y por lo tanto de luz, de refrigeración y hasta del agua? ¿Los puentes bombardeados y el país dividido en pequeños pedazos? ¿Los artilleros atravesando sin parar la barrera del sonido, quebrando cristales y aterrorizando a niños y mayores? ¿Los observadores extranjeros y las ONG relegados en un rincón? ¿El país exangüe (sin salarios, luego sin alimentos) transformado en un gueto aterrador?
¡Uf, no es en nuestra casa! No, no es en Francia donde el vecino (que, quizá anhele la paz pero sobre todo quiere cada vez más hectáreas de tierra) nos está atormentando para vengarse por haber perdido su monopolio absoluto de hacer prisioneros.
No es en Francia donde se busca a un «joven» soldado del ejército que tirotea sin tregua (7.000 bombas en pocas semanas) desde las fronteras marítimas y terrestres el territorio que tuvo «el coraje», como dice France Culture, de dejar hace algunos meses, en medio de las lágrimas de sus hermanos los colonos.
¡Uf, podremos ver en paz el Francia-Portugal!.
Los principales redactores de prensa, radio y televisión de «el país de la ilustración» y «de los derechos humanos» -menos sutiles incluso que una parte de la prensa israelí- podrán continuar alimentando nuestra pasión por un equipo (¡»black beur blanc»[1], cuánto nos gustan cuando marcan goles!) y al mismo tiempo, nuestra vergonzosa sumisión a la siniestra ley del más fuerte. Con eufemísticos títulos como «Hamas e Israel miden sus fuerzas», «Israel da pruebas de firmeza» y en un silencio vergonzoso, los medios de comunicación franceses cometen diariamente un atentado contra la deontología de la información de guerra, encubriendo el crimen contra la humanidad que se está perpetrando en Palestina.
¡Dormid tranquilos, franceses! La policía de nuestros amigos es «firme»: en la Franja de Gaza, 700.000 habitantes terroristas ya están enjaulados.
NOTA[1] Blanc-black-beur (blanco, negro, árabe): Especie de trilogía conceptual que se apodera de la sociedad francesa el verano de 1998 cuando arranca la Copa del Mundo de fútbol, donde Francia se asoma al mundo con una selección multicolor «ejemplo de la convivencia cívica de una sociedad multirracial».
* François Burgat es politólogo, autor de El islamismo en tiempos de al-Qaida, tr. J. Vivanco, Bellaterra, Barcelona, 2006.
Texto original en francés: http://www.oumma.net/article.php3?id_article=2103
Caty R. es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala ( www.tlaxcala.es ), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.