Recomiendo:
0

Tom Jobim (1927-1994)

Artista completo de la música tradicional brasileña, no MPB

Fuentes: Rebelión

Antônio Carlos Tom Jobim es el primero en el siguiente trabajo, el libro, inédito, Músicos del Brasil, que se basa en 15 músicos brasileños, entre muchos más que no podrían abordarse, relacionados con la base de la música popular, los movimientos Tropicalismo y Bossa-Nova, la mal llamada MPB, el jazz. Una muestra que incluye cantantes, […]

Antônio Carlos Tom Jobim es el primero en el siguiente trabajo, el libro, inédito, Músicos del Brasil, que se basa en 15 músicos brasileños, entre muchos más que no podrían abordarse, relacionados con la base de la música popular, los movimientos Tropicalismo y Bossa-Nova, la mal llamada MPB, el jazz. Una muestra que incluye cantantes, guitarristas, pianistas, clarinetistas, saxofonistas, bateristas, percusionistas, multiinstrumentistas, compositores, autores de bandas sonoras para cine, arreglistas, editores, productores, pedagogos y/o creadores de escuela. Con ellos se pretende hacer un paneo a casi un siglo de historia desde la base popular, pasando por ritmos como choro, forró y samba. Con Orwell siempre presente: «La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es, en sí misma, una actitud política». Así, en dicho libro se controvierte la historia oficial, sin más ánimo que el de luchar por el conocimiento y la verdad, no con mezquindad ni por oscuros seres que viven por y para la mentira y que no son más que cohonestadores del statu quo: uno anómalo, sustentado en la triste idea de una dictadura, no reconocida, claro, que, como la de Brasil, duró desde 1964, cuando Castelo Branco derrocó vía USA a João Goulart, hasta 1985, año del retorno no a la democracia, con Sarney, sino a que volviera a haber elecciones.

Antônio C. Jobim (1927-1994): compositor, cantante, guitarrista, pianista. Paulo Moura (1932-2010): clarinetista, saxofonista, compositor, arreglista. Hermeto Pascoal (1936): compositor, arreglista, productor, multiinstrumentista, creador de escuela. Airto Moreira (1941): baterista, percusionista, compositor. Gilberto Gil (1942): cantante, compositor, pionero del Tropicalismo, MinCultura (2003-2008). Caetano Veloso (1942): cantautor, guitarrista, pionero del Tropicalismo. Edu Lôbo (1943): compositor, arreglista, guitarrista, cantante. Chico Buarque (1944): compositor, cantante, guitarrista, novelista, dramaturgo y quien, justo, en 2019 obtuvo el Premio Camões , el más importante en lengua portuguesa, por el conjunto de su obra narrativa. Naná Vasconcelos (1944-2016): percusionista, maestro del berimbau, pedagogo y/o creador de escuela. Pascoal Meirelles (1944): baterista, compositor, pedagogo. Elis Regina (1945-1982): cantante, una de las mejores intérpretes de bossa-nova y la voz femenina más destacada en la historia del Brasil. Antonio Bondeolli Toquinho (1946): cantautor, guitarrista. Guilherme Franco (1946): percusionista, autor de bandas sonoras para cine. Egberto Gismonti (1947): compositor, pianista, guitarrista, creador de escuela. Almir Chediak (1950-2003): compositor, arreglista, profesor de guitarra, editor.

Unos debieron salir del país, Gismonti, Vasconcelos, Veloso, otros tuvieron que recurrir a estrategias políticas para eludir a los censores, Buarque, Gil, Toquinho, y luego a irse del país, unos más murieron en circunstancias aún sin aclarar, Regina, Chediak. Para empezar, se oirá la música de Antônio C. Brasileiro de Almeida Tom Jobim (Río de Janeiro, 25/ene/1927-Nueva York, 8/dic/1994) y se hablará de su vida y de su obra: excelso compositor, gran cantante e intérprete de guitarra y de piano, figura seminal de la música brasileña, exportador de Bossa-nova (BN) -luego se llamará Música Popular Brasileña (MPB) con ocasión del I Festival en 1965- junto a Laurindo Almeida, Paulinho da Costa, Guilherme Franco, Joao & Astrud Gilberto, Luíz Bonfá, Joao Donato, Oscar Castro-Neves, Carlos Lyra, Baden Powell y con la ayuda de Bud Shank, John Lewis y el MJQ, Stan Getz, Gerry Mulligan, Barney Kessel, Cal Tjader, Charlie Byrd, Zoot Zims, Quincy Jones, Herbie Mann, Shelly Manne, Steve Allen, la fusiona con el jazz para crear en los años sesenta un nuevo sonido con destacable éxito de público y de crítica: se destaca aquí el aporte de Hermeto Pascoal, Bola Sete, Airto Moreira y Flora Purim, así como del pianista argentino Boris C. Lalo Schifrin. Jobim es uno de los grandes compositores de música tradicional del siglo XX. Con su tema Desafinado (uno entre más de su autoría), el 13/ene/1962 el saxo tenor Stan Getz, con el guitarrista Charlie Byrd, consiguió un sorprendente éxito. Del álbum Jazz Samba, grabado en una iglesia de Washington y remasterizado en 1997, Desafinado con Stan Getz, llamado The Sound (Filadelfia, PEN, 1927-Malibú, CAL, 1991) y Charlie Byrd (Suffolk, VIR, 1925-Annapolis, MAR, 1999), acompañados por una banda que incluye a Gene Byrd, bajo y guitarra, Keter Betts, bajo y Buddy Deppenschmidt y Bill Reichenbach, baterías. http://www.youtube.com/watch?v=bSZAuCqN3_M (5:54)

Pero, ¿qué dice Desafinado? En mi traducción: Si Usted dice que yo desafino, amor/ sepa que eso provoca en mí inmenso dolor/ solo privilegiados tienen oído igual al suyo/ yo apenas tengo lo que Dios me dio.// Si Usted insiste en clasificar/ mi comportamiento de antimusical/ yo mismo, mintiendo, debo argumentar/ que eso es bossa nova, que eso es muy natural.// Lo que Usted no sabe, ni siquiera presiente/ es que los desafinados también tienen corazón/ fotografié a Usted con mi Rolleiflex/ se demuestra su enorme ingratitud.// Simplemente no podrá hablar así de mi amor/ este es el más grande que Usted pueda encontrar, ¿ve?/ Usted con su música olvidó lo principal/ que en el pecho de los desafinados/ en lo hondo del pecho, late callado…/ En el pecho de los desafinados/ ¡también late un corazón!

Señala Berendt que, para la versión en sencillo del tema, con objeto de abreviarla, se eliminó el solo de Byrd, así cuando el disco obtuvo un Grammy se le entregó a Getz: «Como resultado, se desdeñó la decisiva contribución de Charlie Byrd y, desde entonces, Getz ocupó el centro de la oleada del bossa nova» (1986: 549). En contraste con el sonido lleno del saxo tenor y la plena dinámica de la guitarra, viene una vez más Desafinado, en la versión original escrita por Tom Jobim & Newton Mendonça, del álbum Finest Hour (1969) con Jobim en un sobrio piano y João Gilberto en una guitarra serena y una voz casi susurrante. http://www.youtube.com/watch?v=AmuaIcin-YM (4:16).

Si bien Getz fue inspirado por el BN hubo antes una influencia opuesta, del Cool al samba, por vía de Byrd y su gira en 1961 a Brasil patrocinada por la Administración Kennedy. De ahí el tributo a la mezcla desde el título, Jazz Samba (1962). Por el encuentro entre estos dos ritmos se formó el o la BN, palabra que significa ritmo nuevo, camino nuevo, por el lado masculino; aptitud, tendencia, vocación, por el femenino y aunque se diga que nace el 10/jul/1958 con el LP Chega de saudade, de João Gilberto, un ritmo popular no tiene origen cierto, solo evoluciona. Un ejemplo que sintetiza bien el nexo jazz-samba-bossa: Samba de uma nota só, en inglés One Note Samba, en versión de João Gilberto. Y luego la de Stan Getz y Charlie Byrd, que comienza con un claro aroma de samba-bossa y ya en los solos deja pocas dudas sobre cuál ritmo influenció a los otros.

http://www.youtube.com/watch?v=PJtpzJZpeeU&feature=endscreen&NR=1 (1:42) http://www.youtube.com/watch?v=0-vlX8uRLMQ&feature=endscreen&NR=1 (6:13)

Las raíces de Jobim están, primero, en el compositor de Choro Pixinguinha, luego en el jazz en éxitos de Gerry Mulligan, Chet Baker, Barney Kessel y otros músicos cool (c. 1950), lo que también se conoce con el mote de West Coast Jazz, referido a California, el estado más progresista de la Unión gringa (no, americana) y en particular al eco que tuvo el álbum homónimo de Getz (1955). Por el lado clásico se nota la influencia de Debussy. En 1974, editó con Regina Elis e Tom, uno de los mejores álbumes de BN de la historia. En la melodía con letra, la canción popular, es un nombre para destacar a nivel internacional. Otro: Edu Lôbo. Los dos son claves y hablar de uno siempre lleva al otro. Nombres de una importancia inusitada siguen necesitando revisión de su obra: Laurindo Almeida (1917-1995), guitarrista que desde la década de 1940 dejó huella en el jazz, primero en la banda de Stan Kenton, luego en la del 50 con Bud Shank y ya en los 70 con los The L.A. Four:  el mismo Shank, saxo alto, Ray Brown, contrabajo, Jeff Hamilton, batería y L. Almeida; Luíz Bonfá, quien vivió mucho tiempo en EEUU; los compositores Jacob do Bandolim y Radamés Gnattali. Una lista tan larga como las patas del error. Ya en la época de Alberto Nepomuceno (1864-1920), mezclador de las músicas culta y popular, esta requería nueva lectura conceptual, cuando bastaría aceptarla sin prejuicios pues para John Updike es la que «nos baña con imágenes de emoción y nos atrae hacia una plenitud de la cual nuestras vidas son sombras». La relación músicos de Brasil/jazz fue intensa, empezando por los compositores y músicos de Choro: Pixinguinha, Garoto, Braguinha, K-Ximbinho, Paulo Moura. Choro (lloro), no es jazz brasileño sino jazz, Choro gringo o, afroamericano, toda vez que el choro precede al jazz: surgió hacia 1870 y el jazz a comienzos del siglo XX: antes solo había blues y ragtime. Mejor, Choro=Blues, aun con la diferencia de orígenes: el primero, urbano, el segundo, rural.

El choro, para algunos chorinho (que no gusta a los chorões), es un género popular e instrumental brasileño, con casi siglo y medio de vida. Los grupos que lo tocan se llaman regionais y los músicos, compositores o instrumentistas, chorões. Es la primera música popular urbana típica de Brasil y de difícil ejecución. Pese al nombre, el ritmo es agite y alegría, virtuosismo e improvisación de los intérpretes, que requieren pleno dominio de su instrumento. Los regionales están formados por uno o más solistas, flauta o mandolina, que tocan la melodía, junto al cavaquinho (específico de la música portuguesa), centro del ritmo, y una o más guitarras (destaca la de 7 cuerdas), además del pandeiro como marcador de tempo. Surgió a mediados de 1870 en Río como forma autóctona de tocar ritmos extranjeros, entonces populares, los europeos vals, chotis y sobre todo polka; también cuadrillé, mazurka, modinha y minueto o los africanos batuca y lundu. Uno de los creadores del Choro es el flautista Joaquim Calado o al menos uno de sus determinadores al incorporar el solo de flauta, dos guitarras, un cavaquinho: se improvisaba ad libitum sobre la melodía, característica del Choro moderno. El Choro recibió un fuerte influjo del ritmo de las danzas, al inicio interpretadas por separado: solo hasta 1910 fue considerado un género musical.

Refiriéndose a Hermeto, Floriano Martins escribe que al Choro debe sumarse el forró (suma de varios estilos musicales y no de uno solo; entre varios ritmos diferentes que se identifican como tal, se destacan: Baião, Coco, Rojão, Quadrilha, Xaxado, Xote y Forró dos Compadres), aunque considerando que el choro, como el jazz, permite la división de solos entre músicos. Y agrega: Moura comenta que «el choro no es solo un género musical, una forma de canción simplemente, es también una forma de tocar. Ese es el punto: la presencia del músico interfiriendo en la partitura original, la improvisación jazzística como una afirmación de vida. El arte en su plena condición de visceralidad. Tal argumento, el que estaría en relación directa con una ruptura de patrones, ¿acaso habría sido decisivo en lo tocante a una menor consideración por el choro como gran género musical brasileño?» Cabría indagar hasta qué punto, en el fervor de esa indefinición de que habla Veloso, la música blanca y bien nacida (Moura), habría sentido desprecio por el choro, asociándolo a una clase menos favorecida. Es curioso pues el choro, al tiempo, nos aproxima a la condición de aliado natural de Estados Unidos -si se piensa en el jazz- y del esbozo de una nueva civilización, por una atmósfera genuinamente brasileña. (Trad.: LCMS)

Chorões más conocidos: Chiquinha Gonzaga, Anacleto de Medeiros, Ernesto Nazareth, Severino Araújo y Pixinguinha. Piezas famosas: Tico-Tico no Fubá de Zequinha de Abreu, Brasileirinho, de Waldir Azevedo, Noites Cariocas, de Jacob do Bandolim y Carinhoso, de Pixinguinha. Y como mi amor es sincero/ se que tú no huirías más de mí. http://www.youtube.com/watch?v=cAqUx3fCLHQ&feature=endscreen&NR=1 (3:01) http://www.youtube.com/watch?v=Si5y0QGSjTY (2:35) http://www.youtube.com/watch?v=2LoSXHijzMA (6:57) http://www.youtube.com/watch?v=EGWg4YpS1ls (2:52)

En la obra de Villa-Lobos el ciclo de 16 Choros es muy significativo, si no el más… Otros artistas del Choro son Yamandú Costa (de visita a Duitama, en jun/2019, donde compartió, entre otros, con el boyacense, a mucho orgullo, Alonzo Gabrielli**), Paulo Moura, Trío Madeira Brasil: los tres participaron en el documental de Mika Kaurismaki, Brasileirinho (2005), un tributo al género llamado así por la pieza de Azevedo. Debido a la eclosión del BN en 1950 y 60 el Choro perdió parte de su popularidad, cuando fue considerado pasado de moda. Pero se mantuvo gracias a músicos como Paulinho da Viola y Arthur Moreira Lima. La fiesta completa, en todo caso, la hace Hermeto Pascoal. Hay que seguir el curso de ese río agradable que es la relación entre la música instrumental de Brasil y el jazz, no olvidando jamás a los precursores Laurindo Almeida, Paulinho da Costa, Guilherme Franco, Luíz Bonfá ni a los coetáneos del aporte de éste, Hermeto, Bola Sete, Joao Donato.

¿Qué es el o la bossa-nova? La palabra bossa se escuchó por primera vez en el, no la, samba São Coisas Nossas (1932), de Noel de Medeiros Rosa (1910-1937), uno de los más grandes compositores de música popular, muerto por tuberculosis con 26 años: «O samba, a prontidao/ e outras bossas/ são coisas nossas/ são coisas nossas…» El samba, la preparación/ y otras cargas/ son cosas nuestras/ son cosas nuestras… Y a propósito del de Noel Rosa, ¿qué es el samba? La música nacional brasileña. http://www.youtube.com/watch?v=LzS61CE3X2U (3:39)

No hay consenso en torno al BN como movimiento; sin embargo, el valor del estilo es reconocido en la historia de la música brasileña. Recogió los rasgos del samba callejero, le bajó el volumen y lo llevó a espacios más reducidos para poder escucharlo en paz. Surgieron sofisticadas armonías, con acentos irregulares relacionados con el jazz. Aunque texto y música mantenían un estrecho nexo, luego las notas pasaron a depender de las letras. Su repertorio básico: canciones y música instrumental, muy similares a lo que se llama samba-jazz. El BN nació, indica Jobim «del encuentro entre el samba brasileño y el jazz moderno» y cuenta con un precursor: José Alfredo da Silva, Johnny Alf, quien incorporó al samba, desde 1949, elementos propios del jazz moderno. Claro que las premisas del movimiento no quedarán fijadas hasta la entrada en escena de Tom Jobim, en 1955, con su Sinfonía do Rio de Janeiro. El BN surge hacia 1955 en la zona sur de Río, en dos de los más exclusivos barrios cercanos a la playa de Ipanema. Por eso, cobra sentido lo que relata el poeta brasileño Floriano Martins en su Retrato escrito sobre Hermeto:

Al final de su libro Verdade Tropical (1997), Caetano Veloso se refiere al Brasil con su «eterna indefinición entre ser el aliado natural de los Estados Unidos en su estrategia internacional y ser el esbozo de una nueva civilización». De alguna manera esto me recordó unas palabras de Paulo Moura, en la tapa del CD Rio Nocturnes (1992), al decir que «la bossa nova significó el advenimiento de la discriminación racial en la música brasilera». Dejemos que el propio Moura nos aclare mejor: «Puede parecer locura, pero existen grandes evidencias de eso. Mi nombre, por ejemplo, nunca está ligado a los principales artistas de la bossa nova, aunque yo haya protagonizado el movimiento desde su inicio. Musicalmente, la bossa nova creció entre una juventud blanca y de vida bien. Los percusionistas -que en Río, tradicionalmente vienen de los barrios más pobres, predominantemente negros- no eran necesarios en la bossa nova. En el samba eran fundamentales, pero la bossa nova solo precisaba, cuando mucho, de un baterista». (Trad.: LCMS)

El editor Almir Chediak (XV en Músicos del Brasil) se propuso recopilar la obra instrumental y vocal del artista Tom Jobim. Primero, surgió la idea de reunir las piezas sin letra, incluso por aquello de que la radio y los medios dan poco espacio a lo instrumental. Escuchó discos y cintas y comprobó que había más de 30 piezas instrumentales de Tom. Seleccionó 30, destinadas a un disco doble con 15 cada uno. Luego pensó quién podría grabar cada una de ellas y concluyó: sería mejor tener más de un intérprete para que pudieran participar más músicos. Al final más de 100 interpretaron 32 piezas, porque dos eran inéditas: Paulo Vôo Livre compuesta por Tom para su hijo Paulo y grabada aquí por su nieto Daniel Jobim y Franklin da Flauta. http://www.youtube.com/watch?v=XXVyDH4vD8U (2:42) La otra, Tema para Ana, se restauró a partir de una grabación casera en una cinta de casete, mejorando al máximo su calidad. Aquí en versión para piano y xilófono. Ambas editadas entre jul-oct/95. http://www.youtube.com/watch?v=pN6d0dom2P4 (1:59)

¿Vinícius de Moraes, precursor del BN y del cine contemporáneo brasileño, como sostiene un «profesor» bogotano? No. Su historia es la de un poeta cuyos versos musicalizaron ciertos compositores. No escribió canciones propiamente. Su rol como cantante es posterior a la llegada del bossa; tampoco era lo que se llama un cantante. En el cine no participó nunca: Orfeu da Conceição es teatro y él no trabajó en su adaptación al cine. Vinícius no es precursor de nada. Fue poeta y como tal, autor de sonetos, elegías, odas, sin gran expresión estética. Tom Jobim, Chico Buarque, Carlos Lyra, pusieron música a sus sonetos: sin dicha música, «esa poesía no llegaría al público», sostiene F. Martins. Orfeo Negro importa solo cuando en 1956 tiene su primer montaje; luego, al salir la banda sonora escrita por Jobim; como texto no es señal de vanguardia, no puede considerarse precursor de nada. El BN está en la música. Cuando Marcel Camus lo adapta al cine en 1959 el texto sufre cambios y a la música se agrega Manhã de Carnaval, de Bonfá. Jobim fue introductor, no precursor; Camus, jamás se bañó dos veces en el mismo Río, jejeje. Precursor del BN sería João Gilberto al grabar Chega de saudade, en inglés No More Blues, canción que habla de tristeza, melancolía y sufrimiento, con música de Tom y poesía de Vinícius, tal como reza el LP, grabado en 1958, con flauta, voz, guitarra y percusión. Y Gilberto sería precursor si no fuera porque ya antes Elizete Cardoso la había grabado en 1958 para el álbum Canção do amor demais: así que, en justicia, con ella es que arranca el BN. Pero, ya se sabe, en un mundo patriarcal, las mujeres…

http://www.youtube.com/watch?v=G-G8-M10BZ4 (2:02) http://www.youtube.com/watch?v=rZ13bQvvHEY (3:29).

Para terminar se escuchará la imprescindible A garota de Ipanema o A menina que passa, como se llamó al comienzo, en inglés The Girl from Ipanema: canción creada al calor del VAT 69. Primero, Tom, João, Vinícius y Os Cariocas, en interpretación llevada a cabo el 2/ago/1962 en el Au Bon Gourmet, lugar en el que para Ruy Castro (1948) se dio «el mayor momento de la BN en Brasil. Salvó su música en una época en que el movimiento se agotaba como novedad y en que incluso la propaganda lo abandonaba por otros géneros más comerciales». http://www.youtube.com/watch?v=vbhYxhV1YrA (4:42)

Ahora los creadores de La chica de Ipanema: Tom Jobim, piano y voz, y el surtidor de poesía Vinícius de Moraes, (casi) voz y remembranzas del bar Veloso desde el que veían pasar, y algunas veces entrar a comprar cigarros para su mamá, a Heloísa Eneida Meneses Paes Pinto, Helô, 15 años, 1.69 metros, ojos verdes y cabello negro largo y liso, La Inspiración del tema que antes fue La muchacha que pasa, o salía del Veloso bajo una lluvia de silbidos, y cuya parte inicial era: «Venía cansado de todo,/ de tantos caminos/ también sin poesía/ también sin pajaritos,/ con miedo a la vida/ con miedo al amor./ Cuando en la tarde vacía,/ tan linda en el espacio,/ vi a una muchacha,/ que venía con un paso/ lleno de balanceo/ camino del mar» (Trad.: LCMS). En esta versión solo aparecen las tres frases finales: que venía con un paso/ lleno de balanceo/ camino del mar.

http://www.youtube.com/watch?v=KJzBxJ8ExRk&feature=endscreen&NR=1 (3:38)

En síntesis, el aporte de Tom Jobim a la música brasileña es fundamental: el artista más completo en la historia de la música tradicional brasileña (MTB) y no Música Popular Brasileña (MPB), que es un mote comercial para, de paso, enterrar toda esa riqueza de ritmos brasileños ya citados, sobre todo nordestinos. En cuanto al aporte del BN al jazz, dice el crítico francés Arnaud Merlin, en el Diccionario del Jazz (Anaya & Mario Muchnik, 1995: 155): «Más que una huella estilística profunda, el aporte de la bossa nova al jazz radica en la posibilidad de una nueva pulsación rítmica y, sobre todo, en la ampliación indudable del espectro de standards gracias a la inmediata acogida de algunos de los mejores solistas del momento: Dizzy Gillespie, Zoot Sims, Coleman Hawkins, Sonny Rollins, Dexter Gordon, el MJQ, Ella Fitzgerald, McCoy Tyner…» También Bud Shank y L. Almeida, entre muchos otros citados al inicio, responsables del traslado de ritmos brasileros como choro, forró y samba a EEUU cuando aún no se agrupaban bajo el mote de BN, mucho menos MPB: cuyos verdaderos padres fueron Pixinguinha, Ary Barroso, Cartola, Garoto, Braguinha: y Calzoncinho, por aquello del género, jejeje. Varios de dichos jazzmen tuvieron relación directa con Jobim, en cuya música de grandes odres melódicos, la mayor parte de los tempi se articula sobre las partes débiles del compás y descansa en armonías modulantes, apoyadas en ricos acordes de sustitución y en un balanceo rítmico, como el de la Garota de Ipanema, sincopado y regular. Uno de los pocos músicos brasileños citados por Leonard Feather en su Enciclopedia del Jazz de los 60 (1966, Da Capo, 0263) y por el mismo Feather y Ira Gitler en la Enciclopedia del Jazz de los 70 (1976, Da Capo, 0290), textos en los que se lo destaca como una de las figuras seminales del movimiento del BN sin que por ello sea, en sentido estricto, un intérprete de jazz: más bien un artista que aportó al ritmo afroamericano por excelencia, la riqueza y la bondad de los ritmos brasileños. La voz de Tom Jobim, más cerca de la palabra e incluso del susurro, levemente disonante de su guitarra, pone en todo caso al oyente en la ruta de un viaje sentimental, nostálgico, quizás, pero nunca triste, en fin, romántico, como corresponde a la estirpe de los grandes creadores de la música popular que alguien, por prejuicios de clase y argucias del Poder político así como del clerical, dio en llamar música clásica, culta o erudita: tres títulos distintos y un solo error verdadero.

En realidad, la clásica nace de la popular, como lo recuerda Kundera en La broma. Además, cabe reiterar que, como sostiene Updike, con una lucidez que no enceguece, sino que ilumina, la música popular «nos baña con imágenes de emoción y nos atrae hacia una plenitud de la cual nuestras vidas son sombras». Y la música del virtuoso y versátil multiinstrumentista Tom Jobim no recuerda que nuestras vidas sean sombras, sino que cada vez que nos permite escuchar su voz y su piano, guitarra o flauta, nos acerca hacia una plenitud que difícilmente se puede vislumbrar por otros medios. Como prueba de su grandeza, en un acto de justicia poética el creador de la Sinfonía do Rio de Janeiro (además de consignar «quiero morir en un día de sol, en la plenitud de la vida», dejó un leitmotiv: «Río de Janeiro, la montaña, el sol y el mar») fue recompensado al filo del tiempo, por sus aportes a la música, sin rótulos, al designarse al actual Aeropuerto Internacional de su ciudad natal, Rio de Janeiro, su patria en tanto niñez, Antônio Carlos Jobim.

Que no lleve el nombre de un político, como es usual, sino el de un artista, dice mucho más de lo que aquí pudiera decirse sobre el hecho: más que emocionante, realmente conmovedor, incluso, apabullante. Eso sí, sin pretenderlo: al final, la cultura impone, pero no «impone». He ahí el insondable/insalvable abismo que la separa de la política, porque para sus (malas) encarnaciones, los políticos, la cultura hoy no existe: salvo para la foto que guardarán en la galería o tirarán a la basura, cuando ya no les sea útil. O para el usufructo, político y material. No en términos de saber, apreciación o disfrute, que es para lo que está hecha la cultura: y no para arrumar libros en las repisas, sino, por contraste, para el refinamiento de los sentidos.

http://www.youtube.com/watch?v=uvQkv2EePMg (28:25) Sinfonia do Rio de Janeiro, de Billy Blanco e Tom Jobim – Regência Gilson Peranzzetta.

Luis Carlos Muñoz Sarmiento (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y de jazz, catedrático, conferencista, corrector de estilo, traductor y, por encima de todo, lector. Colaborador de El Magazín de EE, desde 2012. Corresponsal de Matérika, Costa Rica. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, fue lanzado en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por Martin Luther King: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, en el XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Invitado por UFES, Vitória, Brasil, al I Congreso Int. Literatura y Revolución – Los espectros de Marx y el realismo estético (6-7/dic/2018). Autor, traductor y coautor, con Luis E. Soares, en portal Rebelión. Desde 2018, columnista de EE.  

** https://www.youtube.com/watch?v=JvsiL1XJzoQ

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.