El estimado oficial de crecimiento económico de 1,5% para el 2019 ha sido presentado como una «buena noticia». En el mejor de los casos, esa cifra pudiera no ser una «mala noticia», pero de ahí a que pudiera ser motivo de satisfacción hay una distancia. Con ese bajo nivel de crecimiento -que no se ha […]
El estimado oficial de crecimiento económico de 1,5% para el 2019 ha sido presentado como una «buena noticia». En el mejor de los casos, esa cifra pudiera no ser una «mala noticia», pero de ahí a que pudiera ser motivo de satisfacción hay una distancia.
Con ese bajo nivel de crecimiento -que no se ha aclarado con precisión cuando sería superado- el país no se encontraría encarrilado en una senda de desarrollo, con independencia de cualquier cantidad de otros indicadores que deseen añadirse.
La cifra de 1,5% y los otros datos que acompañaron la presentación del plan muy poco nos dicen sobre la siguiente cuestión:
- ¿De qué manera ese crecimiento anual planificado se relaciona con un proceso que se supone que deba conducir al modelo económico cubano a generar -de manera estable- las tasas de crecimiento anual entre el 5 y el 7% que se necesitan para desarrollar el país?
Es decir, pudiéramos estar en una situación en la que se afirme que el plan anual 2019 es la pieza de un mecanismo complejo, pero no sabríamos cómo funcionaría esa pieza.
Con su actual estructura sectorial, su baja productividad, la brecha de inversión y las distorsiones de precios relativos, Cuba no podrá avanzar hacia el desarrollo. El bloqueo estadounidense complica aún más las cosas. Todo eso es ampliamente conocido y también se reconoce que son problemas que normalmente demoran tiempo en ser resueltos.
Se dispone de una «conceptualización» del modelo deseable y lo que se espera de un plan económico anual no es que este se limite a «balancear» la economía en el corto plazo, sino que convierta los resultados del plan en pasos concretos que se articulen con otras medidas para materializar progresivamente las transformaciones mayores que pudieran conducir a un modelo distinto.
¿Qué nos ha informado la presentación del plan 2019 en ese sentido?
Casi nada. De hecho, pareció haberse perdido una buena oportunidad para explicar algo que tiene mucha importancia política: ¿cómo el gobierno cubano piensa avanzar -de manera concreta- desde el plan 2019 hacia los objetivos planteados en la «conceptualización» para el año 2030, especialmente en lo relativo al objetivo de «prosperidad»?
Uno de los aspectos de la información sobre el plan 2019 que inicialmente parecía ser más interesante fue la divulgación de que se habían adoptado tres etapas como parte de la preparación del Plan de Desarrollo hasta 2030: 2019-2021, 2022-2026 y 2027-2030. (1)
Se informó que en la etapa recién iniciada 2019- 2021, de la cual forma parte el plan anual divugado, se estiman crecimientos en el entorno del 1 al 2 por ciento y se afirmó que ese periodo «se sientan las bases para las transformaciones futuras mediante el avance de tareas como el nuevo modelo de dirección y gestión en el contexto del ordenamiento monetario del país«. También se comunicó que se esperaba «una mayor respuesta productiva del sector agrícola, así como una concentración y reorientación productiva y de los recursos hacia las actividades con mayor potencial«. (2)
Sin embargo, hasta donde conozco, no se explicaron los detalles relativos a la creación de esas bases en el periodo 2019- 2021 ni se ofreció información alguna sobre las otras dos etapas posteriores. Por ejemplo, ¿Qué crecimientos económicos se esperan en ellas y con cuáles tasas de inversión?
Respecto al primer periodo se identificaron, de manera extremadamente sucinta, algunas de las principales acciones:
- Evaluación de la actual estructura empresarial de Cuba, en particular la situación de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) y de las Unidades Empresariales de Base.
- Redefinición de las funciones de las Juntas de Gobierno relativas al control de la ejecución del plan de la economía y su desagregación.
- Diseño para la unificación monetaria y cambiaria, realizado de manera integral junto a la transformación del sistema de ingresos de la población (reforma salarial y modificación de los ingresos que se reciben por jubilación o asistencia social), y eliminación o reducción parcial de los subsidios «excesivos».
- Nuevas normativas para las cooperativas no agropecuarias.
- Aplicación de las nuevas regulaciones del trabajo por cuenta propia.
Se ha repetido en esta ocasión un estilo difuso de presentación de las políticas económicas, al menos en dos dimensiones importantes: los plazos y los detalles.
Por una parte, se ha afirmado que esos asuntos «tendrán una salida en su momento«, como si a los ciudadanos no les importase el tiempo y el ritmo de los cambios. Por otra parte, debido a la carencia de detalles se mantienen dudas como las siguientes:
- ¿Implicarían las reformas en el plano empresarial la adopción de una ley de empresas o se limitarían a ser revisiones de estructuras y de políticas?
- ¿Se establecerán las PYMES privadas y cooperativas en este periodo 2019- 2021?
- ¿Se adoptará una ley de empresas general que incluya todos los sectores de propiedad?
- ¿Habrá una reforma de precios?
- ¿Se haría una reforma de precios de manera simultánea con las reformas de salarios y de pensiones?
- ¿Cuál sería la secuencia del «paquete» integral relativo al ordenamiento monetario y cambiario?
- ¿Qué se considera como un subsidio «excesivo»?
- ¿Se priorizaría la reducción y eliminación de los subsidios a la empresa estatal, o se comenzaría reduciendo los subsidios a los consumidores?
- ¿Pueden crearse las bases para una transformación del modelo económico si no se incrementa sustancialmente entre 2019 y 2021 la producción de alimentos nacionales y la reducción de los precios relativos de estos?
- ¿Cuál es el plan para poner a producir los miles de hectáreas de tierras ociosas del país?
Conviene llamar la atención acerca de que se ha pronosticado que la inversión extranjera directa debe crecer a un ritmo promedio anual superior al 10 por ciento. Este es un tema que requiere un análisis aparte, pero por el momento sería conveniente que alguien pudiera aclarar si el dato se refiere a un crecimiento medido a precios constantes o a precios corrientes. Pudiera parecer un detalle menor, pero como en Cuba suelen medirse algunos crecimientos en precios corrientes -por ejemplo, los salarios estatales- ello pudiera conducir a exagerar las cifras de crecimiento de la inversión extranjera.
Notas
1 Dianet Doimeadios Guerrero, Beatriz Albert Pino, Deny Extremera San Martín, Lissett Izquierdo Ferrer, «Cuba redefinirá el próximo año su estructura empresarial», Cubadebate, 16 de diciembre de 2018, http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/12/16/cuba-redefinira-el-proximo-ano-su-estructura-empresarial/#.XDddI0xFw-V
2 Ver «Si hacemos bien las cosas podremos garantizar una dinámica superior de crecimiento en los próximos años» (Fragmentos de la versión taquigráfica del informe presentado a la Asamblea Nacional por Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación). Granma, 22 de diciembre de 2018. http://www.granma.cu/cuba/2018-12-22/si-hacemos-bien-las-cosas-podremos-garantizar-una-dinamica-superior-de-crecimiento-en-los-proximos-anos-22-12-2018-01-12-52
Fuente: http://elestadocomotal.com/2019/01/10/el-plan-de-la-economia-cubana-para-2019-lo-que-no-queda-claro/