Traducción de Loles Oliván Hijós para Rebelión.
Continúa el debate sobre el incierto futuro que le espera a Palestina en el contexto del llamado «acuerdo del siglo» del presidente estadounidense Donald Trump versus el «compromiso de dos Estados», las dos únicas y peligrosas opciones que hay sobre la mesa y que condenan a Palestina al olvido.
En previsión del acuerdo de Trump, antiguos representantes oficiales de países europeos han enviado una carta a los Ministros de Asuntos Exteriores de la UE y al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Reclaman que la UE rechace el acuerdo estadounidense y reafirme «los parámetros acordados internacionalmente para una solución de dos Estados».
Su carta califica el Acuerdo de Oslo de «hito de la cooperación transatlántica en materia de política exterior» y describe cómo las decisiones de Trump «juegan con la seguridad y la estabilidad de varios países situados a las puertas de Europa». Se pone en contexto con la decisión estadounidense de poner fin a su ayuda financiera al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA). Si Europa no rechaza el acuerdo de Trump, advierte la carta, el resultado «acelerará la desaparición de la opción de dos Estados perjudicando fatalmente la causa de la paz duradera tanto para palestinos como para israelíes».
Una lectura atenta de la carta revela que existe más preocupación por que la UE vaya por delante en las negociaciones diplomáticas que por lo que les suceda a los palestinos como consecuencia del acuerdo de Trump. De hecho, en su conclusión, la carta afirma que la actual quiebra política constituye «una oportunidad decisiva para reforzar nuestros principios compartidos […] y así manifestar el papel singular de Europa como referente para un orden internacional basado en normas».
Todas las preocupaciones que manifiesta en la carta esta gente (como antes hicieron otros) son ajenas a la lucha palestina por su liberación, ¿dónde estaban cuando ocupaban posiciones de poder e influencia? ¿Qué hicieron o dijeron entonces para beneficiar a los palestinos?
Es un hecho que quien transformó de manera aparentemente irreversible Palestina fue la colonización europea y que Estados Unidos ha venido interviniendo para acelerar el proceso. Cuando se trata de Israel, la UE se limita a competir por su influencia internacional pero lo hace a expensas del territorio y la vida de los palestinos; no tiene autoridad moral alguna porque protege el colonialismo israelí.
A diferencia de Estados Unidos en esta ocasión, la UE cuenta con el respaldo de la llamada comunidad internacional por el factor común que representa la «solución de dos Estados», un compromiso desastroso que premia al Estado responsable de la limpieza étnica aplicada contra el pueblo palestino. Si la UE va diplomáticamente un paso por delante en términos de relaciones internacionales es porque la comunidad internacional ha manipulado desde hace mucho tiempo el consenso general haciéndolo pasar por «justicia» y «legitimidad».
En lo que respecta a Israel, tanto Estados Unidos como la UE operan a favor de su programa colonial. Estados Unidos se está centrando en promover abiertamente la normalización de las relaciones árabes con Israel y en proporcionar incentivos para ello, mientras que la UE ya las ha normalizado y mantiene la ilusión de que apoya los derechos palestinos. Pero la premisa invariable sigue siendo la imposición de dos Estados emanada de los Acuerdos de Oslo, el hito diplomático que ha engañado a los palestinos y les ha privado de sus tierras.
Si la UE mide su éxito en Oslo debería tener claro lo que camufla su programa y el perjuicio que entraña para los palestinos. Pedirle a la UE que rechace el plan de Trump y que apoye un paradigma obsoleto reduce la cuestión a qué violación defender; elegir el menor de dos males: el plan de Trump o el compromiso de dos Estados. Ambos dan primacía a Israel, normalizan el colonialismo y convierten a los palestinos en meros receptores de ayuda humanitaria otorgada en compensación por el robo de sus tierras y por sus vidas destrozadas.
Puede que la UE consiga ser un referente internacional pero hay que recordarle a Bruselas que un «orden internacional basado en normas» no es lo mismo que un orden basado en la justicia. La posición de Europa, aunque sea menos beligerante que la de Estados Unidos, se centra igualmente en la premisa de proteger el proyecto colonial de Israel en Palestina cueste lo que cueste, aunque quienes lo paguen sean sobretodo los palestinos autóctonos.
Ramona Wadi es redactora de Middle East Monitor, donde ha publicado este artículo originalmente.