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Boicot a Israel en la SEMINCI

El boicot, al que les invitamos a sumarse, es sólo nuestra pequeña manera de decir: «No, no está bien»

Fuentes: Rebelión

Estimados/as Consejeros/as: Nos dirigimos a ustedes para pedirles que se sumen a la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel y no acojan en la SEMINCI películas financiadas por cualquier administración pública israelí. La SEMINCI siempre ha destacado por la calidad y la potenciación de valores humanos. Esto parece incompatible con […]

Estimados/as Consejeros/as:

Nos dirigimos a ustedes para pedirles que se sumen a la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel y no acojan en la SEMINCI películas financiadas por cualquier administración pública israelí. La SEMINCI siempre ha destacado por la calidad y la potenciación de valores humanos. Esto parece incompatible con la selección y proyección de películas que representan a un país que pisotea la legalidad internacional y viola los derechos humanos desde su fundación, y muy especialmente en estos días. Que un festival tan prestigioso como éste acepte películas financiadas por el estado de Israel, contribuye mucho más que otros festivales a darle a Israel un certificado de buena conducta, a legitimarlo.

Nos gustaría poder reunirnos con ustedes y explicarles detenidamente el porqué de nuestra petición, pues somos conscientes de la dificultad de entender un boicot cultural. Mientras tanto, éstas son algunas de nuestras razones:

Israel es un estado que incumple sistemáticamente las resoluciones de las Naciones Unidas, tanto de la Asamblea General como del Consejo de Seguridad, la IV Convención de Ginebra y que no respeta los DDHH más elementales. Los encargados de implementar esta legalidad internacional hacen caso omiso de sus obligaciones haciendo de Israel un estado completamente impune e imposibilitando así que Israel se siente a negociar una paz justa basada en el Derecho Internacional; es por esto que apelamos a la sociedad en su conjunto y a ustedes mismos a participar de esta campaña. Y más cuando en estos momentos Israel ha desencadenado una ola de violencia más intensa de lo habitual contra la población palestina a través de su policía y cuerpos paramilitares (colonos), fomentando un odio hacia esta población que provoca actos de extrema crueldad como dejar desangrarse a niños y niñas heridos mientras se les insulta o el linchamiento de personas de otras nacionalidades al confundirlas, por su color, con palestinos.

El BDS es una campaña global lanzada por la sociedad civil palestina que busca aislar al Estado de Israel y a su sistema de Apartheid hasta que cumpla con estos tres requisitos avalados por la legalidad internacional:

  1. El fin de la Ocupación y la colonización de todas las tierras árabes y el desmantelamiento del Muro de anexión y de las colonias en territorio ocupado.
  2. El reconocimiento del derecho fundamental de las palestinas y palestinos de Israel a la igualdad completa con la población judía.
  3. La implementación del derecho al retorno de los refugiados palestinos, tal como estipula la resolución 194 de la ONU.

Seguramente sería discutible si la cultura y el arte tienen que ver con la política o no, pero lo que es seguro, porque lo han declarado públicamente ministros y altos cargos israelíes, es que Israel los utiliza para lavar su imagen ante el mundo y para invisibilizar al pueblo palestino, discriminando a sus artistas y ejerciendo un boicot muy efectivo contra la creación y difusión del cine palestino. Israel no solo le ha robado a la población palestina la tierra y el agua, también le usurpa su historia y su cultura y le impide contar y difundir su versión.

Lo que les pedimos, al igual que se lo piden israelíes comprometidos con una paz justa, es que la limpieza étnica, la segregación racial y religiosa, la colonización o la creación de muros de anexión y las masacres israelíes tengan consecuencias para el estado de Israel posicionándose así del lado de la justicia y la paz. No podemos, desde ningún ámbito, mirar hacia otro lado cuando los niños palestinos, las mujeres y los hombres son asesinados, quemados vivos, arrestados, detenidos y registrados en los controles, no se les permite moverse, enterrar a sus muertos, tener una educación adecuada... El boicot, al que les invitamos a sumarse, es sólo nuestra pequeña manera de decir: «No, no está bien».