Mientras aquí disfrutamos de su fascinante y divertido espectáculo vital, en Palestina crece la desesperanza, el dolor profundo y la impotencia al comprobar como la comunidad internacional permite que el estado sionista de Israel les mate o les impida vivir en su país. Sólo durante el mes de Octubre Israel ha asesinado a más de […]
Mientras aquí disfrutamos de su fascinante y divertido espectáculo vital, en Palestina crece la desesperanza, el dolor profundo y la impotencia al comprobar como la comunidad internacional permite que el estado sionista de Israel les mate o les impida vivir en su país. Sólo durante el mes de Octubre Israel ha asesinado a más de 70 personas [1], incluido un bebé de 8 meses que murió intoxicado por inhalar gases lacrimógenos disparados por el ejército de Israel en el campo de refugiados de Aida, en Belén. Minutos antes, el mismo ejército se dirigía a las personas que viven en este campo de refugiados diciendo «Habitantes de Aida, somos las fuerzas israelíes de ocupación. Si arrojáis piedras, os lanzaremos gases hasta que os muráis. Los niños, los jóvenes y la gente mayor, todos vosotros, no salvaremos ni a uno».
Efectivamente los componentes de Sama-Sama nunca han vivido algo así.
No han sufrido la destrucción y colonización de sus tierras, no han tenido que sentir la humillación y la desesperación de los check-points, de las detenciones arbitrarias, de las masacres periódicas como la acontecida el pasado año, con más de 2,300 personas asesinadas, los castigos colectivos y un largo etcétera que es por todos y todas conocido.
Sama-Sama hace referencia a su significado en tagalo, el idioma filipino y quiere decir «juntos». El espectáculo ha sido creado por Roi Ofer, uno de los fundadores de Mayumaná y está formado en su mayoría por casi todos los componentes del mismo. Este espectáculo contribuye a normalizar la situación de Israel y mostrarlo como un lugar cosmopolita, multicultural y moderno. Nada más lejos de la realidad. En la ciudad de Jaffa, donde Mayumaná tiene su sede, hoy en día sobreviven unos 15.000 palestinos/as resistiendo a la pobreza y a la colonización de sus tierras originarias. El Comité Popular de Jaffa para la Defensa de los Derechos a la Tierra y a la Vivienda, creado en 2007 para luchar contra la confiscación y demolición de casas palestinas en Jaffa, calcula que hay actualmente más de 500 familias que enfrentan órdenes de demolición de sus casas.
Entonces nos preguntamos ¿por que Sama-Sama hace referencia al término «juntos» refiriéndose a un movimiento multicultural y obvian a la población palestina que vive junto a ellos y ellas y a la situación de ocupación militar y violación de los derechos humanos que está ocurriendo a pocos kilómetros de distancia?
El arte no es siempre inocuo. El espectáculo Sama-Sama fue inaugurado en el verano del 2012 en el Museo Municipal de Arte de Tel Aviv, cuyo presidente es el actual alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai. Antes de participar activamente en la política israelí, Huldai prestó servicio militar en la Fuerza aérea de Israel durante 26 años (1964-1989), sirviendo como piloto de combate y desempeñando puestos clave de alto mando. Ha sido coordinador de autoridades gubernamentales y supervisor de proyectos de construcción civil para las FAI (Fuerzas Aéreas Israelíes). No debemos olvidar que mientras el señor Huldai servía en las FAI, se libraba la Guerra de los Seis Días en 1967, momento clave donde Israel ocupó y se anexionó ilegalmente Cisjordania, Jerusalén Este, Gaza y los Altos del Golán sirios. Territorios que siguen sometidos hasta hoy a una política de apartheid y ocupación militar contraria a la legalidad internacional.
El director y fundador de Sama-Sama, Roi Ofer, así como si director artístico Amir Schorr, fueron parte también de la dirección de Mayumana, compañía emblema de la marca de Israel en el exterior. Sama-Sama ha organizado eventos en otras ocasiones con el apoyo y colaboración del Gobierno de Israel y sus instituciones, como la actuación celebrada en el Ayuntamiento de Tel Aviv en 2012 o su participación en el proyecto de promoción del turismo interno del mismo Ayuntamiento.
El Ayuntamiento de Tel Aviv fomenta y participa directamente en el desarrollo de las políticas de apartheid y limpieza étnica de la población palestina que reside en esta ciudad. En 2010 concedió la licencia para que la empresa Be’emunah, conocida por construir casas para población religiosa sionista, desarrollase en el palestino barrio de Ajami, en Jaffa, un residencial sólo para población judía.
La estrecha colaboración de Sama-Sama con el Ayuntamiento de Tel Aviv y el silencio antes sus crímenes y abusos les hace cómplices de los mismos. Israel emplea enormes cantidades de dinero en enviar a sus embajadores artísticos y culturales a actuar fuera y en atraer a personajes extranjeros a Israel para, indirecta o directamente, maquillar la situación de ocupante, ocultando, minimizando y justificando las graves e ilegales vulneraciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. El ex director adjunto del ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Nissim Ben Shitrit, dijo públicamente en un periódico que «Vemos la cultura y la Hasbara (nombre dado a la propaganda israelí) como herramienta de propaganda de primer orden, no diferencio cultura de propaganda».
Como sociedad civil comprometida con la justicia y el respeto de los derechos humanos queremos haceos eco de la campaña internacional de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) lanzada desde la sociedad civil palestina en 2005. Más de 170 organizaciones palestinas se pusieron de acuerdo hace 10 años para pedirle al resto del mundo que deje de ser un mero observador. La campaña exige que se presione al Gobierno de Israel a través de distintas tácticas de boicot, desinversiones y sanciones para conseguir:
1) El fin de la ocupación de Israel de todas las tierras árabes ocupadas en 1967 y el desmantelamiento del muro.
2) La igualdad de derechos entre los israelíes y la población palestina en Israel.
3) El cumplimiento de la resolución 194 de la ONU referente al derecho al retorno de todos los refugiados palestinos.
El boicot cultural consiste en confrontar la manipulación de la opinión pública y normalización del Apartheid israelí a través de la cultura. Está siempre dirigido a entidades y nunca a personas individuales. Dentro de Israel existe también un grupo formado por israelís anti-sionistas que apoyan la campaña BDS, denominado «Boycott from Within».
Artistas nacionales como Marinah, ex-vocalista de Ojos de Brujo, meses atrás canceló sus dos conciertos previstos en Israel. También artistas internacionales han cancelado recientemente sus actuaciones en Israel, como Lauryn Hill. Anteriormente cancelaron sus actuaciones en Israel: Carlos Santana, Elvis Costello, Massive Attack, Pixies, Gorillaz Sound System, Damon Albarn (cantante de Blur), Devndra Banhart, Vanessa Paradis, Bono de U2, Bjork, Snoop Dog, por nombrar los más conocidos. También existen artistas comprometidos que han declarado abiertamente que se adhieren a la campaña BDS y por lo tanto se niegan a actuar en Israel. En el Estado español personajes como Carmen Paris, Leo Bassi, Cristina del Valle, Pilar Bardem, Juan Diego Botto o Teresa Aranguren, son algunos de los nombres de una lista que sigue sumando a favor de la justicia.
Ya no podemos alegar que no lo sabíamos y continuar como si nada ocurriera frente a los crímenes contra la humanidad. Ante la complicidad de nuestros gobiernos, ante la inoperancia de la justicia y de los organismos internacionales, alguien debe actuar para defender la legalidad internacional y los derechos del pueblo palestino a vivir en una sociedad en paz y libre de violencia. El apoyo al boicot propuesto por la población palestina es la única opción que nos dejan. Es nuestro derecho y nuestra obligación porque, como afirma Desmond Tutu: » si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor.»
Por todo lo expuesto, nos gustaría solicitaros que no promocionéis ni publicitéis dicho espectáculo y que hagáis echo de la campaña de Boicot Desinversiones y Sanciones a Israel. Entendemos que la defensa de los derechos humanos se hace a través de actos y no sólo de palabras, y es por eso que os pedimos que actuéis y os posicionéis por y para la defensa de los derechos del pueblo palestino, porque nadie se merece décadas de ocupación, de check-points, amenazas, arrestos y bombardeos, nadie se merece vivir algo así.
Ayúdales a conseguirlo, no colabores, tu silencio es complicidad.