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Respuesta a Francesc Serés

¿Madrid entregada a la España de la carcundia?

Fuentes: Rebelión

La semana pasada un acontecimiento inesperado nos ha despertado de ese mundo de ensoñación inoculado por los tertulianos. El envió a prisión de «los titiriteros de abajo» ha puesto en evidencia que las reivindicaciones del 15M están plenamente vigentes. No queda otra cosa, necesitamos una Democracia Real donde el soberano construya desde abajo una nueva […]

La semana pasada un acontecimiento inesperado nos ha despertado de ese mundo de ensoñación inoculado por los tertulianos. El envió a prisión de «los titiriteros de abajo» ha puesto en evidencia que las reivindicaciones del 15M están plenamente vigentes. No queda otra cosa, necesitamos una Democracia Real donde el soberano construya desde abajo una nueva constitución… Si de verdad queremos la revolución democrática de la que hablaban los carteles del 15M es necesario impedir que en España se produzca lo que Gramsci llamaba revolución-restauración, aquella donde las lideres son cooptados por las clases dominantes para neutralizar el impulso revolucionario de los de abajo. Habrá que sacarse la modorra, reponer la movilización para poner fin a esta crisis interminable. Quienes participamos del espíritu rebelde del 15M debemos dejar «el modo en espera» y prepararnos para volver a ganar las calles.

Emilio Pizocaro (2016)

 

Una sugerencia. Por favor, compañeras, compañeros, lean esta nota teniendo muy presente esta información que ya conocen. «Miles de personas participaron el pasado jueves en una gran manifestación en apoyo de los ocho trabajadores de Airbus». Y fue en Madrid por supuesto. Se exigió la derogación del artículo 315.3 del Código Penal (el que castiga con tres años de cárcel a los piquetes de huelga).

Francesc Serés [FS] es un excelente escritor. Vale la pena leerle. Ayer, como casi todas las semanas, leí su columna -«Madrid, qué mal resistes» [1]- en el suplemento de Cataluña del global-imperial. Me quedé helada. Hablaba de Madrid, de la ciudad resistente, de unas de las ciudades del 15M, de la ciudad de mil mareas. Lo hacía en los siguientes términos:

Lo primero que le vino en mente cuando oyó que habían encarcelado a los dos titiriteros de Madrid, señala, «fue una escena de la película Novecento. Guardias a caballo, armados con sables, destrozan un teatro de guiñol en el que se burlan de ellos». Lo segundo, prosigue, fueron esos carteles «que cuelgan en algunas calles cercanas a los ríos y que rezan «Hasta aquí llegaron las aguas el año». Recuerdan el nivel de la riada de tiempos pasados y sirven para recordar que el río crecido puede ocupar terrenos que parecía que la civilización le había ganado a la naturaleza». Por naturaleza, añade FS, «entiendo también la historia pasada y reciente española, el agro interior de la magistratura y del alto funcionariado, el acuerdo tácito del Estado para sí mismo». Cuando habla de historia española, FS suele excluir a Cataluña y cuando se refiere a la magistratura y al alto funcionariado y del acuerdo del Estado para sí mismo excluye cualquier matiz y disidencia. Todo es uno y lo mismo: España, España, España. Pero matiz, como sabemos y como nos enseñó aquel ciudadano de Madrid y Barcelona que se llamaba Manuel Sacristán, matiz, decía, es concepto.

Han metido entre rejas, nos recuerda FS, «a dos titiriteros por delito de lesa patria, para que sirva de escarmiento y con el visto bueno de la mayor parte de la opinión institucional». Por la misma senda: «Hasta aquí llegaron las aguas en la España eterna de 2016, que si de lo que se trata es de buscar chivos expiatorios, de eso sabe un rato». De nuevo para FS, la España eterna es toda España y la mayor parte de la opinión institucional es la mayor parte de esa opinión. No hay matices, no ha habido críticas, todos los españoles a una, la unidad de destino en lo universal.

Había mil maneras de solucionar el problema nos comenta FS, «pero lo que menos interesaba en este caso era dar solución alguna. Lo que la magistratura ansiaba era demostrar quién manda aquí y qué sucede si alguien de pasa de su raya». Unos jueces, unos fiscales y unas fuerzas del orden, sostiene, «que las han visto pasar del tamaño de un elefante durante años, a juzgar por los casos de corrupción que se amontonan, van y se la cogen con papel de fumar. En este país donde personajes como Bárcenas, Millet o Rato están en la calle, tan tranquilos, lo prioritario es meter entre rejas a dos chavales». El olvido del clan Pujol no es realmente un olvido y de nuevo lo mismo, fiscales, jueces y fuerzas del orden, todos, sin matices, sin excepciones notables, operan y van a una, a demostrar quien manda aquí. La España eterna es la España eterna. No hay otra.

Hasta aquí, un poco lo de siempre. La mirada secesionista suele ser esa, una mirada crítica sin matices esenciales que, en general, no suele incluir en sus comentarios los mil asuntos turbios, las mil corrupciones, la desigualdad y explotación crecientes, del propio país. Nosotros, los catalanes, estamos hechos de otra pasta. Som diferents, molt diferents!

Pero hay más. Lo siguiente:

Lo peor de todo, en opinión de FS, «es que la única alternativa a la carcundia la representa gente como Manuela Carmena, que en este caso se ha plegado a lo que se suele llamar sentido de Estado: a la cárcel con ellos y después, un auto de fe». ¿La única alternativa? Sin olvidar posibles y ajustadas críticas al comportamiento de la alcaldesa de Madrid, ¿se puede afirmar sin más que ella se ha plegado al sentido de Estado, «a la cárcel con ellos y después un auto de fe»?

La izquierda española, según FS, una izquierda que por supuesto no incluye a la catalana, «está fatal, nunca se ha creído nunca que pudiese ser una alternativa de verdad, todavía anda derrotada». Se cree, además, «poseedora de cierta superioridad moral porque va más leída y aseada que la caverna, pero a la que la cosa se pone fea hay que ver cómo le tiemblan las piernas». ¿Es de recibo este comentario? ¿No ha leído FS, un señor muy leído, comentarios de otros ciudadanos de la izquierda española? ¿Superioridad moral? ¿Le tiemblan las piernas a la izquierda española? ¿Son, somos unas caguicas, no como ellos, los de la izquierda catalana que son gente muy valiente y resistente enfrentándose, por ejemplo, al gobierno de Junts pel sí y no llegando nunca a acuerdos con gentes tan poco presentables?

La nueva política, afirma FS, «no sirve ni para asumir el reto de explicar los hechos de otra manera». Se podría haber optado por admitir «que la obra puede que fuese mala, que no comparten su contenido y reprobar a quienes los contrataron. Incluso que en el límite del campo estético, admitir que desarrollo, argumento y mensaje fuesen moralmente reprobables, pero es que no estamos discutiendo eso». ¿La izquierda, una gran parte de la izquierda no sirve ni para eso? Pero más aún. Hablamos, prosigue FS, «de adaptarnos a las reglas de juego de una derecha cuyos avances son retrocesos colectivos. Hablamos de no saber salir del marco mental que impone el Estado». ¿De verdad que es eso? ¿De dónde extrae sus comentarios FS? De ninguna parte por supuesto. Hechos para teorías previas. La teoría está en el puesto de mando y lo demás, sea lo que sea lo demás, siempre lo confirma.

FS va concluyendo. «Hasta aquí han llegado las aguas, Madrid, qué mal resistes… Meten a dos chavales en la cárcel por una obra de guiñol y la nueva política pide disculpas y huye con el rabo entre las piernas en vez de asumir que ni ese era el problema ni ellos se van a salvar cuando les toque, como le pasó al concejal Zapata por un comentario en Twitter». ¿Madrid qué mal resistes? ¿Madrid, la ciudad resistente, la ciudad del antifranquismo, resiste mal? ¿No hay mil lazos que unen a Barcelona y a Madrid? Para los independentistas como FS no: los de Madrid se hacen pipí encima y huyen «con el rabo entre las piernas». No son como ellos, gente con coraje, con valentía, enfrentándose a todos, a todo el Estado… y llegando a acuerdos con las clases hegemónicas de aquí. Revolucionarios en estado puro.

Queda el toque final: «Qué hartazgo, los revolucionarios, con lo fácil que era hacer las Américas en Venezuela y hay que ver cómo se achantan en cuanto llegan a Barajas. Luego, se permiten dar lecciones y mantener ese perdonavidismo ideológico que les caracteriza». ¿Me he confundido y les he copiado un texto de don Felipe ex Gas Natural o de alguno de sus ayudantes? ¿De Aznar tal vez? No, no, es FS quien escribe, no he cambiado ni una coma. ¡Perdonavidismo ideológico que les caracteriza! ¿A quién? ¿A él, a FS?

Y ahora viene la estocada: «Este era el momento de plantar cara, de admitir y explicar errores, no ya de ceder espacio, de ganarlo». De acuerdo, claro. Pero sigue: «Si no saben ni defender la ficción, ¿cómo van a defender a la gente? La obra, a los nuevos inquisidores les importaba bien poco. Lo que perseguían, como ahora, era el escarmiento. Como decía nuestra admirada marquesa: no te lo perdonaré, Carmena. Jamás». Dicen ser nuestros amigos y dicen ser gente de izquierdas. Vale, será eso. ¡Cómo va la izquierda española, la izquierda de Madrid, la que tan mal resistente, a defender a la gente! Que vengan aquí, a .Cat, y FS les dará lecciones, él está curtido en mil batallas.

En síntesis: de lo que se trata, es la ruta del procés, es defender líneas de separación permanente y en todo entre ellos y nosotros, entre los que se van con el rabo entre las piernas porque son unos mierdecitas y los que resistimos duramente, con coraje, con valentía, partiéndonos la cara, hasta el final, sin ceder ni un pam. Otro mito más, con nudos insultantes sabiendo el esfuerzo y la resistencia de millones de compañeras de Madrid y alrededores, a sumar al relato mítico del secesionismo liga-nordista catalán. Ellos son la pera, duros como la piedra, siempre lo han sido. Nosotras temblamos como niñas asustadas.

Nota:

[1] http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/02/10/catalunya/1455120478_400304.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.