Traducción para Rebelión de Loles Oliván Hijós.
Miles de manifestantes salieron a las calles de El Cairo el viernes 15 de abril para protestar por la decisión del gobierno de ceder dos islas del Mar Rojo a Arabia Saudí. Las fuerzas de seguridad se afanaron en dispersar a la multitud y en disparar gases lacrimógenos y disparos de advertencia. Por su parte, el presidente Abdel Fatah al Sisi se refirió al asunto en el curso de la presentación de un proyecto de vivienda y turismo, afirmando que temía que «Egipto pueda romperse».
«No me preocupa el exterior; lo que me inquieta es lo que están planificando las fuerzas del mal dentro [del país]. Las fuerzas del mal no quieren que los egipcios vean lo que estamos logrando porque quieren destruir todos los componentes del Estado».
Los manifestantes corearon idénticas consignas a las del levantamiento de la primavera árabe de 2011: «La gente quiere que caiga el régimen». También gritaron: «Sisi, Mubarak, no os queremos, marchaos», según informa Bilal Darder, colaborador de MEE, e n alusión a Hosni Mubarak, el hombre fuerte de Egipto derrocado durante la revolución de 2011 y al actual presidente Sisi que dirigió un golpe militar contra el sucesor de Mubarak, Muhamad Morsi, de la Hermandad Musulmana.
Aunque las autoridades han acusado a la Hermandad de organizar las protestas en violación de la estricta ley de protesta egipcia, son varias las organizaciones convocantes de las manifestaciones, entre las que se encuentran el ilegalizado Movimiento 6 de Abril, algunos partidos políticos y el ex candidato presidencial Hamdin Sabahi. La unidad de estos grupos ha sido poco frecuente en los últimos años.
«Había muchos islamistas entre los manifestantes pero sus lemas no mencionaron el nombre de Morsi ni reivindicaron que se restaure su legitimidad presidencial», aclaró Darder. «Se limitaron a participar entre la multitud. Era como en los viejos tiempos de la revolución, islamistas, liberales, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, todos juntos tomando las calles».
La policía estuvo en estado de máxima alerta durante la noche previa ante las previsibles protestas pero no impidió que la gente se concentrase en la icónica plaza cairota de Tahrir donde se inició la revolución de 2011. Más tarde los manifestantes fueron expulsados por la fuerza y la policía cerró la plaza aunque muchos grupos de manifestantes se dirigieron a congregarse en las escaleras del Sindicato de Periodistas [véase vídeo]. La policía intentó bloquear el acceso pero miles de personas consiguieron concentrarse allí durante varias horas.
Furgones de la policía antidisturbios rodearon a los manifestantes por todos lados pero la concentración se desarrolló pacíficamente durante varias horas antes de que la policía empezase a lanzar gases lacrimógenos y a disparar munición real al aire. Según informaciones de activistas las fuerzas de seguridad detuvieron a unas 50 personas.
Imágenes filmadas y compartidas por el conocido humorista Basem Yusef muestran a una multitud coreando «Pan, libertad, y las islas son egipcias», una versión actualizada de una consigna muy popular durante el levantamiento de 2011.
Aunque ciertos medios de comunicación informaron de que el número de manifestantes no superaba varios cientos de personas, otras fuentes afirman que los manifestantes se contaban por miles.
«La juventud de la revolución sigue aquí», decía a Reuters Abdelrahman Abdelatif, ingeniero de 29 años. «Estamos padeciendo un fascismo y una dictadura sin precedentes».
En la ciudad costera de Alejandría una pequeña contramanifestación congregó a activistas que portaban imágenes de Sisi y del rey Salman de Arabia Saudí y una pancarta que decía: «Las islas pertenecen a Arabia Saudí».
A principios de semana Sisi defendió la controvertida cesión de las islas argullendo que nunca han sido propiedad legal de Egipto y que existen «razones políticas y de seguridad» para conceder la soberanía a Arabia Saudí sobre esos territorios en disputa.
Ante la expectativa de que el viernes se produjeran incidentes, la policía «rodeó» durante la noche del jueves las rutas principales de El Cairo para impedir las manifestaciones. El Ministerio de Interior advirtió a los ciudadanos que no acudieran» a las tendenciosas convocatorias de protesta».
El Ministerio declaró que el aumento de la seguridad alrededor de la capital se debió a lo que llamó «la infiltración del grupo terrorista», una referencia a la ilegalizada Hermandad Musulmana, que según el Ministerio era quien convocaba la manifestación.
El Moviemiento 6 de Abril publicó el viernes por la noche una fotografía en la que se ve a manifestantes corriendo entre gases lacrimógenos lanzados contra una manifestación que partía del distrito de Muhandisen tras la oración del viernes y que pretendía unirse a la manifestación principal en la plaza Tahrir.
El Movimiento 6 de Abril se formó en 2008 y fue una fuerza movilizadora en las protestas contra el entonces presidente Hosni Mubarak. El gobierno de Sisi lo ha declarado organización terrorista y muchos de sus dirigentes están encarcelados pendientes de juicio.
Los organizadores de las protestas escribieron en facebook: «nuestro derecho sobre las islas está escrito en sangre y no en documentos ni en mapas», y muestran imágenes de soldados egipcios en la Isla de Tirán en 1967. «Dimos más de cien mil mártires en las guerras contra Israel para recuperar esos territorios. Tenemos derecho sobre las islas de Tirán y Sanafir; Egipto lo tiene y nuestros hijos lo tienen porque nuestros ancestros murieron por ellas. Ese derecho debe ser restaurado aunque sea sobre nuestros cadáveres».
Los Hermanos Musulmanes declararon que «nadie tiene derecho a ceder la propiedad y los recursos del pueblo egipcio a cambio de un puñado de dólares». La decisión de Sisi ha recibido críticas generalizadas por considerarse ilegal y ha sido rechazada masivamente en las redes sociales.