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Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre la industria criminal del amianto

«Hay motivos para desconfiar de tanta bondad política»

Fuentes: Rebelión

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado […]

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado y destacado su obra.

*** 

Nos habíamos quedado en este punto, en el de las informaciones malas. «Denuncian la muerte de un exempleado de Renfe Málaga por amianto. www.laopiniondemalaga.es . La asociación Avida asegura que es la sexta persona que fallece por esta causa en la empresa». ¿La sexta? ¿En cuanto tiempo?

Discrepo radicalmente de ese dato. En búsqueda automática, usando simultáneamente los términos «RENFE» y «mesotelioma pleural maligno», en la web del Consejo General del Poder Judicial, encontramos ya 15 sentencias. Pero es que, además, por experiencia personal directa nuestra, nos consta que algún que otro caso de mesotelioma, acaecido en un trabajador de las instalaciones de RENFE en Málaga, se solventó mediante acuerdo extra-judicial, y sin que, por lo tanto, del mismo haya quedado reseña alguna, que es precisamente lo que iba buscando ese acuerdo, suscrito por unos directivos que, recordémoslo, hablaban, mofándose, de «los polvos de la inglesa», en un episodio que por lo reiteradamente narrado, ya no hace falta volver a rememorar aquí. 

Lo hemos comentado también en otro momento. Esta me ha llegado de usted: http://dircomfidencial.com/2016-08-12/noticia/rtve-se-gastara-23-millones-euros-demoler-los-estudios-10-11-prado-del-rey/ ¿Por qué ese gasto?

Pues en buena medida, evidentemente, por la necesidad de desamiantado de los susodichos estudios, lo que nos lleva a señalar la enorme demora que se está teniendo en poner fin a esta situación, desde que la misma fue objeto de las primeras denuncias.

No deben echarse en olvido aquellos programas cara a un público asistente, cuyos estruendosos aplausos provocaban vibraciones de la estructura del plató, que hacían que una fina «llovizna» de polvillo grisáceo cayera sobre ese ferviente público, sobre los actuantes, y sobre el resto del personal del canal televisivo público, allí presente.

¡Fina llovizna de polvillo grisáceo! Otra reflexión de interés, una carta a usted dirigida: 

«Muchas gracias Francisco por tu análisis que comparto enteramente. Claro que tratamos por todos los medios de utilizar los medios jurídicos, lo que los responsable de la hecatombe tratan de evitar a todo precio, distribuyendo limosnas a sus víctimas para que se callen. El fondo privado de Schmidheiny fue creado para eso y es muy eficaz, ya que desmoviliza y divide a los trabajadores, como sucede en Nicaragua.  

Lo que nos paraliza es que, a diferencia del equipo de abogados de Teysonnière, en Suiza los abogados los tenemos que pagar y como estamos perdiendo nuestros procesos en los tribunales, las indemnizaciones rechazadas no nos permiten reclamar a los denegados que nos viertan un porcentaje mínimo para que podamos pagar a sus abogados. Acabamos de perder un proceso después de 11 años de trámites y deudas. Si fallamos con la justicia es que las víctimas desalentadas no se movilizan, y sin ello los abogados no pueden defenderlos eficazmente. Esta situación está agravaba por la apatía creciente de los sindicatos obreros. Paco también me contestó en la hora mandándome el Informe Osalan de abril 2012, que es un esbozo de fondo para Euzkadi. Les estoy muy agradecido por las informaciones que nos dan y que nos ayudan mucho para seguir luchando. Un abrazo François».  

¿Este comentario es suyo?:  

«En España no existe tal fondo, sean ocupacionales o no las víctimas. La experiencia ajena, según lo ya sucedido en otras naciones, nos enseña que no todo es positivo en estos fondos. A veces sucede que lo que las víctimas llegan a cobrar, después de deducir los emolumentos de actuarios, tasadores, gestores, abogados, etc., resultar ser… «el chocolate del loro». A veces, hasta los sindicatos y los organismos públicos acuden a «poner el cazo», como se ha podido ver, si mal no recuerdo, en Italia.  

La celebración de los juicios, como única vía para poder alcanzar una cierta indemnización por el daño padecido, además de las molestias, gastos, demoras, incertidumbres, etc., que tal sistema conlleva, sin embargo, y al propio tiempo, también tiene aspectos positivos: afloran a la luz pública circunstancias, responsabilidades, detalles, etc., que de otra forma jamás se habrían llegado a conocer. Buena parte del conocimiento objetivo y científico que se posee, respecto de los efectos nocivos, mortales, del amianto, ha tenido eficacia social de movilización, a través de ese peregrinar por los juzgados.  

Al propio tiempo, la repercusión mediática que tales asuntos adquieren, gracias a esos litigios, ayuda a mantener viva la lucha, y a que quienes podrían tener derecho a una indemnización, sin haber sido conscientes de tal circunstancia, lleguen así a alcanzar ese conocimiento y concienciación. No es asunto menor, tampoco, que los responsables tengan que asumir su correspondiente penalización, siquiera sea económica, con público conocimiento de su condición. Con los fondos, sobre todo si implican una renuncia obligada a poder pleitear por lo mismo, lo que se produce es una nebulosa disolución, en la que nadie, en concreto, resulta al final señalado, y sin que afloren al público conocimiento, tampoco, de las circunstancias particulares de cada caso, en lo que sin embargo sí tienen de «pieza» respectiva, de un único «puzzle».

Efectivamente, esa ha sido mi contestación al planteamiento formulado por el activista suizo contra el amianto, el arquitecto François Iselin.

¿Es su posición? ¿No es demasiado crítico?

Esa es, efectivamente, mi posición, y en ella viene a coincidir el propio Iselin en el boletín nº 5 de la asociación suiza de víctimas del amianto, CAOVA, del cual reproduzco aquí los siguientes párrafos:

«…estos países tienen diferentes regulaciones en lo que se refiere a la reparación de los daños causados a las víctimas y a sus familiares. Algunos compensan sin procesar a los autores, utilizando el fondo de compensación financiado por todos los empleadores y el Estado, que es una «compensación sin culpa». Otras regulaciones hacen hincapié en la demanda contra los responsables de los daños, y entonces es una «compensación por el culpable», por el daño causado a los demás.

Esta diferencia entre la compensación y la indemnización a las víctimas, tiene graves consecuencias. La simple compensación, prohíbe que sea identificado al culpable, procesado y posiblemente castigado. La prohibición, a los beneficiarios de la compensación, para procesar a los responsables del daño físico y moral sufrido, es una denegación de justicia. Lo que es peor, se envalentona a criminales para fomentar nuevos desastres de salud, industrial o nuclear, porque saben que no serán procesados, si se niegan a tomar todas las medidas de precaución necesarias para proteger la salud y la vida de sus empleados y de la población.

Estos reincidentes no serán denunciados, ni siquiera lo intentarán, burlándose el principio de que «quien contamina, paga», y estando en la seguridad de que serán los empleadores y el Estado -o los empleados y los contribuyentes- los que finalmente pagarán la factura de su indiferencia. Ellos se burlarán, por tanto, del «principio de precaución», debido a que estas decisiones pueden acogerse a la excusa de que no estaban al tanto de los riesgos que asumían.

La proliferación de nuevas intervenciones en las que el alto riesgo de que los contratistas privados expongan a las poblaciones, se deriva de la negación de la equidad, la justicia y el bienestar. Este es el caso de los proyectos, excesivos e innecesarios, que aunque se hayan discutido por la gente, se asuman de manera voluntaria, o por la fuerza. Así es en los casos de los armamentos, las instalaciones nucleares, industriales, los OGM, los pesticidas, las nanopartículas, los alimentos y los sitios peligrosos … Los proyectos de vertederos de residuos nucleares, con demencia, la proliferación de los aeropuertos, túneles viales y ferroviarios, la deforestación , el saqueo de los recursos … madre de la codicia de un puñado de especuladores financieros, que son indiferentes e irresponsables, también para salvaguardar a los seres humanos y a su entorno.

Por lo tanto, las lecciones de la antigua catástrofe del amianto, emblemático de los que vendrán, deben elaborarse de modo que se prevea que la economía privada sigue afectando a la vida, la salud y la seguridad de los hombres, ya sea en Europa o el mundo. Para ello, las Asociaciones de la defensa de las víctimas del amianto, deben centrarse en los recursos legales, para su compensación, que es responsabilidad de los únicos culpables».

Otra nota suya, voy finalizando:  

«Estimado doctor Menéndez: Por su indudable interés histórico, le paso el enlace del siguiente PDF, en cuya página 52 encontrará una información museística sobre el presunto uso medicinal del amianto, con precisiones que no pueden menos que hacernos sonreír, visto todo desde nuestra perspectiva actual: http://www.mecd.gob.es/mecd/dms/mecd/cultura-mecd/areas-cultura/principal/novedades/museos/2010/convocatoria-publica-del-puesto-de-directora-del-museo-nacional-de-artes-decorativas/mnad-convoca/Guias_sala_de2_2-2_6_casas_senoriales.pd » ¿Uso medicinal del amianto? ¿Cuándo, por qué? ¿Nos lo explica un poco?  

La etiqueta de identificación del contenido de un tarro de farmacia del Real Monasterio del Escorial, tiene escrito: «L. AMIANTUS» (amianto, administrado mediante fricciones, e indicado contra la parálisis, los hechizos y los venenos). Tal texto, en un tarro del siglo XVI, responde, evidentemente, a las convicciones imperantes en la época.

Una noticia sorprendente: «El PP vota a favor una propuesta de Podemos para forzar que Page retire el amianto de Toledo http://www.periodicoclm.es/articulo/politica/pp-y-podemos-vuelven-votar-juntos-forzar-psoe-garcia-page-retirar-amianto-toledo/20160707173427005303.html …» Pues no está mal. ¿No le parece?  

Sería mejor todavía, si esa convergencia derecha-izquierda obedeciera a una real concienciación respecto de la naturaleza del problema. Sin embargo…

Usted no se lo cree.

Hay motivos, en general, para desconfiar de tanta bondad política, porque lo habitual es que las exigencias y las demandas de actuación se produzcan mientras se está en la oposición, para, a renglón seguido, y una vez en el poder, «si te vi, no me acuerdo». Por poner un ejemplo arquetípico de ello, rememoremos la trayectoria política de la señora Fernández de la Vega, en lo relativo a esta cuestión.

¿Y cuál fue, perdone la ignorancia, la trayectoria política de la que llegó a ser vicepresidente de gobierno en la época Zapatero (creo que ahora es miembro del Consejo de Estado)?

Esa supuesta ignorancia, no es tal, sino mera desmemoria. En un texto cuyo autor es mi buen amigo y compañero de lucha contra el amianto, el también ex sindicalista de nuestras CC.OO., Ángel Cárcoba Alonso, titulado: «YO ACUSO» ( http://www.salillas.net/asbestosi/yo_acuso.htm ), incluía el siguiente párrafo:

«Yo acuso a ciertos Ministros y Diputados de convertir la política en el arte del engaño. Sirva el siguiente ejemplo: el 8 de Noviembre de 2002, la entonces Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Maria Teresa Fernández de la Vega, presentó al Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley en la que se instaba al Gobierno del PP a poner en marcha un programa de vigilancia de la salud, a crear un Fondo de Indemnización a las víctimas del amianto, a promulgar normas que posibiliten la jubilación anticipada, el reconocimiento automático de las enfermedades profesionales y el control del amianto instalado. Unos meses más tarde esta señora llega a ocupar la Vicepresidencia del Gobierno y todo lo que era posible en la oposición de pronto se convierte en imposible en el gobierno. Mientras tanto los trabajadores ciudadanos siguen muriendo». 

Ese texto, citado por Nadine Trabas, en «Rebelión», en su artículo titulado «Amianto, lento y silencioso asesino» ( http://www.rebelion.org/noticia.php?id=105871 ), quedó también mencionado en otro artículo de «Rebelión»: «El amianto en España: estado de la cuestión» ( http://www.rebelion.org/docs/136931.pdf ), de los autores Ángel Cárcoba, Francisco Báez, y Paco Puche. Igualmente quedó citado en el artículo, también editado en «Rebelión», con Paco Puche por autor, y titulado: «Amianto, una fibra mortal e invisible» ( http://www.rebelion.org/noticia.php?id=114577 ). El mismo autor, en la misma revista, y en su artículo titulado: «Amianto: crónica de una tragedia anunciada» ( http://www.rebelion.org/noticia.php?id=89330 ), asimismo también cita al susodicho texto de Ángel Cárcoba, texto que, a su vez, corresponde a la referencia nº 147 en: Ángel Cárcoba Alonso & Francisco Báez Baquet CCOO EN LA LUCHA CONTRA EL AMIANTO Y EN DEFENSA DE LAS VÍCTIMAS – Más de doscientas anotaciones, para reflexionar Fundación 1º de Mayo – Colección CUADERNOS, NÚM. 35 – ISSN: 1989-6372 http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Cuaderno35.pdf

¡Menuda pasada bibliografía me acaba de dar! Gracias. 

Por cierto, si no estoy mal informado, últimamente le ha dado por la criptografía. ¿Tiene algo que ver el amianto con las aficiones de Turing?

No, evidentemente. Usted se está refiriendo al artículo publicado recientemente ( http://www.rebelion.org/noticia.php?HYPERLINK «http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215335&titular=el-desafío-de-una-criptografía-«casera»-«id=215335HYPERLINK «http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215335&titular=el-desafío-de-una-criptografía-«casera»-«&HYPERLINK «http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215335&titular=el-desafío-de-una-criptografía-«casera»-«titular=el-desaf%EDo-de-una-criptograf%EDa-%93casera%94- ), titulado «El desafío de una criptografía «casera»».

A ese artículo me refería, efectivamente.

Se considera que en la eterna batalla entre creadores de nuevos sistemas de encriptación, y los que ejercen el criptoanálisis para quebrantarlos, la victoria es siempre de estos últimos, por la propia estructura redundante y el nivel de entropía de todos los lenguajes humanos, pero, como nadie escarmienta en cabeza ajena, de vez en cuando surgimos algunos que no sabemos resistirnos a la soberbia de creer que, esta vez sí, nuestro engendro para la encriptación no será vencido.

¿No habrá caído usted en esa misma soberbia criptográfica que acaba de denunciar? ¿De dónde esa afición?

Yo diría que sí, pero con matices. Se trata de una ideuca que todavía tendría que madurarse algo más. Si me he lanzado a publicar, ha sido mayormente a ver si encuentro algunos interlocutores (discrepantes o aquiescentes) con los que dialogar sobre el asunto, pero hasta ahora no ha surgido la suerte con la que el que es diligente a veces llega a ver recompensados sus esfuerzos.

En cuanto a la afición al tema, aparte de lecturas divulgativas como, por ejemplo, «Los códigos secretos», de Simon Singh (Editorial DEBATE), o los artículos publicados en diversas revistas, es probable que el resto de la explicación quepa buscarla, simplemente, en mi afán de tratar siempre de deducir todas las consecuencias derivables de los datos disponibles.

Para empezar este curso no está mal. No le robo más tiempo. ¿Quiere añadir algo más?

Habría materia para más comentarios, al hilo de los acontecimientos acaecidos desde nuestra última entrevista, pero estimo preferible reservarlo para una próxima ocasión, a la vista de la extensión que ya ha asumido el presente cuestionario.

De acuerdo querido amigo. Le molestaré en breve.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.