Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
El personal del hospital de Alepo manifiesta estar desbordado de heridos y con muy escasos suministros frente a la terrible situación que vive la ciudad, mientras las fuerzas del gobierno sirio y los aviones rusos prosiguen una carnicería condenada en la ONU por constituir una «barbarie» y «crímenes de guerra».
En declaraciones a Middle East Eye, el personal médico informó de que la gente estaba muriendo porque carecen de cirujanos, electricidad y medicinas; que muchos de los heridos en los ataques aéreos están sufriendo amputaciones urgentes para heridas que podrían tratarse debido a la carencia de médicos especializados y suministros de sangre.
Mohammed Zain Khandkany dijo que su hospital, el M2, situado en el zona este de Alepo que está bajo control rebelde, había sido atacado este último lunes cuando su personal intentaba atender a la última oleada de víctimas de la renovada campaña de bombardeos que ha causado ya más de 100 muertes desde el pasado jueves.
El administrador dijo que su hospital llevaba días sin disponer de medicinas esenciales, como los analgésicos, y que los únicos doctores que quedaban no estaban cualificados para poder tratar las graves heridas causadas por armas modernas.
«Los únicos doctores que aquí quedan no están cualificados para realizar cirugías», dijo. «No tenemos más opción que arreglarnos con lo poco que nos queda. Nuestro equipamiento necesita electricidad para poder funcionar y los generadores necesitan petróleo para producirla. Ayer no teníamos cirujanos, pero había entre 50 y 100 personas heridas graves que tratamos de remitir a cuatro hospitales de la ciudad. Cinco murieron porque sólo había un doctor que pudiera ayudarles.»
Añadió que las bombas rusas habían empezado a caer cerca de su hospital el lunes por la mañana, haciendo estallar los cristales de las ventanas y arrancando de cuajo las puertas del edificio.
«A las 10:30 a.m., atacaron la escuela de enfermería del hospital M2, afortunadamente nadie resultó herido. Todas y cada una de las personas que trabajan en el hospital se esfuerzan para que pueda volver a funcionar de nuevo; están arreglando ventanas y puertas; no tenemos tiempo para la tristeza, ni para descansar o llorar a los muertos.»
«Dennos la electricidad y los suministros que necesitamos para seguir con vida», dijo. «Dondequiera que vayan en la ciudad, encontrarán gente necesitada de ayuda, desde personas que mueren de inanición a personas que están bajo los escombros. No estoy exagerando nada. Esta es la realidad que estamos viviendo».
Una fuente sanitaria en la zona rebelde de Alepo dijo a AFP que los hospitales también se estaban enfrentando una escasez importante de sangre: «Debido a esto, las heridas graves requieren de amputaciones inmediatas».
El periodista de Al Jazeera, Amr al-Halabi, informando desde Alepo, dijo que los hospitales estaban desbordados de muertos y heridos.
«Hemos tenido que colocar a los muertos en el suelo en este hospital de campaña», dijo Halabi. «La situación aquí es desesperada. Parece el día del juicio final».
Se ha informado que EEUU y Gran Bretaña utilizaron una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para acusar a Rusia de «barbarie» y «crímenes de guerra» por la renovada campaña contra Alepo.
Matthew Rycroft, el embajador del Reino Unido ante la ONU, dijo en esa sesión del domingo día 25 que las «bombas antibúnker, más adecuadas para destruir instalaciones militares, están ahora arrasando hogares, diezmando refugios antiaéreos, lisiando, mutilando y matando a decenas cuando no a cientos de seres».
«Alepo está ardiendo… Es difícil negar la asociación de Rusia con el régimen sirio para perpetrar crímenes de guerra».
La embajadora de EEUU, Samantha Power, acusó a Moscú de «barbarie» en Alepo.
En respuesta, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el lunes: «Estamos observando un tono y una retórica en general bastante inaceptable en los representantes del Reino Unido y EEUU que puede dañar y perjudicar nuestras relaciones».
Los habitantes de Alepo dijeron a MEE que creían que los efectos tan devastadores de los bombardeos se deben a que los rusos están lanzando bombas «antibúnker».
Yasin Mohamed, un taxista de 51 años, dijo que las explosiones sonaban como si se estuviera produciendo «terremoto».
«Sólo duró unos cuantos segundos, pero fue seguido de una fuerte sacudida y un ruido terrible, como rocas cayendo por todas partes, como si hubiera un terremoto», dijo de un bombardeo del sábado.
«Los rusos, los israelíes e incluso los estadounidenses están permitiendo que el régimen de Asad extermine el este de Alepo y experimente nuevas armas con nosotros. Nos hemos convertido en un lugar donde se prueban armas y el mundo entero lo está observando todo en silencio. Nadie hace nada para detener a estos criminales.»
El Dr. Mahmud Mustafa, director de la Asociación de Médicos Independientes de Alepo, dijo que el mundo deberá actuar sin más dilación para impedir que lo que es ya una catástrofe se convierta en algo aún peor.
«El pueblo de Alepo se enfrenta a una terrible crisis humanitaria mientras que a los que tienen poder para actuar sólo se les ocurre echar mano de una diplomacia fracasada», dijo. «Si los Estados miembros de la ONU no hacen nada para proteger a los civiles, los pacientes más vulnerables y los trabajadores sanitarios van a morir».
Khandkany, el administrador del hosptal M2, dijo que el pueblo de Alepo desesperaba por ver el final del asedio.
«Queremos que se acaben los ataques aéreos y vivir en paz. He nacido en esta ciudad, aquí he vivido y aquí quiero seguir viviendo en paz. Tienen que permitir que podamos seguir viviendo. Se lo rogamos por nuestros niños y nuestras mujeres; necesitamos salir de esta situación con dignidad: no somos mendigos, no queremos caridad.»
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