Salt, 27 de octubre de 2016 La naturaleza… (incluso humana) Mi querida habanera, qué mezcla de emociones me despierta leerla. La alegría de saber de usted, de todos ustedes, anda de la mano con la preocupación por los desastres con que la madre naturaleza nos va obsequiando de vez en cuando. Y ahora créame si […]
Salt, 27 de octubre de 2016
La naturaleza… (incluso humana)
Mi querida habanera, qué mezcla de emociones me despierta leerla. La alegría de saber de usted, de todos ustedes, anda de la mano con la preocupación por los desastres con que la madre naturaleza nos va obsequiando de vez en cuando.
Y ahora créame si le digo que alguien desde aquí le podría preguntar tranquilamente: «¡Uy! ¿Pero el Matthew también pasó por Cuba? ¿Pero no fué por la costa Caribe y Haití hasta morir en Florida?. (¡Como si Cuba estuviese al ladito de Filipinas!)» Así es. Los medios de comunicación habitualmente presentes, nos ilustraron con todo tipo de fotos, entrevistas y reportajes. La mayoría de Colombia, Haití y Estados Unidos. Alguna cosita de Cuba, pero no demasiado. En definitiva, sólo acaban impactando los muertos que quedan detrás, y como en Cuba no hubo, parece que no hubiese pasado por allí. Nadie se dedicó a aclarar que este resultado fue gracias a los programas de prevención e intervención del gobierno cubano.
Por eso me gustó tanto leer en detalle unos momentos tan dolorosos y duros para su país. Poder hacernos una idea de la destrucción que siembra un fenómeno así, y sobre todo, cómo nos hace llegar el orgullo y la solidaridad con los que se mueven en ayuda de los afectados. ¡Qué lección de amor !. Cómo en medio del esfuerzo que requiere una emergencia así, son capaces de organizar el envío material y humano de ayuda a otro país más necesitado. En este aspecto le puedo decir cuantísimo he aprendido de ustedes y de los amigos nicaragüenses, que he tenido la inmensa suerte que se hayan cruzado en mi vida.