Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Palestinos protestan a lo largo de la cerca que divide Gaza de Israel. (Foto: Mohammed Asad)
Los palestinos aún se manifiestan a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel los viernes, pero en menor número y con menos furia que la observada en los últimos meses, mientras los mediadores egipcios trabajan para reducir las confrontaciones a lo largo de la cerca.
Durante los últimos seis meses, decenas de miles de jóvenes palestinos han protestado a lo largo de la cerca que separa a Gaza de Israel. A nivel local, las manifestaciones reavivaron una conversación sobre el regreso a sus ciudades y pueblos históricos que ahora forman parte de Israel, ya que 1,3 millones de los 1,9 millones de residentes en la Franja son refugiados de tierras de dentro de Israel.
Pero el movimiento podría estar disminuyendo
A finales de octubre, un editorial del periódico libanés al-Akhbar informó de un acuerdo entre Israel y Hamás que apunta a suavizar la violencia en la frontera hasta finales de 2018. El acuerdo haría que las facciones palestinas redujeran su apoyo a las marchas semanales, reduciendo así el número de manifestantes, a cambio de que las fuerzas israelíes reduzcan el fuego letal.
Se espera que Egipto presione a Israel para que levante el 70 por ciento del bloqueo en Gaza y expanda la zona de pesca en 14 millas náuticas. Cinco mil trabajadores de Gaza menores de 40 años podrán ingresar a Israel para trabajar, y Egipto abrirá el cruce fronterizo de Rafah.
Pero, ¿los términos aprobados por los altos dirigentes serán efectivos en el terreno? Pregunté a los palestinos en Gaza si creen que debería suspenderse la protesta a cambio de una flexibilización del bloqueo.
Ayda Darweesh, 50 años, ama de casa. (Foto: Mohammed Asad)
Ayda Darweesh, 50, ama de casa
«Me pregunto como madre de mártir y otro hijo herido por qué debería detenerse esta protesta. El sacrificio de mi hijo no debe ser en vano. ¿Piensan los israelíes que crear amputados no tendrá precio? Entonces, ¿de repente dejaremos de protestar? Una vez que [Israel] nos otorgue nuestro derecho a vivir como humanos reales, mis cinco hijos y yo, y todos los manifestantes pasaremos nuestros viernes durmiendo tranquilamente».
Atallah Fayoumi, 18 años, desempleado. (Foto: Mohammed Asad)
Atallah Fayoumi, de 18 años, desempleado.
«Nunca había estado tan cerca de la valla como ahora. Este es un logro que no tiene precio. Que nuestros sacrificios permitan que nos devuelvan las millas que antes fueron prohibidas y que para que las zonas fronterizas se pueblen de vida. «Esta marcha debe continuar, incluso si pierdo mi segunda pierna, pero debemos obtener logros reales como vive el mundo libre».
Sumayyah Ahmad, 54 años, manifestante. (Foto: Mohammed Asad)
Sumayyah Ahmad, 54, manifestante
«Estos manifestantes deben continuar reuniéndose para llevarnos a una victoria final».
«Nuestra vida de dificultades se desvanecerá pronto. Este mismo sufrimiento fue experimentado por nuestros padres y abuelos en décadas anteriores. Por otro lado Israel debe darnos la oportunidad de vivir libremente poniendo fin al bloqueo de 11 años que afecta los empleos, la escasez de energía, el tratamiento médico y las aguas residuales que nos ahogan. No importa si los manifestantes pueden perder sus piernas o sus vidas, luego una nueva generación vivirá dignamente después de terminar con la última ocupación del mundo».
Waseem al-Baz, 30 años, camarero. (Foto: Mohammed Asad)
Waseem al-Baz, 30, camarero
«Las marchas deben parar mientras los médicos traten a nuevos amputados. Los únicos beneficiarios son los funcionarios y los gobiernos, mientras que las personas obtendrán algunas horas más de electricidad. No puedo permitirme comprometerme con mi novia porque solo gano $ 4 por día. No tengo la capacidad de dejar este trabajo por otro mejor donde podría ganar más mientras el bloqueo tenga un control sobre nuestras vidas. Los palestinos han estado luchando solos durante décadas y no se logró nada».
Malak Nawfal, 18 años, estudiante de informática. (Foto: Mohammed Asad)
Malak Nawfal, 18, estudiante de informática.
«Nadie puede detener la protesta hasta que regresemos a nuestras tierras en la Palestina histórica, a pesar de las miles de víctimas que son el combustible de la lucha. Nada es gratis en este mundo y todos estamos obligados a sacrificarnos por un futuro mejor».
Mahmoud al-Aklook, importador de chocolate. (Foto: Mohammed Asad)
Mahmoud al-Aklook, importador de chocolate.
«Las escenas de miles de heridos y madres en duelo son desgarradoras. No he encendido mi televisor durante cuatro meses para evitar ver escenas tan sangrientas. Todo tiene fecha de vencimiento, pero esta protesta parece eterna, lo que significa más víctimas contra un asesino despiadado. Las protestas han causado daños a los israelíes, pero ¿qué hemos ganado? »
Abdulhakeem al-Naffar, metalúrgico. (Foto: Mohammed Asad)
Abdulhakeem al-Naffar, metalúrgico
«Después de largos meses de protestas, lo que hemos ganado es el daño a nuestra salud mental, esto se suma a casi doce años de mentes asediadas. Las personas que se unen a la protesta están escapando de la desesperación y la crisis interna. Se lanzan a la muerte por falta de oportunidades. Todo este país se enfrenta a la bancarrota.
Hala Nawfal, 28, funcionaria pública. (Foto: Mohammed Asad)
Hala Nawfal, 28, funcionaria pública
«Ningún acuerdo de tregua tendrá efecto sobre el terreno, ya que Israel no participa directamente. Los líderes israelíes nos engañan con promesas de aliviar el bloqueo para obligarnos a retirarnos. Esto ocurrirá si ocurre un verdadero levantamiento del sitio, no solo expandiendo unas pocas millas para los pescadores o alimentando la planta generadora durante unas horas más. Estamos hablando de que los seres humanos necesitamos una vida digna. No vamos a rogar por nuestros derechos, debemos tomarlos por la fuerza».
Ahmad Kabariti es un periodista independiente residente en Gaza
Fuente: https://mondoweiss.net/2018/11/winding-egyptian-protesters/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.