La sequía reducirá en la presente zafra cubana el rendimiento de la caña azucarera, fenómeno que un especialista local calificó como un problema no solo de la Isla sino mundial causado por los cambios climáticos planetarios. El experto Juan Varela Pérez dijo en un comentario que publica este viernes el diario nacional Granma que en […]
La sequía reducirá en la presente zafra cubana el rendimiento de la caña azucarera, fenómeno que un especialista local calificó como un problema no solo de la Isla sino mundial causado por los cambios
climáticos planetarios.
El experto Juan Varela Pérez dijo en un comentario que publica este viernes el diario nacional Granma que en 2005 la persistente sequía reducirá el rendimiento agrícola de la caña.
«Nuestro país no es el único azucarero que padece hoy las consecuencias de la sequía en el rendimiento agrícola de la caña. La falta de humedad en el periodo en que más crece y se desarrolla esa planta, reduce sensiblemente los volúmenes que se estiman cosechar por hectárea sembrada», dijo. Pronosticó además que en 2005, por vez primera en muchos años, el consumo azucarero en el mundo será mayor que la producción global anual.
En lo que aparece como un epitafio de la producción azucarera no solo en este país caribeño sino también a nivel del planeta, Valera Pérez aseguró que «los grandes productores mundiales enfrentan costosas disminuciones en sus pronósticos para este año».
«El ejemplo más evidente es el de la India, la segunda nación azucarera del orbe, que debe reducir sus volúmenes entre 4 y 6 millones de toneladas. Esa realidad la convertirá de exportadora en importadora neta», precisó.
El experto citó en su trabajo la opinión del doctor Oscar Almazán del Olmo, jefe de la Oficina de Comunicación Institucional del Ministerio del Azúcar, quien confirmó que las previsiones con respecto a Tailandia -cuarto productor mundial- son que allí se
perderá un millón de toneladas a causa de la falta de lluvias.
Otros países que padecen los efectos negativos de las limitadas precipitaciones son Australia y África del Sur, citó Almanza del Olmo a publicaciones especializadas internacionales.
El criterio del artículo de Varela Pérez es que «este desfavorable comportamiento de las lluvias es consecuencia, en gran medida, del cambio climático que experimenta nuestro planeta, resultado del irresponsable y egoísta proceder de países
desarrollados y ricos que agreden de modo brutal el medio ambiente, lo cual provoca, entre otros, el llamado efecto invernadero».
En ese marco la Organización Internacional del Azúcar pronosticó para el lapso 2004-2005 una producción mundial por debajo del consumo en no menos de 2.8 millones de toneladas, «algo que no sucedía hace muchos años», comentó el experto.
El vaticinio se complementa con un incremento en el precio del azúcar hasta septiembre del actual año que podría alcanzar niveles de 10-11 centavos por libra, aunque algunos analistas consideran que la subida llegará hasta una faja de 11-12 centavos de dólar la libra valor crudo.
Finalmente, en una referencia a la zafra iniciada tardíamente en Cuba en el período 2004-2005, Varela Pérez expresó que esta «no escapa a las limitaciones cañeras que imponen las veleidades del clima».
«Esa realidad obliga a ser exquisitos en el uso de la materia prima disponible, y a obtener de ella el máximo de azúcar en los 56 centrales que explotarán sus capacidades».
El artículo citó al ministro cubano del Azúcar, Ulises Rosales del Toro, quien dijo recientemente que la eficiencia «es lo determinante para contrarrestar posibles bajos rendimientos agrícolas».
Subrayó que el rendimiento industrial en la rama deberá mantenerse sobre el 11 por ciento y aprovecharse así por Cuba «la actual alza de los precios del crudo en el mercado mundial».
Varela Pérez reveló que la zafra cubana actual será corta. «En lo fundamental entre enero y abril», por ser ese lapso el de mayor ventaja en la producción azucarera.
La industria azucarera cubana, que fuera desde los tiempos del colonialismo español en Cuba el sector que propiciaba más ingresos a la economía nacional isleña, atravesó una severa crisis desde finales de la década de los años 80 que culminó hace dos años con la reducción de la capacidad global de la rama a la mitad, con el cierre de fábricas azucareras.
Lasa producciones cubanas anuales azucareras llegaron a los ocho millones de toneladas métricas durante la zafra de 1969- 1970, en la cual todos los recursos económicos del país se colocaron en función de lograr un tope de 10 millones de toneladas, que no se obtuvo.
Actualmente aún la rama parece adaptarse a la nueva situación de fuerte reducción de su potencial, en la búsqueda de una mayor eficiencia, pero la sequía ha colocado otro obstáculo en ese proceso.