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La capacidad nuclear israelí y la indispensable ayuda de EE.UU. en su desarrollo

Instrumentos de muerte

Fuentes: Al-Ahram Weekly

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Ningún otro acontecimiento ha hecho tanto por desestabilizar Medio Oriente como la decisión de Israel de convertirse en una importante potencia nuclear, con un amplio arsenal de avanzadas armas nucleares. A diferencia de otras naciones que han considerado las armas nucleares con propósitos de disuasión y que se dieron por satisfechas con la producción de una cantidad limitada de armas atómicas, Israel ha seguido produciendo una gama de armas que pueden ser utilizadas para hacer cualquier cosa, desde el desmoche de una ofensiva de blindados hasta el aniquilamiento de la capital de un país.

Israel no ha estado solo en su esfuerzo por lograr la capacidad nuclear. Otros países, como Francia, estuvieron muy involucrados en la conversión de Israel en la potencia nuclear que ha llegado a ser. Pero, mientras esos países han dado ayuda oficial, aunque encubierta, Israel también ha obtenido agresivamente secretos nucleares a través del espionaje, incluso de su mayor patrocinador, Estados Unidos. Allí, la gran comunidad de científicos nucleares judíos y la relajada seguridad han permitido que Israel mantenga un programa de armas nucleares sin pagar siquiera los costes económicos usualmente asociados con un esfuerzo semejante.

No es ningún secreto que muchos de los científicos especializados en armas nucleares de EE.UU. fueron judíos y favorables a Israel. El padre de la bomba de neutrones, Sam Cohen, otro científico nuclear favorable a Israel, señaló hablando de los científicos en Los Alamos, durante la Segunda Guerra Mundial, que «muchos de ellos eran refugiados de Hitler, cuyos amigos y parientes habían sufrido atrozmente a sus manos y que sentían poco afecto por los nazis». En la noche después del bombardeo atómico de Hiroshima, Oppenheimer dijo a los científicos nucleares reunidos que su mayor pesar era que no hubiesen completado la bomba a tiempo para usarla contra los alemanes. «La sala se vino abajo».

Muchos de esos científicos no eran sólo refugiados de Alemania nazi, estaban determinados a que un ataque contra el pueblo judío, como el causado por Hitler, no se repetiría jamás. Cuando Israel se convirtió en un Estado pocos años después, esos científicos vieron en Israel una garantía contra otro holocausto. Y la garantía definitiva sería una garantía nuclear. «Estaban en cuerpo y alma con Israel», dijo Cohen, que trabajó en Los Alamos durante la Segunda Guerra Mundial. Tampoco cabe ninguna duda de que científicos judíos suministraron ayuda «bajo mano» a Israel. Más tarde, un científico de Los Alamos partiría a Israel.

El fin de la guerra había cambiado la actitud hacia la protección de secretos. Cohen, quien dijo que en una escala de 1 a 10, estimaría la protección del secreto nuclear de EE.UU. en 5, y eso sería generoso, cuenta que a fines de la guerra, muchos científicos sintieron que no era ético mantener en secreto una gran parte de la información sobre la bomba atómica y de la ciencia de la fisión nuclear. En consecuencia, se publicaron muchos trabajos, y muchos documentos fueron pasados a gobiernos amigos, incluyendo LA-1, el Manual de Los Alamos, que fue producido por Serber y que daba una visión general de la ciencia y de la ingeniería necesaria para producir la bomba atómica. Gran parte de la información en ese informe fue desclasificada en los años siguientes (aunque LA-1 no fue desclasificado hasta los años sesenta). Sin embargo, dio a los científicos israelíes una idea de las dificultades de la construcción de un arma nuclear y en qué dirección tenían que concentrar sus esfuerzos.

Israel debía resolver dos problemas fundamentales de ingeniería para producir un arma nuclear: la producción del material físil y la creación de los cristales explosivos necesarios para lograr la masa súpercrítica. Son dos secretos cuidadosamente controlados por EE.UU.

La producción del material nuclear fue facilitada por la alianza de posguerra entre Francia e Israel. Francia había sido generalmente excluida de la investigación nuclear y el gobierno francés estaba ansioso de lograr la misma ventaja nuclear que tenían estadounidenses, británicos y rusos. Aunque los franceses estaban atrasados en muchas áreas, el famoso laboratorio Curie en Francia había sido un pionero en la separación de isótopos radioactivos. En realidad, la única contribución sustancial francesa al Proyecto Manhattan fue la separación del plutonio. Este trabajo del francés Goldschmitt se convertiría en el método estándar de separación del plutonio después de la guerra. Esto les dio una ventaja natural en la separación de plutonio de varillas de reactor de uranio usadas, que se convirtió en la ruta hacia las armas nucleares tanto para los franceses como para los israelíes que colaboraron con ellos.

Sin embargo, la composición y el diseño de los cristales altamente explosivos para hacer una masa súpercrítica resultó ser un problema mayor para Israel. En realidad, el desarrollo de los cristales explosivos causó numerosos problemas para el Proyecto Manhattan, y este problema recién se solucionó en la primavera de 1945. Fue John von Neumann, un brillante matemático judío húngaro, quien resolvió el problema y mostró cómo producir una ola de choque simétrico que podría comprimir una masa de material físil. Sin este trabajo, el plutonio no podría ser utilizado en un arma nuclear, ni les sería posible a los científicos predecir la fiabilidad de un artefacto nuclear.

En este punto fueron de inmensa ayuda las actitudes pro-israelíes del equipo de armas nucleares estadounidense. Son numerosas las historias de estrechas amistades entre científicos nucleares judíos estadounidenses y sus homólogos israelíes. Los científicos nucleares israelíes los visitaban en sus laboratorios y los alentaban a visitar Israel. Luego, en 1957, el físico nuclear judío Raymond Fox abandonó la instalación de diseño de armas nucleares en Lawrence Livermore e inmigró a Israel. Esta instalación nuclear se especializaba en el uso de los primeros ordenadores para modelar las olas tridimensionales de choque para cristales explosivos. Como resultado, se convirtió en un centro para el desarrollo de artefactos nucleares miniaturizados que podían ser colocados en misiles.

Si científicos nucleares estadounidenses fueron realmente culpables de la entrega a Israel de secretos críticos sobre los cristales altamente explosivos, lo sabe probablemente sólo la inteligencia israelí. Pero, nadie, ni siquiera los científicos pro-israelíes, discute el hecho de que los científicos estadounidenses amistosos fueron esenciales para la entrega a los israelíes de los datos y de los códigos informáticos necesarios para modelar y producir cristales explosivos. EE.UU. no hubiera podido solucionar este problema sin un brillante matemático como von Neumann e Israel no tenía una persona comparable en su programa nuclear. Sin embargo, las primeras armas nucleares desarrolladas por el equipo franco-israelí probaron que habían sido utilizados los datos estadounidenses sobre cristales explosivos.

La prueba de que el diseño franco-israelí provenía de datos estadounidenses se encontró en los residuos del ensayo nuclear. Lo que pocos saben, fuera del campo de la física nuclear, es que los productos de fisión encontrados en la precipitación radioactiva dan una idea muy precisa del artefacto nuclear que fue detonado.

Cuando los franceses ensayaron su primera arma nuclear, EE.UU. se estremeció ante las muestras de precipitación recogida por su aviación. Las muestras de la prueba en el desierto del Sáhara indicaron un artefacto de plutonio de alto rendimiento. No sólo eso, la relación de radionuclidos mostró que la explosión fue mucho más eficiente de lo que esperaban los expertos, lo que demostró que los franceses ( y los israelíes) habían resuelto el problema del desarrollo de cristales explosivos complejos. En realidad, la precipitación se parecía tanto a las muestras estadounidenses de precipitación que los expertos de la inteligencia de EE.UU. estuvieron seguros de que la bomba francesa se basaba en un diseño estadounidense robado por los israelíes.

En vista de la cantidad de diseños de armas nucleares que es posible, era casi imposible que fuera pura suerte que los franceses hubiesen producido exactamente el mismo diseño. Tampoco hubieran utilizado el artefacto más pequeño, más avanzado, a menos que tuvieran datos sólidos de que era seguro que un artefacto semejante funcionaría. Los datos provenían de sus socios israelíes.

Aunque jamás será conocida gran parte de los datos sobre el primer espionaje nuclear de Israel en EE.UU., la pista de la evidencia es obvia. El problema crítico en el desarrollo de armas nucleares de plutonio era el desarrollo de un cristal explosivo que pudiera comprimir el material físil. Aunque artefactos toscos podían ser producidos con poca experimentación, el desarrollo de armas nucleares modernas de mayor rendimiento (como la que Francia probó en su primer ensayo) requería una gran cantidad de datos sobre la propagación de una onda de choque a través de varios cristales explosivos que sólo podía ser obtenida mediante ensayos exhaustivos de armas nucleares.

Sólo Israel tenía la posibilidad de penetrar los laboratorios nucleares de EE.UU. en la medida necesaria para obtener esa información. Los científicos del Proyecto Manhattan eran predominantemente judíos y favorables a Israel. No hacían ningún secreto sobre sus amistades con científicos nucleares israelíes.

Gracias a su penetración de la comunidad nuclear estadounidense, Israel ha hecho más que construir un artefacto nuclear para propósitos pretendidamente defensivos. Ha convertido la cuna de la civilización en una bomba de tiempo para un desastre nuclear y ecológico.

Según fuentes de la inteligencia de EE.UU., Israel ha desplegado cinco diseños de armas nucleares diferentes. La serie siguiente de modelos de armas fue elaborada con información proveniente de fuentes públicas y gracias a la contribución de Frank Barnaby, que ayudó a diseñar las armas nucleares británicas y entrevistó al técnico nuclear israelí Mordecai Vanunu, recientemente liberado, y revisó sus fotos de armas nucleares israelíes hechas antes de que fuera secuestrado por agentes israelíes.

El artefacto nuclear para una granada de artillería fue desarrollado a fines de los años sesenta, pero no fue desplegado hasta los años setenta, por una falta de uranio altamente enriquecido. Fue diseñado para un obús de 175 mm y tiene un rendimiento estimado de un kilotón.

La granada de radiación mejorada de artillería es el arma nuclear más refinada que se sabe exista en el arsenal israelí. Fue desplegada en los años ochenta y es utilizada junto con el obús de 203 mm. El rendimiento de tres kilotones se basa en fuentes de inteligencia de EE.UU. y las características del destello nuclear fueron detectadas por satélites de EE.UU. en 1979.

Esta arma fue diseñada para repeler masivos ataques con blindados o atacar búnkeres y otras instalaciones. A diferencia de otras armas nucleares, la mayor parte del daño es causada por un pulso de neutrones de alta energía, que mata a la gente, pero deja incólumes a las estructuras. Esto la convierte en un arma ideal para su uso en cualquier ataque, porque los soldados israelíes pueden ocupar inmediatamente el área después de la explosión.

Variantes de esta ojiva fueron desarrolladas también para el sistema antimisiles Arrow. El flujo de neutrones de alta energía de la explosión de la ojiva es suficientemente fuerte para dañar severamente los circuitos electrónicos en misiles y provocar que una ojiva nuclear funcione mal.

Esta arma hubiera sido imposible sin los códigos nucleares suministrados por científicos estadounidenses judíos. A medida que las armas se hacen más y más refinadas y pequeñas, hay mayor necesitad de ensayos de ordenador avanzados para verificar los diseños. Debido a la imposibilidad de verificar el arma sin una serie de pruebas, Israel no podría haber tenido la confianza necesaria para producir este diseño sin la información nuclear suministrada por científicos estadounidenses amigos.

Existe poca información sobre el diseño de una bomba de gravedad nuclear de rendimiento variable, aunque existen informes al respecto. Según Barnaby, el rendimiento es probablemente ajustado variando la cantidad de tritio y de deuterio inyectados en el núcleo antes de que se produzca la implosión del núcleo.

Este diseño del arma da a los militares israelíes la opción de utilizarla tanto en situaciones tácticas como estratégicas. Los rendimientos inferiores pueden ser utilizados contra formaciones militares, mientras que los mayores pueden servir contra ciudades árabes.

La bomba de gravedad estratégica es un diseño israelí que se comprende mejor gracias a la información suministrada por Vanunu. Es el diseño más antiguo del actual arsenal israelí y representa el fundamento de su arsenal de armas nucleares. Fue diseñada originalmente como un arma estratégica para atacar capitales e instalaciones militares árabes, y fue hecha para causar una destrucción máxima. También fue diseñada como un disuasivo creíble contra una intervención soviética.

Sobre la base de información sacada de Israel por Vanunu y cálculos de Barnaby, la bomba tiene un rendimiento probable de 200 kilotones. Ha sido diseñada para ser lanzada por cazas F-4 o F-16.

Una ojiva nuclear para misiles requiere un diseño especial. Tiene que ser estratégica por naturaleza, resistir las exigencias del vuelo, ajustarse a una capacidad de carga útil reducida, y ser liviana. Según Barnaby, el rendimiento de la ojiva de misil es probablemente de 100 kilotones, pesa unos 200 kilos, y tiene un diámetro de 50 cm. Aunque fue diseñada originalmente para el misil Jericó, sus dimensiones permiten que sea colocada en un misil crucero como el misil arpón estadounidense, con modificaciones menores.

Según Cohen, Israel ha tomado la delantera en el desarrollo de armas nucleares de cuarta generación. Ha especulado que han desarrollado isómeros nucleares que tienen contenidos de energía suficientemente grandes para producir armas nucleares de fusión pura. Aunque no existe ninguna evidencia definida de su existencia. Cohen especula que Israel podría haber desarrollado un nuevo tipo de arma nuclear que no sería más grande que una pelota de fútbol y que tendría un rendimiento de unos pocos cientos de kilos de TNT.

* El escritor es un importante analista político-militar con base en Washington, con experiencia en los asuntos de seguridad nacional de EE.UU.

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