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La desanexión de Gaza es un señuelo para distraer la atención de la anexión acelerada de Cisjordania

Un dedo detrás de otro

Fuentes:

Traducido para Rebelión por L.B.

Siete palabras pronunciadas por el presidente Bush en Bruselas no han recibido la atención que se merecen.

Abogó por el establecimiento de un «Estado palestino democrático con continuidad territorial» en Cisjordania, y a continuación añadió: «Un Estado basado en territorios desperdigados no funcionará».

Merece la pena reflexionar sobre esas palabras. ¿A quién estaba apuntando con el dedo? ¿Por qué dijo tal cosa precisamente en Bruselas?

Nadie alerta contra un peligro sin motivo. Si Bush dijo lo que dijo, eso significa que piensa que alguien está provocando ese riesgo.

¿Quién puede ser?

Llevo ya años advirtiendo de que ésa es la intención de Ariel Sharon, la base de toda la empresa de asentamientos que ha planeado e implementado. El diseño de los asentamientos [judíos] en el mapa de Cisjordania está concebido para cortar el territorio de Norte a Sur y de Oeste a Este y abortar toda posibilidad de establecer un Estado palestino realmente viable y con continuidad territorial, es decir, un Estado normal.

Si los bloques de asentamientos que han sido creados son anexionados a Israel, el territorio palestino quedará seccionado en una serie de enclaves, que quizás sean cuatro o quizás seis. La Franja de Gaza, un gueto aislado de por sí, será uno más de esos enclaves. Cada enclave estará rodeado por asentamientos [judíos] y por instalaciones militares [judías] y todos ellos quedarán aislados del mundo exterior.

Naturalmente, este escenario les resulta familiar a las agencias de inteligencia estadounidenses. De hecho, pueden verlo con sus satélites. Sin embargo, eso no disuadió al presidente Bush de prometer a Sharon el año pasado que los «núcleos de población» israelíes de Cisjordania serían anexionados a Israel. Estos «núcleos de población» no son ni más ni menos que los mismos bloques de asentamientos que fueron definidos en el pasado por los EEUU como «un obstáculo para la paz». Durante la presidencia del primer presidente Bush la Administración estadounidense decidió incluso deducir los costos de los proyectos de nuevos asentamientos de los beneficios financieros otorgados a Israel.

Entonces, ¿por qué el segundo Bush hace de pronto una declaración cuyo significado práctico es que algunos de esos bloques de asentamientos deben ser desmantelados? ¿Y por qué hizo esa declaración en Bruselas?

Es evidente que buscaba ganarse el favor de sus anfitriones europeos. La Unión Europea se opone a la anexión de territorios de Cisjordania por parte de Israel. Bush dijo lo que dijo para suavizar sus diferencias con Europa.

Así pues, lo dijo. ¿Pero qué es lo que está sucediendo sobre el terreno mientras tanto?

El pasado domingo, el Gobierno israelí decidió por segunda vez implementar el plan de desanexión, una decisión que fue aclamada por la prensa como «histórica». En medio de toda la fanfarria, muy poca gente prestó atención a una segunda resolución adoptada en la misma reunión: continuar construyendo el muro en Cisjordania.

A primera vista se trata de una decisión rutinaria. Al fin y al cabo, el Gobierno [israelí] arguye que sólo se trata de una «valla de seguridad». Es cierto que el muro cumple una cierta función de seguridad, y la opinión pública israelí lo acepta como tal. Pero a estas alturas las personas bien informadas deben saber que la finalidad de ese muro es la de marcar la futura frontera de Israel. Por consiguiente, esta semana todos los portavoces gubernamentales se tomaron un gran trabajo en subrayar que el nuevo trazado del muro cercena solamente un 7-8% de Cisjordania.

Merece la pena detenernos a analizar la palabra «solamente». El último plan de paz del presidente Bill Clinton hablaba de anexionar un 3-4% de Cisjordania a Israel a cambio de transferir un 1% de territorio israelí al Estado Palestino. El 7% del territorio de la República Federal de Alemania es mucho más que todo el Estado de Sajonia. El 7% del territorio de los EEUU es más que el gigantesco Estado de Texas (Imaginémoslo: México invade Texas, construye un muro entre Texas y el resto de los EEUU y lo llena de asentamientos mexicanos.)

Pero el juego de los porcentajes es engañoso. Lo importante no es sólo el tamaño del territorio, sino también su ubicación.

A este respecto, la controversia entre Israel y los EEUU sigue vigente. Se refiere principalmente a dos lugares en los que el trazado del muro provoca el desmembramiento de Cisjordania. Si el muro israelí incluye dentro de sus lindes a la ciudad-colonia de Ariel, incrustará profundamente un dedo en el interior de Cisjordania. Este dedo conectará con un segundo dedo procedente de la dirección contraria y entre ambos dedos cortarán de parte a parte Cisjordania a la altura de Nablús. Otro dedo se extenderá desde Jerusalén hasta el bloque de asentamientos ampliado de Adumim, cortando así de nuevo Cisjordana de parte a parte.

Los estadounidense no están de acuerdo todavía, de modo que Sharon está empleando uno de sus típicas artimañas: en esos dos lugares deja el muro sin construir. Lo construirá a su debido tiempo, aprovechando la primera ocasión que se le presente para liar al presidente Bush -valga la expresión- alrededor de su dedo meñique.

Pero el cómputo de los porcentajes también es incorrecto en otro sentido. Hoy en día sólo se habla del muro que separará Cisjordania de Israel propiamente dicho. Nadie habla del muro «Oriental».

No es ningún secreto que Sharon proyecta construir este muro a fin de completar el cierre de Cisjordania y cortar el acceso de los palestinos al valle del Jordán y a la costa del Mar Muerto. Eso significa una gran tajada de territorio, cerca del 20% de Cisjordania, y dejaría a Cisjordania aislada de cualquier posibilidad de contacto con el mundo. Sharon sabe que de momento no puede construir este muro a causa de la oposición de los EEUU y del mundo entero. Por otro lado, carece del presupuesto necesario para ejecutarlo. Por consiguiente, lo está aplazando para el futuro.

La decisión del gobierno [israelí] incluye formalmente la frontera sur de Cisjordania, donde el trazado proyectado del muro coincide prácticamente con el de la Línea Verde. Esto parece realmente bonito. Pero también aquí hay truco: Sharon no tiene la intención de construir esta parte del muro en un futuro cercano. Está retrasando su construcción para otro momento, llegado el cual propondrá construir un trazado completamente distinto que incluirá un dedo que se incrustará profundamente en territorio palestino para anexionarse el bloque de asentamientos judíos del sur de Hebrón hasta Kiryat Arba. Mediante engaños edificarás tus asentamientos.

Mientras tanto Sharon se mantiene ocupado construyendo en el 7% del territorio que ha sido aprobado por decisión de su Gobierno. Toda este territorio comprendido entre el muro y la Línea Verde -un territorio que puede considerarse ya como anexionado de facto– está siendo llenado con nuevos asentamientos. Entre otros, los siguientes:

– Una nueva ciudad llamada Gevaoth que será construida al este de Belén en el denominado «Bloque Etzion·».

Ésa es una denominación mendaz: el Bloque Etzion originario consistía en un pequeño grupo de asentamientos próximo a la Línea Verde. Los árabes lo ocuparon en la guerra de 1948 e Israel lo reconquistó en 1967, tras lo cual se reconstruyeron los antiguos asentamientos. Pero entonces se añadió por el este una ciudad nueva (Efrata) y, más allá, una serie de nuevos asentamientos, hasta que los escasos asentamientos originales se expandieron tanto que se convirtieron en un gigantesco bloque de asentamientos que prácticamente circunda por completo la ciudad de Belén. Ahora Sharon va a meter ahí más colonos aún.

– Un gran asentamiento llamado «Tsufim Norte» que se prevé construir al norte de Kalkilia. También este alcanzará las dimensiones de una ciudad.

– Gigantescos proyectos de viviendas que se ejecutarán para conectar el bloque de asentamientos Ma’aleh Adumim con Jerusalén y que se extienden prácticamente hasta la orilla del río Jordán.

-También en el área de Jerusalén, el nuevo Ministro (laborista) de Vivienda, Yitzhak Herzog, promete construir grandes complejos de viviendas desde Har Homa hasta Maáleh Adumim, mientras que se prevé construir otro al este de a-Ram. El objetivo es aislar completamente a Jerusalén de Cisjordania.

Todo esto está ocurriendo mientras Israel y el mundo se deshacen en elogios al plan de «desanexión», que básicamente no es sino un plan para consolidar la Franja de Gaza como uno de los enclaves que conformarán un «Estado compuesto por territorios desperdigados» (La Franja de Gaza representa solamente el 6% de los territorios palestinos ocupados).

El Partido Laborista es colaborador activo de todo este esquema.

Por lo que respecta a Sharon, el plan de desanexión juega con el desmantelamiento de un puñado de pequeños asentamientos situados en una remota esquina de los territorios ocupados en aras del cumplimiento de su gran designio, que no es otro que el de apoderarse de la mayor parte de Cisjordania.

Ahora el presidente Bush ha declarado que no acepta ese designio. Sus anfitriones europeos sonrieron educadamente. Es posible que le creyeran, pero es posible que no.