Fidel Castro pidió el pasado domingo a Vicente Fox que aclare el paso por México de Luis Posada Carriles, confeso promotor de atentados contra objetivos cubanos, y al mismo tiempo vaticinó que el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, perderá las elecciones a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Aunque se trata […]
Fidel Castro pidió el pasado domingo a Vicente Fox que aclare el paso por México de Luis Posada Carriles, confeso promotor de atentados contra objetivos cubanos, y al mismo tiempo vaticinó que el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, perderá las elecciones a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Aunque se trata de dos asuntos coyunturales y separados entre sí, la invocación pública por parte del mandatario los ubica en el contexto de un nuevo conflicto entre ambos gobiernos, tras el voto de México, el pasado jueves, en favor de la resolución sobre Cuba en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Castro habló con reporteros en el céntrico barrio del Vedado, después de votar en las elecciones que iniciaron hoy la renovación de los 169 gobiernos municipales del país.
«Creo que los mexicanos deben hablar, pienso que el gobierno de México debe hablar sobre el caso», dijo Castro sobre su propia afirmación del viernes, de que Posada viajó el mes pasado de América Central a Estados Unidos en un barco que en algún momento de la travesía encalló en Isla Mujeres.
El líder cubano descartó que culpara de algo a Fox y precisó: «Sólo le pido que me explique, que esclarezca, que dé todos los detalles, horas exactas, quiénes fueron, qué tiempo estuvieron…» Posada y sus acompañantes en el Caribe mexicano.
De por medio, dijo el presidente cubano, «están el honor y el prestigio de México».
»Milagro»
A diferencia del viernes, cuando no ubicó explícitamente a Posada a bordo del barco en el momento del accidente, Castro confirmó hoy con claridad esa circunstancia: «Es muy extraño que un caballero tan notorio y tan notable cruce por territorio mexicano, encalle en territorio mexicano.
«Es curioso su paso por México y que las autoridades reportaron todo en regla», añadió el mandatario. «Y qué milagro que no descubrieron a Posada.»
Hablaba Castro de Posada y sus estancias en El Salvador, cuando recordó que el ex presidente de ese país, Francisco Flores, se retiró de la contienda en la OEA.
De ahí, el líder cubano se siguió de frente para pronosticar con sarcasmo el fracaso de Derbez: a Flores «le pusieron un pie arriba y entonces lleva al ilustre candidato mexicano, cuyas posibilidades de que lo elijan las veo allá lejos… tan lejos como esas galaxias que tardan muchos años luz en llegar. Todos los pueblos y los gobiernos de América Latina saben y todos los gobiernos caribeños saben quién era el candidato de Estados Unidos», señaló Castro.
Luego remató su vaticinio sobre Derbez para ligarlo irónicamente al voto en la CDH: «Me imagino que renuncie el mexicano, porque a estas horas no se quién demonios va a votar por él, especialmente porque su gobierno se portó tan correctamente, tan honorablemente en Ginebra, tan preocupado por los derechos humanos».
Las alusiones de Castro abren una interrogante sobre el sesgo que pueda tomar la contienda electoral en la OEA en la zona del Caribe, donde aparentemente Derbez tuvo cinco votos: los de Saint Kitts y Nevis (considerado titubeante en la región), Bahamas, Santa Lucía y dos sólidos aliados de Cuba, Belice y San Vicente y Granadinas.
La ruta del anticastrista
Castro insistió en destacar uno de los tramos más llamativos de la travesía del Santrina, barco de bandera estadunidense que transportó a Posada: el hecho de que la ruta declarada por el capitán José Pujol era Bahamas-Miami, incongruente con el encallamiento en un distante punto al suroeste, como Isla Mujeres.
Admitió que Posada podía llevar documentos falsos, pero recordó que Pujol, «viejo agente de la CIA (central de inteligencia estadunidense)» se identificó con su nombre, así como Santiago Alvarez, personaje abiertamente vinculado a Posada.
Alvarez fue identificado el viernes por Castro como responsable de ataques armados a Cuba, participante indirecto en el complot para asesinar al mandatario en Panamá en 2000 y autor intelectual de un frustrado atentado contra el cabaret Tropicana de La Habana, en 2001.
Castro consideró «maniobra de engaño» la versión que pone a Posada entrando a Estados Unidos por tierra, a través de la frontera con México.
En una síntesis de las conclusiones cubanas sobre el caso, el diario Juventud Rebelde publicó hoy un mapa que señala el itinerario de Posada desde que fue indultado en Panamá, el 26 de agosto de 2004: a Honduras, vía aérea ese día; a la península de Yucatán, por vía desconocida; varado en Isla Mujeres entre el 14 y el 16 de marzo de 2005, y a Miami por mar.
También con ironías, Castro se preguntó cómo las autoridades mexicanas que revisaron el Santrina no detectaron «el olor a droga» de Posada y su historial, porque «tiene olor a explosivos, a TNT y olor a sangre por los crímenes que ha cometido».
Aunque es larga la trayectoria de acciones violentas de Posada contra objetivos cubanos dentro y fuera de la isla, aquí se recuerda su confesada planeación del atentado con explosivos a un avión civil cubano, en 1976.
En este hecho murieron sus 73 ocupantes frente a la costa de Barbados.
Castro alertó además contra la eventualidad de que Posada, quien se encuentra oculto en Estados Unidos en busca de asilo, sea asesinado. «Que no desaparezca Posada», pidió el mandatario. «Que no maten a Posada, que no envenenen a Posada» y que no lo presenten como muerto por enfermedad. «Queremos que hable, que cuente lo que sabe y que vaya a juicio. Queremos que viva», insistió Castro. «Lo que reclamamos es justicia.»
Luego volvió a su idea de que Posada no reciba el asilo que pide, sino que sea juzgado por un tribunal internacional, aunque matizó que «el primer derecho» para someterlo a proceso es de Venezuela, país en el que fue juzgado por el atentado al avión.
Sin que hubiera concluido su causa y por la puerta principal de la cárcel, Posada salió irregularmente de su cautiverio venezolano en 1985.
Sobre los comicios, Castro habló en parte en la casilla del distrito donde está registrado y en parte en la calle. A una pregunta respondió que las elecciones cubanas «son las más democráticas del mundo: aquí no hay pasquines electorales, aquí no ensucian las calles, aquí nadie postula, postula el pueblo».
En la jornada estaban convocados más de 8 millones 200 mil electores para elegir a las asamblea municipales del poder popular, cuerpos colegiados que se convierten en la máxima autoridad a su nivel y que a su vez designan a funcionarios ejecutivos para encargos de dos años y medio.
Los candidatos a delegados de circunscripción (distritos) son propuestos en asambleas callejeras por los propios vecinos, y sus biografías son expuestas en lugares públicos como única expresión de competencia.