Recomiendo:
0

Desde Maimi

Ya no puede haber terroristas buenos y terroristas malos

Fuentes: Rebelión

La semana pasada, entre los días 2 y 4 de junio, sesionó en La Habana una reunión excepcional: el «Encuentro Internacional Contra el Terrorismo, Por la Verdad y la Justicia». 680 delegados provenientes de 67 países, abrumadoramente de la América Latina: académicos, abogados, periodistas, artistas, escritores, dirigentes sindicales, activistas sociales, dirigentes políticos y otros, se […]

La semana pasada, entre los días 2 y 4 de junio, sesionó en La Habana una reunión excepcional: el «Encuentro Internacional Contra el Terrorismo, Por la Verdad y la Justicia». 680 delegados provenientes de 67 países, abrumadoramente de la América Latina: académicos, abogados, periodistas, artistas, escritores, dirigentes sindicales, activistas sociales, dirigentes políticos y otros, se congregaron en la capital cubana para hacer memoria y denunciar los horrendos y brutales crímenes cometidos por décadas contra nuestros pueblos por regímenes militares y otros gobiernos, así como por organizaciones terroristas de la extrema derecha en estrecha y maligna colaboración con los gobiernos de Estados Unidos. También sirvió para decidir mantener un organismo permanente para combatir al terrorismo con los propósitos de que se logre hacer justicia por los atroces crímenes cometidos y, al mismo tiempo, que contribuya, al aunar esfuerzos, para denunciar la razón de ser de ese mal para así impedir que continúe ahora y en el futuro.

Cubrí el Encuentro para la revista Areítodigital y para Radio Miami, y fui invitado a dirigirme al mismo durante su primera sesión, titulada, «Terrorismo: Conexión Miami». Aproveché la oportunidad para dejar saber, no sólo a esa audiencia, sino a los millones de personas que en Cuba y en el resto del mundo estaban siguiendo el Encuentro a través de la transmisión televisiva y por internet en directo, que Miami no es sólo símbolo de ese pernicioso mal, sino también es, porque lo ha sido por largos años, sitio de resistencia y denuncia al terrorismo y a los terroristas de la extrema derecha cubanoamericana radicados en esta ciudad.

En Miami, algunos de esos terroristas y otros personajes estrechamente vinculados a ellos, posteriormente a mi intervención en el Encuentro se han sentido nada menos que ofendidos -su desvergüenza no tiene límite– por lo que expresé. Lo que dije no fue nada que no haya estado denunciado aquí por más de 28 años. Para que no quede duda de lo que dije en el Encuentro utilizaré esta oportunidad para aquí, desde Miami, repetir lo que en La Habana dijera.

«Quiero aprovechar esta singular oportunidad para dejarles saber que Miami no es sólo eso que todos sabemos, pero que también en ese infierno, obra de esos monstruos, hay un espacio de tierra liberada, de Tierra Santa, que cubanos emigrados han creado y mantenido a través de 28 años de arduo y continuo batallar, y que actualmente desarrollamos a través de la resistencia al terrorismo y su continua denuncia. También durante los últimos cuatro años hemos sostenido la denuncia en contra de la injusticia que se comete contra nuestros queridos 5 compatriotas: Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René. Todo esto lo hemos venido haciendo a través de muchas maneras, basado en un fuerte esfuerzo organizativo efectuamos conferencias, manifestaciones y otros actos públicos.

Durante los últimos años esa labor la han venido desarrollando las organizaciones que componen la Alianza Martiana, las cuales son: la Alianza Martiana, la Alianza de Trabajadores de la Comunidad Cubana (ATC), la Brigada Antonio Maceo, la Asociación José Martí, la Asociación de Mujeres Cristianas en Defensa de la Familia Cubana y el Círculo Bolivariano de Miami. Hay otros que han contribuido en este esfuerzo común de años. En Miami existen dos programaciones radiales diarias que trasmiten por una radioemisora comercial local. Una es Radio Miami, la cual dirige nuestro compañero, Max Lesnik, de hora y media de duración, y la otra es Radio Progreso Alternativa, de una hora de transmisión diaria, que dirige hace años Francisco González Aruca.

Sobra decir que por décadas todos los que en este esfuerzo laboramos hemos sufrido las consecuencias obvias del terrorismo. Si hoy somos capaces de seguir desarrollando esta tarea es porque indiscutiblemente somos gente de mucha suerte, aunque, claro, la suerte siempre acompañada de la ayuda desinteresada y abnegada de nuestros compañeros y compañeras que nos han sabido cuidar.

Pero el terrorismo es mucho más que eso que es lo obvio. Recientemente, tratando sobre este tema escribí:

Como todos sabemos en Miami el terrorismo no es sólo la utilización de la violencia, a través de asesinatos, atentados contra organismos, negocios, sedes diplomáticas, naves aéreas o navales e individuos; sino también el control de toda una comunidad y sus instituciones por un sector de esta a través de la amenaza latente de usar la violencia.

Como consecuencia de ese continuo estado de cosas los terroristas logran impedir, como ha venido sucediendo por décadas en Miami, el libre ejercicio político y la libre discusión de ideas y opiniones. Logran que la mayoría de los individuos de esa comunidad, o se abstengan de ejercer sus derechos políticos, o se adhieran públicamente a la línea que imponen los terroristas y aquellos que los apoyan.

Claro, que como no nos cansaremos de repetir, si esto ha sido posible aquí es porque los gobiernos de Estados Unidos no sólo lo han permitido sino que lo han estimulado. Para esos gobiernos, una comunidad cubana en Miami que se muestre políticamente uniforme en contra del proceso revolucionario cubano y a favor de la política norteamericana mantenida en contra de Cuba es de un valor inestimable. El fenómeno de las organizaciones terroristas de la extrema derecha cubanoamericana es engendro del gobierno estadounidense que, en un primer momento fomentó su creación para encubrir las acciones de la CIA en contra de Cuba, y con el tiempo para lograr algo más.

Pero hay otros en Miami, y en otros sitios en Estados Unidos y Puerto Rico, que no tuvieron tanta suerte. Entre estos están Luciano Nieves, asesinado en Miami; Eulalio Negrín asesinado en Nueva Jersey; y nuestro entrañable compañero, Carlos Muñiz Varela, fundador de la revista Areíto y fundador y dirigente de la Brigada Antonio Maceo, cuyo asesinato ocurrió hace 26 años, teniendo él 25 años de edad, en San Juan de Puerto Rico.

Estos asesinatos han quedado impunes. En el caso de Carlos hay muchos documentos desclasificados del FBI que demuestran hasta la saciedad -como documentos similares demuestran en el caso de otros crímenes- sobre el conocimiento y la complicidad del FBI acerca de quienes fueron responsables de su asesinato y como nada ha hecho ese organismo federal, responsable de garantizar el fiel cumplimiento de las leyes y el orden y la paz ciudadanas, por encausar a los culpables. En realidad el FBI ha ido más allá: ha impedido que se haga justicia.

Durante años muchos en Estados Unidos y en el resto del mundo han estado renuentes

–ciegos y sordos-a ver y a entender la verdad sobre la naturaleza de esa política. Ahora los peligros que el terrorismo representa para su propia seguridad los obliga a ser consecuentes en relación a esos asuntos. Hoy ya no puede haber terroristas buenos y terroristas malos. Y es así como Posada Carriles y sus secuaces han devenido en piedra angular del andamiaje que conforma la política norteamericana en contra de Cuba y en contra de todos nuestros pueblos.

Desnudando el carácter de esa política mantenida por Estados Unidos en contra de nuestros pueblos se logrará quebrantar sus cimientos. La coyuntura actual es propicia para desentrañar las raíces comunes de esas políticas violatorias de los más elementales derechos humanos.»

Eso fue lo que dije en La Habana y lo que hoy he repetido aquí en Miami.

Andrés Gómez es director de Areítodigital