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En línea con Franco

Los «pancarteros» de la derecha se manifiesta por la unidad del archivo de la represión

Fuentes: Madridpress/Rebelion/Agencias

Miles de personas salieron el sábado a la calle en Salamanca para exigir la unidad del Archivo de la Guerra Civil, en una manifestación en la que se corearon constantemente las consignas de «España no se vende» y «Zapatero, traidor» y gritos contra ERC. «Por nuestros valores. Por nuestra historia en común. Por nuestra dignidad» […]

Miles de personas salieron el sábado a la calle en Salamanca para exigir la unidad del Archivo de la Guerra Civil, en una manifestación en la que se corearon constantemente las consignas de «España no se vende» y «Zapatero, traidor» y gritos contra ERC.

«Por nuestros valores. Por nuestra historia en común. Por nuestra dignidad» fue el lema de la protesta, organizada por el Ayuntamiento de Salamanca y cuyos responsables consideraron que puede ser la única medida para hacer recapacitar al Gobierno y frenar el proyecto de Ley que dará cobertura a la salida de los papeles, ahora en trámite parlamentario.

La cabecera, presida por una pancarta con el lema de la manifestación, salió poco después de las ocho de la tarde y en la misma estaban presentes, entre otros, los presidentes de Castilla y León y Madrid, Juan Vicente Herrera y Esperanza Aguirre; el presidente de las Cortes regionales, José Manuel Fernández Santiago; el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote; y el secretario general del PP, Angel Acebes, junto a representantes empresariales y sociales de la ciudad.

Decenas de personas, muchas llegadas en los casi doscientos autobuses fletados por el PP (170) y otras organizaciones, flanquearon el recorrido y aplaudieron a los portadores de la pancarta, de ocho metros de largo, mientras recorrían las angostas calles del centro histórico hasta llegar al Colegio de San Ambrosio, sede del Archivo, donde la gente comenzó a gritar «el Archivo no se mueve».

Algunas pintadas en contra de la manifestación que habían aparecido esta semana en los alrededores del centro archivístico habían sido borradas, y en un balcón de la Rúa Mayor alguien se aventuró a colocar un cartel en catalán que rezaba «Devolved todos los papeles. Comisión de la Dignidad».

El recorrido elegido, que la cabeza de la marcha cubrió en poco menos de una hora, es el mismo que siguió en 1995 una manifestación similar, encabezada por el entonces alcalde de Salamanca, el socialista Jesús Málaga (actual subdelegado del Gobierno), y que contó con el apoyo del PSOE, algo que no ha ocurrido en esta ocasión.

Arrecian los insultos

Muchos de los manifestantes portaron pancartas con lemas como ‘Zapatero y Caldera, traidores de su tierra’, ‘ZP dimisión’, ‘No al uso del patrimonio como moneda de cambio’, ‘Zapatero, España ni se regala ni se vende’, ‘Carod cabronazo, baja tú a por los legajos’ o ‘España y archivo=unidad’, este último sobre una gran divisa española.

Aunque la marcha transcurrió sin incidentes, algunos manifestantes descargaron sus iras contra los periodistas que cubrían el evento, muy especialmente contra los de la Cadena SER.

Una vez de regreso en la Plaza, el escritor Alfonso Ussía dio lectura a un manifiesto, entre ovaciones, «vivas a España», más aplausos y la frenética agitación de decenas de banderas de España y Castilla y León, así como pancartas contra la desmembración del Archivo en las que se leían numerosas descalificaciones contra el Ejecutivo.

«Va a ser que no», ironizó Ussía en su intervención, en la que descartó que se vaya a concretar «el expolio, la mutilación y el destrozo» promovido por el Gobierno y pactado con «los chantajistas catalanes».

Para Ussía, «de haber obtenido en las accidentadas y anímicamente manipuladas elecciones del 14-M la mayoría absoluta el PSOE, hoy no estaríamos aquí, exigiendo la rectificación del Gobierno», ya que Zapatero «no puede gobernar libremente».

Los papeles de Salamanca

Los denominados «Papeles de Salamanca», legajos históricos que Catalunya lleva reclamando durante 24 años, abarcan desde expedientes de debate interno del otrora Gobierno catalán a cartas íntimas, algunas incluso de amor, que los soldados en el frente enviaban a sus esposas y novias, que lógicamente no llegaron a su destino porque las tropas franquistas lo impidieron con las armas. Una antigua reivindicación, la de devolver a sus verdaderos propietarios lo que les pertenece, actualmente retomada por el Ejecutivo autonómico de Maragall, que Zapatero ha tenido a bien atender ordenando a su ministra de Cultura que comunique a los directivos del archivo salmantino para que procedan al efecto.

El argumento que ha sustentado la reivindicación de la «unidad» reside en síntesis en que los catalanes combatieron por la República y fueron derrotados por Franco, que expolió los papeles de la Generalitat y se los llevó a Salamanca, capital de la insurrección armada y vestigio de la España imperial. Por tanto, por ser los derrotados de la cruzada nazional no tienen derecho a los documentos que legitimamente les pertenecen.