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La disputa entre Binyamin Netanyahu y Ariel Sharon en el Comité Central del Likud parecía un duelo entre dos gladiadores en la arena romana

Los gladiadores

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis

Más si cabe, puesto que muchos de los miembros del Comité se comportaron como la canalla romana que gritaba, armaba escándalo y pedía sangre.

En esta lucha, Netanyahu parecía Retiarius, un gladiador que no tenía nada más que una túnica corta y que buscó enredar a su oponente con el lanzamiento de una red en su mano derecha y, si tenía éxito, despacharlo con el tridente que llevaba en su izquierda. Sharon estaba como Secutor que llevaba armadura y espada. El primero tenía la ventaja de la movilidad y de la agilidad, el otro se movía torpemente pero estaba bien protegido.

Muchos dieron un suspiro de alivio cuando Netanyahu fue derrotado en el último minuto, contrariamente a las expectativas y a las encuestas. Puesto que Netanyahu se había posicionado en la extrema derecha, había apoyado a los colonos y se oponía a cualquier clase de retirada, hizo que Sharon pareciera el Hombre de Paz. Pero eso es, por supuesto, una ilusión. La diferencia entre los dos, si hay siquiera una, es despreciable. Si Netanyahu fuera primer ministro, se comportaría exactamente como Sharon, y Sharon en la oposición se comportarían exactamente como Netanyahu.

Sharon está haciendo ahora tanto declaraciones de amor por la paz como de guerra – dependiendo del público al que se está dirigiendo. Ante la Asamblea General de la ONU y los norteamericanos, canta himnos de paz; pero le jura al Likud que no cederá otra pulgada. Todas estas declaraciones no valen un ajo pelado, por usar una expresión hebrea. Uno no debe creer una palabra de lo que él dice, sólo cuentan sus acciones. Mientras tanto él construye el Muro de Separación, agranda los asentamientos, inicia provocaciones, bombardea y arresta.

A sus ojos, por consiguiente, nada de lo que ha pasado en el Comité Central del Likud tiene ningún impacto en las oportunidades para la paz. Simplemente ha sido un duelo entre dos gladiadores sobre la arena, mucho alboroto sobre nada. Pero ésa es una ilusión óptica.

De hecho, la paz ha ganado una gran victoria en la arena del Likud.

Esto no tiene nada que ver con la personalidad o las intenciones de Sharon, pero todo con la esencia de la decisión.

En teoría, ningún asunto ideológico estaba en juego. Los miembros del comité estaban votando, oficialmente, sólo sobre un punto técnico: si celebrar las primarias para presidente del partido pronto; el próximo mes, o a su debido tiempo, dentro de medio año. Gran cosa.

Pero de lo que realmente trataba el problema era si echaban a Sharon, por desmantelar los asentamientos y retirarse de la Franja de Gaza. Los ataques a él se centraban en estos puntos. Sus oponentes afirmaron que él había traicionado los principios de Likud, que el Likud se opone a cualquier cesión de la «patria» al «enemigo árabe», que la evacuación de cualquier asentamiento es un crimen. Sobre todo eso iba la batalla.

La decisión era, por consiguiente, de una importancia histórica. El Likud es la encarnación actual del Partido Revisionista que se fundó hace unos 80 años, bajo el eslogan » El Jordán tiene dos riberas; una nos pertenece y la otra también». Su propio nombre refleja esta afirmación. El fundador, Vladimir (Ze’ev) Jabotinsky quiso anular la decisión del gobierno británico en 1920 de separar Transjordania (el actual Reino de Jordania) de Palestina. Esa era la «revisión» que él se esforzó en lograr.

Incluso cuando el partido, en sus reencarnaciones sucesivas, en la práctica perdió el interés en la demanda sobre Transjordania, insistió vigorosamente sobre » Todo de Eretz-Israel» entre el Mediterráneo y el río Jordán. Para lograr esto, promovió los asentamientos en todos los territorios ocupados, negó la propia existencia del pueblo palestino y obstruyó cada paso que pudiese conducir hacia la paz.

Y ahora, el lunes 26 de septiembre de 2005, el Comité Central de este partido ha votado por un líder que evacuó y destruyó 25 asentamientos, ha usado las Fuerzas Israelíes de Defensa para «echar a los judíos» y ha abandonado oficialmente una parte de Eretz Israel. Desde ese día en adelante, el Likud no es lo que era.

Algunas personas no toman en serio esta victoria debido al escaso margen: el 52% contra el 48%. Pero eso no es importante. El asunto asombroso es que siquiera algún miembro del comité votara por el hombre que hizo esto.

Está diciéndose que esta decisión no era ideológica, sino cargológica ( loa lógica del cargo). Los miembros del comité votaron contra sus convicciones para mantener el Likud en el poder y salvar sus cargos gubernamentales. Las votaciones han mostrado que el Likud perdería las elecciones si Sharon era echado. La cabeza superó al corazón; la codicia por el poder fue más fuerte que la ideología.

Si eso es verdad, la victoria es aún más importante. Los 3060 miembros del Comité Central del Likud llegan desde todas las partes de Israel. Provienen de todos los estratos sociales, no sólo de las «élites». Sienten la disposición del público en general. Si han llegado a la conclusión que la lealtad a los asentamientos y el Gran Israel les hará perder las elecciones, tiene una importancia de largo alcance.

Escribí recientemente que «el centro ha aguantado». Ahora también está claro que la derecha ha permanecido fiel a Sharon. Sus oponentes, los leales al Gran Israel, están en un estado de derrumbamiento. Después de su derrota en el Comité Central, están tropezando contra los 100.000 miembros del partido. Las encuestas muestran que una gran mayoría de ellos apoya ahora a Sharon. Los ministros de Likud y los miembros de la Knesset se comportan como soldados de un ejército derrotado después del grito de «peut de qui de sauve ( sálvese quien pueda)» suene.

Este no es final. Al contrario, nos enfrentamos a un año duro. Sharon intentará congelarlo todo, exceptuando la edificación del Muro y la ampliación de los asentamientos. El pretexto será la necesidad de esperar a los resultados de las elecciones Palestinas, en enero del 2006 para saber «con quien estamos tratando». Después de esto, tendrán lugar las elecciones israelíes, probablemente en noviembre del 2006, y «nadie puede esperar que Sharon adopte pasos impopulares antes de las elecciones». El presidente Bush que también es un animal político, entenderá esto verdaderamente. La congelación prolongada puede causar nuevos desastres.

A pesar de esto, la larga marcha hacia la paz ha dado otro paso. Un paso pequeño, pero importante.

Y allí en el Comité Central del Likud, el de todos los lugares. Quién lo habría creído.