Raheela, beneficiaria del Programa Nacional de Control del Sida de Pakistán, siente el alivio de contar finalmente con terapia antirretroviral gratuita en este país donde las personas con VIH son vistas con más sospechas que simpatía. El Programa Nacional de Control del Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), implementado con la colaboración de la Organización Mundial […]
Raheela, beneficiaria del Programa Nacional de Control del Sida de Pakistán, siente el alivio de contar finalmente con terapia antirretroviral gratuita en este país donde las personas con VIH son vistas con más sospechas que simpatía.
El Programa Nacional de Control del Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), implementado con la colaboración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), comenzó a suministrar tratamiento antirretroviral sin costo a un número reducido de personas.
«Ahora puedo esperar vivir algunos años más y cuidar a mi hijo, que tiene apenas tres», dijo Raheela, cuyo esposo fue deportado de Emiratos Árabes Unidos después de que un análisis reveló que había contraído el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) y finalmente murió.
«Establecimos cuatros centros de tratamiento en Islamabad, (la noroccidental ciudad de) Peshawar, (la oriental) Lahore y (la meridional) Karachi, a cada uno de los cuales se envió medicinas para 30 pacientes. Los médicos y las enfermeras ya fueron entrenados en India», dijo Quaid Saeed, médico y funcionario del programa de la OMS.
Según Saeed, se necesitan terapias antirretrovirales para tratar a las 3.077 personas registradas hasta ahora, y se aspira a reducir el riesgo de transmisión.
«Durante mucho tiempo reclamamos que el gobierno comenzara el programa antirretroviral, y finalmente lo ha hecho», dijo Nigat Kamdar, quien dirige una organización no gubernamental en esta ciudad cercana a la frontera afgana.
Kamdar señaló que los pacientes en estas zonas enfrentaban el estigma social, y que los médicos no estaban preparados para admitirlos en los hospitales. Hubo casos de mujeres embarazadas forzadas a dar a luz en corredores de hospital tras negárseles el ingreso a la sala de partos.
«Ahora esperamos mejores tratamientos para los pacientes con sida», dijo a IPS, explicando que el programa de terapia antirretroviral indirectamente ayudaba a una mejor comprensión social de la enfermedad.
Las medicinas antirretrovirales reducen la proliferación del VIH en el organismo, reducen los peligros de contagio, enlentecen el progreso de la infección y mejoran la calidad de vida, y tienen capacidad de convertir una segura sentencia de muerte en una enfermedad crónica de por vida, dijo Saeed.
Pakistán está pasando rápidamente de ser un país de baja prevalencia de VIHS/sida a uno con una epidemia en ciernes, y tiene una población de alto riesgo compuesta por usuarios de drogas inyectables y trabajadores sexuales masculinos que necesitan atención, afirmó.
Según Saeed, una vigilancia inadecuada, el dominante estigma social, la falta de conocimiento de la población general y de quienes practican la medicina, y la limitada cantidad de centros de asesoramiento psicológico y de realización de exámenes de VIH pueden contribuir a que se subestimen los números reales de la epidemia.
«Orquestamos un plan bajo el cual los programas de prevención y tratamiento deben ir de la mano. Desafortunadamente, lleva tiempo que los primeros produzcan resultados, y el comportamiento sexual de alto riesgo no se cambia fácilmente», dijo Saeed.
Mediante modelos matemáticos, el Programa Nacional de Control del Sida calculó que en la actualidad podría haber unas 36.000 personas infectadas con VIH en el país. «Asumiendo que 20 por ciento de estos pacientes estarán aptos para comenzar con terapias antirretrovirales en los próximos tres años, tendremos que atender a alrededor de 7.200 pacientes», agregó.
La infraestructura sanitaria no tiene capacidad para atender a tantas personas.
«Por lo tanto, nos estamos centrando en el desarrollo y ampliación de la capacidad del personal y de la infraestructura sanitaria, tal como centros de diagnóstico, apoyo al tratamiento y servicios con base en el hogar, antes de elevar la cantidad de terapias», explicó.
«Una vez que los centros de tratamiento y cuidados estén plenamente operativos, la demanda adicional de terapias antirretrovirales será generada a través del asesoramiento psicológico y el tratamiento voluntarios, la movilización de las personas que viven con VIH/sida y un mejor acceso a la atención del VIH», agregó.
El costo de los tres fármacos genéricos utilizados en la terapia oscila entre 300 y 500 dólares anuales por paciente, mientras el presupuesto anual para atender a todos los casos registrados es de 1,5 millones de dólares.
La mayoría de los 40 millones de personas con VIH viven en el mundo en desarrollo y no tienen acceso a terapias. Se estima que sólo ocho por ciento de quienes tienen sida en el Sur pueden recibir estos tratamientos.
Yasin Malik, a cargo de un centro de terapias antirretrovirales en Peshawar, dijo que en el último mes había admitido a seis pacientes. Dos de ellos fallecieron y el resto estaba en buena condición.
«He visto 5.000 pacientes en India. Todos recibían tratamiento y se sentían bien», dijo, agregando que en la ciudad india de Mumbai había tomado contacto con personas que llevaban 15 años bajo tratamiento antirretroviral.
Pakistán tiene una oportunidad maravillosa de actuar con energía y ampliar este tipo de terapias, los programas de prevención del VIH y una campaña para el cambio de conductas de riesgo, dijo Malik.