«No me siento tranquilo viendo la fragilidad del suministro y el precio del barril del petróleo. Personalmente siempre he estado en contra, pero quiero debatirlo. Es un debate imprescindible». Son palabras del comisario europeo de asuntos económicos, el español Joaquín Almunia respecto al debate de la energía nuclear. Éste es necesario e imprescindible ya que […]
«No me siento tranquilo viendo la fragilidad del suministro y el precio del barril del petróleo. Personalmente siempre he estado en contra, pero quiero debatirlo. Es un debate imprescindible». Son palabras del comisario europeo de asuntos económicos, el español Joaquín Almunia respecto al debate de la energía nuclear.
Éste es necesario e imprescindible ya que casi todos los gobiernos europeos, como los de Tony Blair, Angela Merkel, Chirac,…, lo están planteando a los partidos políticos y que por supuesto llegará a España.
El debate no debe centrarse en energía nuclear SI o NO, ni tampoco en que tipo de energía se apoya. Debemos plantearnos el debate en ¿Cómo solucionamos la crisis energética futura? Hasta , el debate siempre ha consistido en como aumentar la oferta energética, pero la gran cuestión es como se debe disminuir la demanda a través de la responsabilidad y la sostenibilidad económica y ecológica, es hacer más con menos.
¿Habrá crisis energética?
La respuesta es SI, siguiendo el modelo económico actual de desarrollo la crisis se irá agravando lentamente llegando a su cenit dentro de veinte o veinticinco años. Un modelo económico que cada día consume más energía, con la llegada de una serie de países emergentes como China, India, Brasil, Méjico….., que tienen una demografía altísima y con un desarrollo progresivo llevará a una demanda cada vez mayor. Se prevé que ésta crecerá a nivel mundial en los próximos veinte años en un 60%.
Como vemos el debate nuclear está lanzado en Europa y corremos el riesgo de que este se quedé en los ámbitos políticos no habiendo un debate real en la sociedad. Veamos cual es la situación energética europea. La composición es la siguiente:
Combustibles sólidos (carbón…)………………………………………………………….. 18 %
Energías renovables…………………………………………………………………………… 6 %
Energía nuclear………………………………………………………………………………….. 15 %
Gas…………………………………………………………………………………………………… 24 %
Petróleo…………………………………………………………………………………………….. 37 %
El nivel de dependencia del exterior, en el año 2003, era del 49,5% y siendo por sectores: en sólidos del 35,4%, en petróleo del 76,6 % y en gas del 53%.
La previsión de la dependencia para el año 2030, será del 65%. En el uso del petróleo y gas, ésta crecerá hasta el 94% y el 84% respectivamente.
Esta claro que la Unión Europea tiene un problema energético muy importante. El comisario de la Energía, Andris Piebals dice: «se requiere una política energética que asegure la competencia, la sostenibilidad y el aprovisionamiento». Destaca «la creciente importancia de mejorar la eficiencia energética, que puede permitir un ahorro del 20% del consumo total en el año 2020». El objetivo prioritario es que la Unión Europea se dote de una política energética común.
El problema que se nos plantea es ¿quién diseñará está política energética y con que parámetros?
Ya estamos asistiendo a que los lobbies empresariales europeos y norteamericanos pro-nucleares, con sus agentes políticos entre los que destaca la española, Loyola de Palacios (PP), presionando a los gobiernos y a la Comisión Europea para que la energía nuclear vuelva a tomar todo su protagonismo. Se están jugando muchas decenas de miles de millones de euros, pues intuyen un gran negocio a la vista. La pregunta es ¿Europa quiere y necesita la energía nuclear? Vayamos por partes.
Si realmente la energía nuclear fuera la alternativa ¿Qué nos digan cuantas centrales nucleares son necesarias construir en Europa y en España para resolver la independencia energética? y ¿Dónde van a colocarlas? Así, podremos ver si eso nos interesa o no. Desde luego si dieran ese dato nos asombrarían y veríamos ilógico aquello que nos proponen.
Según la encuesta presentada, el 24 de enero de 2006, por Andrís Piebalgs, sólo el 12% de los ciudadanos europeos considera que la energía nuclear puede ser la solución a la dependencia energética de la Unión Europea. Esto quiere decir, que el 88% de ésta no ve en la energía nuclear nuestro futuro. El 23% de los europeos plantean que debe establecerse una legislación específica para reducir la dependencia del petróleo. Las energías favoritas de los europeos son la energía solar y la eólica.
¿Sabrán los políticos europeos interpretar estos resultados? Esa es mi duda. Está claro que las multinacionales que viven de la energía nuclear utilizarán todo su potencial para que no se les escape un negocio tan apetitoso.
Actualmente, la situación nuclear en Europa es muy diferente, según sea el país a analizar. Austria e Italia no tienen centrales nucleares. Alemania, Bélgica, España tienen una moratoria nuclear en vigor. Francia, Finlandia apuestan por está fuente energética y el Reino Unido es posible que se replanteé la vuelta a ésta.
El país más nuclearizado es Francia, donde sus nucleares producen el 80% de la energía eléctrica que consume este país. En París, el presidente Jacques Chirac anunció que se aprobaría una nueva generación de centrales nucleares que deberán estar en funcionamiento para el año 2020. Según Chirac «Francia debería preservar el avance en el poder nuclear. Numerosos países están ya trabajando en la nueva generación de reactores nucleares que deberían estar en funcionamiento en2030/2040 y que deberían producir menos desechos nucleares y optimizar el uso de materiales fisionables».
Como vemos, lo que están planteando los gobiernos es que debemos potenciar la industria nuclear europea para así depender menos de la tecnología norteamericana. En este sentido son esclarecedoras las palabras del eurodiputado español del Partido Popular, Alex Vidal Cuadras: «Los números indican que si Europa prescinde de la energía nuclear de fisión no podrá producir suficiente electricidad para sus necesidades……. Hay que pensar en una cuarta generación de centrales nucleares más compactas, más pequeñas, más seguras y más baratas……, hay que pensar en un reactor europeo, pues, si somos líderes en eficiencia energética, podremos exportar a los países emergentes». Como vemos, la cuestión está clara.
Nadie en la Unión Europea nos habla del uranio, ni de seguridad, ni de residuos. Para ponernos el caramelo si nos hablan del Protocolo de Kyoto, pues así según ellos dejaríamos de contaminar la atmósfera, pero no nos hablan de la contaminación de la tierra que ellos originan ni de las enfermedades que provocan.
Tres son los aspectos preocupantes de la energía nuclear: la seguridad de los rectores, el almacenamiento de los residuos radiactivos y la disponibilidad del uranio en el futuro.
Hablemos de la seguridad nuclear. ¿Son seguras las centrales nucleares? La respuesta es NO. Se han producido innumerables problemas y accidentes de pequeña importancia y dos grandes catástrofes, Three Mills y Chernobil. En pleno debate nuclear la IAEA que dirige Mohamed el Baradei (recientemente premio Nobel de la Paz) intenta minimizar las consecuencias de la explosión de Chernobil, valorando el número de muertos en seis. Las fuentes independientes hablan ya de más de cien mil muertos como consecuencia de los cánceres que ha provocado en toda la zona por la radiación.
La IAEA fue creada a finales de la década de los cincuenta por la ONU, su objetivo era prevenir la expansión de las armas nucleares y promocionar la utilización pacífica de la energía atómica; dos objetivos contradictorios entre sí. La realidad es que ha venido sirviendo a la industria más que a la población. Nos dirán que la energía nuclear está controlada por este organismo muy exigente con la seguridad. Esto no es cierto, como estamos viendo defendiendo más los intereses privados y aminorando de forma irresponsables los problemas que genera.
El propio Consejo de Seguridad Nuclear español ha primado la sumisión a las empresas privadas antes que el servicio a la sociedad española, sirva como pequeño ejemplo, Vandellós II (Tarragona) que autorizó, en julio de 2005, su funcionamiento cuando sabía que la reparación estaba mal hecha, pudiendo provocar una catástrofe. En Francia, los inspectores nucleares admitieron, en diciembre de 2005, que 34 de las 58 instalaciones nucleares del país padecen defectos de diseño en las bombas de refrigeración que se supone debe activarse en caso de accidente. La agencia nuclear francesa no ha hecho nada en estos 34 reactores nucleares. ¿Podemos fiarnos de estas instituciones?
El segundo gran problema es el del almacenamiento de los residuos que generan las centrales nucleares. Los generadores nucleares dejan el 95% de la energía fisionable en el material combustible. Estos enormes desechos serán radiactivos por miles de años, representando un riesgo incalculable para la salud humana y el medio ambiente y todavía nadie ha encontrado un lugar apropiado y una forma segura de deshacerse de ellos.
Los efectos de los residuos nucleares son claros, el plutonio 239 (24.400 años de actividad), el Neptuno (2.130.000 años), el plutonio 240 (6.600 años). Se imaginan que si ahora ya hay problemas con ellos ¿Qué pasaría si aumentará el parque actual de centrales nucleares? Se trata de una peligrosa herencia que dejamos a las generaciones futuras a cambio sólo de la obtención de una pequeña fracción de la energía que consumimos.
El tercer gran problema es el uranio. ¿Existen fuentes seguras de uranio? ¿Tenemos uranio en Europa para ser independientes? La respuesta es NO, si aumenta la demanda de uranio como consecuencia del mantenimiento o expansión de la energía nuclear puede llevarnos al callejón sin salida por no tenerlo. Se calcula que si aumenta la demanda de uranio para el año 2020, escaseará. Además, Europa necesitará importarlo.
Después de leer todo esto, está claro el NO a la energía nuclear, pero la crisis energética está ahí ¿Qué hacer?
En primer lugar, ahorrar es la palabra clave. Hemos visto como se puede ahorrar el 20% de la energía que la UE consume y si vamos a España ese porcentaje puede ir al 30% debido a nuestra ineficiencia energética. Lo que se pretende con este ahorro es hacer más con menos energía, es decir buscar la mayor eficiencia energética. Debe pagarse más caro cuando los consumos son excesivos porque provocaría ahorros importantes.
En segundo lugar, aumentar las energías alternativas, pudiéndose llegar en quince años, al 12% del total a consumir por la Unión Europea. En España podemos llegar al 15% del consumo.
Debe trabajarse en un nuevo horizonte energético, siendo el hidrógeno el futuro en una perspectiva de veinte años. Deben producirse fuertes inversiones en I+D, pues nos darán soluciones energéticas futuras. Lo mismo sucede con la energía solar.
La energía nuclear no es la solución y no debe serla. ¿Quiere Vd. Que en su pueblo o ciudad se instale una central nuclear? ¿Qué opinaría por ejemplo de los romanos, si en vez de dejarnos su lengua, su cultura, sus restos arqueológicos, su historia, nos hubieran dejado depósitos nucleares, cuyas consecuencias seguirían afectando a nuestra salud?
Desde luego, que me reafirmo en el NO a la energía nuclear, donde los de siempre intentan sacar un beneficio económico, sin importarles nada más. Está claro, que debemos cambiar YA el modelo económico actual por uno sostenible medioambiental y socialmente basado en la justicia y la igualdad.