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Testimonio de Fayrouz recogido por teléfono por ISM Francia/Suiza 20 de febrero 2006, 18h 15.

Naplus : ¡Tenemos miedo!

Fuentes: ism-suisse.org

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

¿Dónde está el mundo cuando los soldados israelíes ejecutan a unos jóvenes con toda tranquilidad? ¿Dónde están los defensores de los derechos humanos? ¿Dónde están las asociaciones que dicen defender la causa de los palestinos? Testimonio de Fayrouz, estudiante de la universidad de Naplus gracias a la ayuda de varias personas y que vive en el campo de refugiados de Balata en la Palestina ocupada militarmente.



Desde hace dos días el ejercito israelí invade el campo de Balata, pero hoy es peor que ayer.

Los soldados dicen que están buscando a diez personas. Hay tanques, jeeps, soldados, por todas partes.

Disparan contra nosotros si salimos a la calle. Han tirado una granada lacrimógena dentro de una ambulancia que transportaba a un herido.

Cae la noche, tenemos mucho miedo a causa de esta noche .

Acabamos de saber por un vecino que en los alrededores del campo unos combatientes han abatido un avión sin piloto.

En Balata no hay combatientes. Solo ancianos, mujeres y niños completamente aterrorizados.

Una mujer intenta hacer fotos, pero es difícil: no se puede salir de las casas; ni siquiera los enfermeros pueden entrar en el campo completamente controlado por los soldados. Se obliga a las ambulancias a permanecer fuera de Balata.

Los soldados impiden a los heridos llegar a las ambulancias. Hay al menos 40 heridos y cuatro muertos desde ayer. Se trata de niños y adolescentes que no estaban ni armados ni en posición de defenderse. Se trata de ejecuciones sumarias.

Entre los heridos también se encuentra mi hermano Ahmed, de 14 años.

Ayer vi a los soldados dar patadas a los heridos e impedir que las ambulancias les prestaran ayuda. Vi a una madre gritando al lado de su hijo herido y como los soldados impedían que se le ayudara.

Desde mi casa vi a un chico de unos 16 años herido en el pecho, caído en el suelo y que sangraba mucho. Los soldados le empezaron a pegar.

Había salido a comprar leche. Permaneció más de dos horas en la calle en medio de su propia sangre.

Los soldados lo insultaban con sus altavoces y pusieron música, música de una película estadounidense [no se entiende el título]. El chico lloraba aterrorizado.

En aquel momento oí el ruido de los motores de los jeeps que pasaba a toda velocidad. Desde este mediodía hay cinco jeeps permanentemente apostados a la puerta de nuestra casa. No sé cuántos hay en otras partes del campo.

Oigo al muezzin en la mezquita. Está pidiendo al mundo entero que ayude y apoye al campo. Sabemos que, como de costumbre, nadie le escuchará.

En Naplus, temprano esta mañana, cuando todavía era de noche, los soldados israelíes han ejecutado a un joven [no se entiende su nombre]. Los soldados lo han sacado de su casa, le han puesto contra una pared y le han disparado; lo han ejecutado cuando no estaba armado ni era agresivo.

Estoy muy impresionada. Ayer tiraron bombas sobre nuestra casa; ya no quedan cristales en las ventanas. Durante todo el día de ayer estuvieron tirando bombas ensordecedoras y lacrimógenas. Eso nos enloquece.

El ruido resuena en nuestros oídos incluso cuando cesa momentáneamente. Me duelen los oídos; todo el rato oigo su zumbido.

No podemos dormir.

Estamos veinte personas apiñadas en una misma habitación con mis primitos, mi hermana y Omar, el único hermano que nos queda porque dos de ellos están en la cárcel y otro en un hospital, y mi madre está enferma. (El padre de Fayrouz fue asesinado por los soldados israelíes en 1994).

Me acaban de decir que dos casas más abajo acaban de herir gravemente a un chico. Los soldados están gritando a su familia que evacue la casa, que salgan a la calle.

Hoy ha entrado en el campo el bulldozer que los soldados israelíes utilizan para derruir las casas. Ya han sido arrasadas dos casas. El bulldozer sigue en el campo.

Hace mucho frío, hay muchísimos soldados que ocupan las casas de varias familias que están apiñadas y encerradas en una de las habitaciones.

Tenemos miedo. [Se corta la llamada]

http://www.ism-suisse.org/news/article.php?id=4328 <http://www.ism-suisse.org/news/article.php?id=4328&type=temoignage&lesujet=