Arriba: Las apisonadoras de la Ocupación acaban con los sueños y la estabilidad. Las apisonadoras de la Ocupación despertaron en Shuqba, al oeste de Ramallah, a Abed El Aziz Fakhry Odaah, destruyendo los sueños de la familia de su hijo y dejando su futuro a ras de suelo. Las diferentes estrategias de la Ocupación […]
Arriba: Las apisonadoras de la Ocupación acaban con los sueños y la estabilidad. |
Las apisonadoras de la Ocupación despertaron en Shuqba, al oeste de Ramallah, a Abed El Aziz Fakhry Odaah, destruyendo los sueños de la familia de su hijo y dejando su futuro a ras de suelo. Las diferentes estrategias de la Ocupación -el Muro, los asentamientos y la demolición de casas- borran la sonrisa palestina y hacen desaparecer de su vida la estabilidad con el objetivo de destruir por completo la esperanza de un futuro viable.
A las siete de la mañana, las retroexcavadoras demolieron cuatro casas en la aldea de Shuqba, bajo el pretexto de que las casas se habían construido sin permiso. Las máqunas y los vehículos militares controlaron el centro y la zona oeste de la aldea. Después de prohibir a sus habitantes llegar a este lugar, comenzó la destrucción casa a casa. Estas viviendas derribadas estaban todavía en construcción, casi listas para que las familias pudieran habitarlas. Una de ellas, perteneciente a Mustafá Mohamed Qasem, tenía 85 m2; otra, de Mohamed Abed Aziz Fakir, medía 150 m2; y la de Fakir Abed Aziz y Najeh Ali Hasan tenía 130 m2.
A las siete de la mañana, las retroexcavadoras demolieron cuatro casas en la aldea de Shuqba, bajo el pretexto de que las casas se habían construido sin permiso. Las máqunas y los vehículos militares controlaron el centro y la zona oeste de la aldea. Después de prohibir a sus habitantes llegar a este lugar, comenzó la destrucción casa a casa. Estas viviendas derribadas estaban todavía en construcción, casi listas para que las familias pudieran habitarlas. Una de ellas, perteneciente a Mustafá Mohamed Qasem, tenía 85 m2; otra, de Mohamed Abed Aziz Fakir, medía 150 m2; y la de Fakir Abed Aziz y Najeh Ali Hasan tenía 130 m2.
Arriba: Fábrica de cemento en Shuqba que se derribará. |
Los pobladores corrieron a defender las viviendas y detener a las retroexcavadoras. Se produjeron enfrentamientos y los soldados atacaron a la población con gas y bombas de ruido. Diez casas más del mismo lado oeste de la aldea están en la lista de próximas demoliciones, así como también la fábrica de cemento del pueblo que proporciona los materiales para la construcción. El uso de «permisos» es un componente clave del método con que la Ocupación intenta legitimar hacia el mundo exterior la opresión y la expulsión de la población palestina. Mientras los habitantes de Shuqba, al igual que los de otras aldeas palestinas, no pueden obtener «permiso» de construcción de viviendas, esta zona oeste del pueblo es el último espacio disponible para la posible expansión. La aldea ha quedado ya limitada al sur y al este por los asentamientos de Na’ale y Nili y las consiguientes carreteras exclusivas para colonos, además del Muro situado al noroeste.
Arriba: Las ruinas de una casa demolida muestran el destino de las que aún están en pie. |