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Hizbulá exige «un alto el fuego total e inmediato» para liberar a los presos

Fuentes: El Mundo

Enzarzada en una virulenta lucha contra Israel en el sur del Líbano, la guerrilla libanesa chií Hizbulá rechazó ayer cualquier solución al conflicto que no pase por un «intercambio de prisioneros». Después de que Estados Unidos, la UE y los líderes árabes fracasaran en su intento de acordar un cese de las hostilidades, Hizbulá recalcó […]

Enzarzada en una virulenta lucha contra Israel en el sur del Líbano, la guerrilla libanesa chií Hizbulá rechazó ayer cualquier solución al conflicto que no pase por un «intercambio de prisioneros». Después de que Estados Unidos, la UE y los líderes árabes fracasaran en su intento de acordar un cese de las hostilidades, Hizbulá recalcó que no aceptará otra cosa que no sea un «alto el fuego total e inmediato». Después, habrá que iniciar «negociaciones indirectas» para liberar a los presos de Hizbulá en las cárceles israelíes a cambio de la entrega de los dos soldados del Tsahal secuestrados.

El jefe del bloque parlamentario del Partido de Dios, Mohamad Raad, afirmó que «el Ejecutivo libanés se había comprometido a negociar un alto el fuego inmediato y total, así como a iniciar negociaciones indirectas para intercambiar a prisioneros». Y añadió: «Cualquier otra proposición es inaceptable».

Mientras, el líder de Hizbulá, el jeque Hasan Nasrala, anunció ayer que el conflicto ha entrado en una «nueva fase» y prometió alcanzar el corazón de Israel con sus cohetes katiusha. «Estamos entrando en una nueva fase de la confrontación. La fase de golpear más allá de Haifa», dijo Nasrala, ayer, en un discurso televisado.

El líder del Partido de Dios aprovechó su intervención para negar que el Ejército israelí haya ocupado la localidad fronteriza de Bint Jebel, un bastión de Hizbulá. «[Israel] no controla Bint Jebel. La ciudad está aún en manos de la resistencia», afirmó mientras llamaba a su pueblo a permanecer «unido en estos días decisivos».

Un nuevo orden

La lectura que Nasrala hace de la ofensiva israelí es que se trata de una cruzada contra Hizbulá para poner el Líbano bajo control de EEUU e Israel, potencias que desean «imponer un nuevo orden en Oriente Próximo» en el que controlen la región y sus recursos. El jeque criticó las últimas giras de los diplomáticos internacionales, que «no han traído ni soluciones ni arreglos», según su opinión. Aunque concedió: «No aceptaremos condiciones humillantes, pero estamos abiertos a discusiones políticas».

Otro Nasrala, esta vez cristiano, también habló de soluciones «radicales» para el Líbano. El jefe de la Iglesia maronita del país mediterráneo, el cardenal Nasrala Sfeir, pidió ayer un acuerdo que incluya el desarme de Hizbulá. «La solución al problema debe ser radical. El Gobierno es muy débil para poder tomar la iniciativa de desarmar a Hizbulá. Por eso, la ONU debe encontrar un medio de encargarse de esta misión», subrayó. «Las armas deben estar en manos del Ejército regular», concluyó Sfeir. Una idea que rechaza Hizbulá.