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Fidel Castro, «estable» y evoluciona «favorablemente», según La Habana

Fuentes: La Jornada

La dirigencia cubana anunció que Fidel Castro se mantiene «estable» desde que fue operado de una crisis intestinal esta semana y que evoluciona «favorablemente». El líder del Parlamento, Ricardo Alarcón, dijo a la televisión cubana, en una entrevista difundida hoy, que Castro «sigue estable y está cumpliendo con su deber, el más importante: descansar para […]

La dirigencia cubana anunció que Fidel Castro se mantiene «estable» desde que fue operado de una crisis intestinal esta semana y que evoluciona «favorablemente».

El líder del Parlamento, Ricardo Alarcón, dijo a la televisión cubana, en una entrevista difundida hoy, que Castro «sigue estable y está cumpliendo con su deber, el más importante: descansar para recuperarse lo antes posible».

Alarcón agregó, en entrevista con la agencia Afp, que no existe un «vacío de poder» en la isla y dijo que si Raúl Castro, hermano del presidente, en quien se delegó el poder, no aparece en público es porque «no es una vedette«.

«Yo pregunto: ¿dónde está Dick Cheney? Porque el presidente (de Estados Unidos) está como siempre de vacaciones. ¿Quién ha dicho que para que un país esté en orden y marche bien la persona que asume la presidencia debe salir a hacerle gracia a la prensa?», añadió.

En Bolivia, el vicepresidente Carlos Lage señaló que Castro se halla «estable y evoluciona favorablemente», mientras que el ministro de Salud, José Ramón Balaguer, manifestó el viernes en Guatemala que el mandatario «se recupera satisfactoriamente».

Los tres dirigentes son integrantes del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y sus reportes actualizan la situación de Castro, quien anunció el lunes último la cesión de sus funciones a su hermano Raúl, en vista de una crisis intestinal que lo llevó a la sala de operaciones.

Las giras de Lage y Balaguer son señales de que el gobierno de La Habana desarrolla sus tareas sin alteraciones por el traslado provisional del mando.

En un comunicado, el martes anterior, Fidel Castro reconoció que La Habana considera su salud como un secreto de Estado, y por lo tanto evitará partes periódicos sobre su evolución.

Alarcón dijo que Castro «es tan trabajador que a la pocas horas de sufrir una operación quirúrgica complicada, difícil, se tomó el trabajo para, de su puño y letra, redactar una proclama que asegure no sólo lo normal, que es el remplazo provisional de sus funciones como presidente, sino de tareas concretas».

El líder parlamentario ratificó así una declaración previa de que la proclama al pueblo, emitida por Castro a las 18:22 del pasado lunes, que precisa el traspaso de poderes, fue elaborada después de la operación quirúrgica.

Alerta y mensajes

Como reflejo de la nueva situación que vive el país, persiste la movilización de reservistas, la vigilancia reforzada de los Comités de Defensa de la Revolución y el despliegue policial en las principales calles.

En los medios informativos el tono predominante ha cambiado. Ya no está en el primer plano la réplica a una intervención de Estados Unidos, sino la expresión de deseos por la recuperación del líder de la revolución.

Granma publicó hoy mensajes de ese tipo de artistas y de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, mientras que la televisión difundió salutaciones desde el extranjero por la recuperación del dirigente.

El cantautor Pablo Milanés, al dirigirse a Castro, escribió que estará de gira. «Te prometo representarte a ti y al pueblo cubano como merece este momento: con unidad y coraje ante cualquier amenaza o provocación».

Por su parte, Silvio Rodríguez comentó: «Le regalo todo lo que pueda regalarle, quizás hasta un poquito más que mi música. Le regalo hasta mi persona».

Hoy fue 5 de agosto, aniversario de los disturbios que estallaron en el verano de 1994 en la parte vieja de la capital y en el malecón que serpentea sobre el mar Caribe. Aquel momento fue uno de los peores de la crisis que siguió a la caída del Muro de Berlín. Los cubanos le llamaron entonces el «periodo especial».

Durante el día fue notorio el aumento del patrullaje por la zona. Esta noche, el malecón de La Habana burbujea de concurrencia. Agolpados sobre la bardita que separa el asfalto del estallido de las olas, cientos de jóvenes cubanos conversan o cantan. Algunos beben cerveza.

Muchos de ellos quizás no sabían leer ni escribir cuando aquellos desórdenes desembocaron en la crisis de los balseros, la cuarta gran oleada migratoria hacia Estados Unidos desde el triunfo de la revolución.

Escenario previsto

El escenario de una crisis de salud que impidiera a Castro ejercer sus funciones, aunque se mantuviera con vida, fue anticipado sutilmente por el propio mandatario en varias ocasiones en público.

Cuando asumió el cargo de presidente del Consejo de Estado en su actual ejercicio, el 6 de marzo de 2003, confirmó su disposición a gobernar hasta su muerte, «mientras tenga conciencia de que pueda ser útil y si antes no lo decide la propia naturaleza».

El 17 de noviembre de 2005 explicaba en la Universidad de La Habana algunos pormenores del accidente en que se fracturó una rodilla y un hombro. Contó que de haber sido necesario se hubiera dirigido al PCC para decir: «Miren, no me siento en condiciones de hacer algo…»

Más recientemente, el 16 de mayo de 2006, hablaba en la presentación del libro biográfico que le hizo el escritor hispano-francés Ignacio Ramonet, cuando ofreció mantenerse en sus puestos hasta el límite de sus fuerzas o de «los años útiles» de que disponga.

Apenas horas antes de su actual crisis de salud, el pasado 26 de julio, en medio de un sarcasmo sobre si podría gobernar hasta la edad de cien años, repitió su voluntad de entregar todo su esfuerzo a sus tareas «mientras tenga uso de razón».

A Ramonet le respondió en el libro: «Si tú piensas que no estás en condiciones de cumplir el deber, dices: ‘Me está ocurriendo esto, por favor, alguien que asuma el mando; yo no puedo en estas circunstancias’. Si voy a morir, muero. Si no muero y recobro las facultades, vuelvo a asumir mis funciones. Me apartaría si me demuestran que sería lo mejor y lo más útil; o que hago daño».