Un nuevo complot contra Cuba en el seno de la Unión Europea (UE) planean algunos países miembros del ahora llamado Grupo de los 27, cuyos gobiernos son bien conocidos por su sumisión a Estados Unidos, y su frustrada obsesión por destruir la Revolución en la isla caribeña, según revelaciones periodísticas. La más reciente patraña, liderada […]
Un nuevo complot contra Cuba en el seno de la Unión Europea (UE) planean algunos países miembros del ahora llamado Grupo de los 27, cuyos gobiernos son bien conocidos por su sumisión a Estados Unidos, y su frustrada obsesión por destruir la Revolución en la isla caribeña, según revelaciones periodísticas.
La más reciente patraña, liderada por Republica Checa y secundada por Polonia, Eslovaquia, Hungría, Lituania y Eslovenia, todos incluidos en los denominados estados «conversos» de Europa del Este, pretende materializar el deseo del actual régimen norteamericano de lograr una «agenda común» Washington-UE dirigida a socavar la independencia y la soberanía del pueblo cubano.
El plan protagonizado por el también llamado «Grupo de amigos de Cuba democrática», organizado y bajo las ordenes expresas de la Casa Blanca, consiste en conseguir que el Viejo Continente haga suyo lo que se ha dado en llamar «estrategia a mediano y largo plazo» hacia la mayor de las Antillas.
Traducido al buen castellano la intención de los «conversos» es que la UE asuma nuevamente una conducta injerencista con respecto a Cuba, y se sume definitivamente al añejado propósito de Washington de derrocar al legítimo gobierno cubano, despreciando la soberanía y la independencia de la nación latinoamericana.
La eventual adopción por la UE de otro complot, fabricado y alentado de manera encubierta desde el pasado año por el régimen del mandatario George W. Bush , sin duda alguna afectaría aún mas los intereses bilaterales de los estados europeos con Cuba, y a los propios ciudadanos de esos países que desean relaciones normales con la isla caribeña.
Precisamente los vínculos entre las naciones de la UE y Cuba se han visto dañados en los últimos años por macabros proyectos similares «Made in USA», como la denominada Posición Común, aplicada desde hace más de una década por la organización comunitaria, y las sanciones que a partir de junio de 2003 impuso a la nación latinoamericana, y que en la actualidad solo están suspendidas temporalmente.
Fue Estados Unidos el que por mediación del derechista y pronorteamericano ex presidente del gobierno español José María Aznar arrastró a la UE a adoptar en 1996 la Posición Común hacia Cuba, que mantiene al Viejo Continente en la actualidad en un oscuro callejón, del cual no ha podido ni ha hecho poco por salir.
Esa postura hipócrita y selectiva de la UE con respecto a Cuba, contrasta con su conducta evasiva o de silencio frente a las torturas y vejaciones que sufren cotidianamente centenares de personas ilegalmente detenidas en las prisiones que mantiene Estados Unidos en Guantánamo, y otros desconocidos lugares de este mundo.
Tampoco la UE se ha pronunciado enérgicamente ante el los vuelos secretos y las cárceles clandestinas que en territorio europeo se permiten a la norteamericana Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Hasta hoy la UE ha venido demostrando incapacidad para formular una política propia e independiente hacia Cuba, lo cual se evidenciaría una vez más si permite que países satélites de Estados Unidos, como Republica Checa, impongan los designios de Washington en la organización regional.