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El Banco Mundial y el robo genético del maíz criollo en Honduras

Fuentes: Ecoportal.net

En días recientes salió a luz pública un artículo de la periodista Pila Ho(1), en el cual se hace el señalamiento de como la sociedad civil quedó fuera de la estructura del Marco Nacional de Seguridad de Biotecnología (MNSB), ya que la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA) optó por eliminar la figura del Consejo Consultivo […]

En días recientes salió a luz pública un artículo de la periodista Pila Ho(1), en el cual se hace el señalamiento de como la sociedad civil quedó fuera de la estructura del Marco Nacional de Seguridad de Biotecnología (MNSB), ya que la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA) optó por eliminar la figura del Consejo Consultivo que estaría integrado por miembros de diferentes sectores de la llamada sociedad civil, que jugarían un papel como ente asesor sobre los aspectos económicos, sociales y ambientales relacionados con la aplicación de la biotecnología en Honduras.

SERNA pretende mantener la Comisión Nacional sobre Biotecnología, como un órgano desconcentrado que incluirá a las autoridades competentes como la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), la Secretaria de Salud y la misma SERNA, también incluirá dicha Comisión a la Escuela Agrícola Panamericana «El Zamorano» y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Al mismo tiempo se incluirán a un grupo asesor de científicos, integrado por un grupo de expertos en la materia, quienes serán responsables de la evaluación y gestión de riesgo.

El abogado Carlos Midence señaló que se eliminó la figura del Consejo Consultivo compuesto por un arco iris de organizaciones ambientales, sector campesino, federaciones indígenas y miembros de la academia, porque «no se querían dejar espacios en los cuales participaran grupos opuestos al desarrollo de la biotecnología en el país, que pudieran provocar obstáculos a los procesos».

El Fondo Mundial del Medio Ambiente (FMAM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) son los promotores del MNSB, proyecto que comenzaron a instigar en Honduras en el año 2002, financiado por el GEF (Fondo Global para el Medio Ambiente) institución afiliada al Banco Mundial B.M. El GEF ha venido ejerciendo presiones en América Latina, Asia y África para sentar marcos jurídicos relacionados con la bioseguridad a favor de legitimar la introducción de cultivos transgénicos en sus centros de origen.

Las pretensiones del GEF de capacitar a los gobiernos locales en el manejo de la contaminación transgénicas que pueda darse como resultado de la introducción de dichas variedades en su centro de origen, además del manejo de la opinión pública crítica de la erosión genética y las posibles consecuencias en materia de salud, se convierten en una forma directa de intervención y manipulación de la opinión pública.

Honduras forma parte del centro de origen del maíz y su cultivo es de particular importancia para la economía campesina e indígena, y hasta la fecha no se han tomado las medidas precautorias para evitar la contaminación que pueda darse a través de la polinización abierta. Existe como ejemplo documentado de esa erosión genética el caso de México, donde se han detectado en varias partes de ese país situaciones de hibridización de especies nativas con variedades transgénicas.

Aducen, con una enorme prepotencia, los científicos que se han incorporado a los batallones de las transnacionales farmacéuticas, que la biotecnología salvará a la humanidad del fantasma del hambre, pero en el trasfondo existe una campaña de las multinacionales para apoderarse de la cadena alimenticia.

Mientras tanto que se pretende formular un Marco Nacional sobre Bioseguridad para Honduras, la erosión genética del maíz continúa de forma acelerada. No faltan los científicos «expertos» en biotecnología que desacreditan cualquier tipo de objeción a las pretensiones de Monsanto y otras multinacionales farmacéuticas, de invadir el país con semillas transgénicas, las cuales ambicionan que sus patentes sobre las variedades de semillas transgénicas les generen pingues beneficios.

Parece ser que los científicos y burócratas asociados a SERNA han olvidado, como los pueblos indígenas de mesoamérica fueron los que domesticaron el teocintle a través de cientos de años, para así lograr la obtención del maíz. Las innovaciones en el teocintle que realizaron los estos pueblos nunca han sido objeto de patentes o régimen similar, al contrario ha sido parte del conocimiento tradicional de los mismos que se ha compartido con toda la humanidad.

El peligro que involucra la introducción de semillas transgénicas al país, pone en grave riesgo el conocimiento tradicional de los pueblos Lenca, Tolupanes y Maya-Chortí, los cuales se circunscriben en las culturas del maíz. La erosión genética asociada con las semillas transgénicas es una violación del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) en su artículo 8j (2) y 10c (3), y es indudable que las autoridades nacionales deben tomar cartas en el asunto, para evitar infringir un Convenio Internacional que ha sido firmado y ratificado por el Estado de Honduras.

Uno de los mayores desastres de la biotecnología ha sido la contaminación de la cosecha de arroz de los Estado Unidos en el 2006, la que hasta la fecha no se ha podido determinar como sucedió. El arroz Liberty Link de Bayer LL602, prohibido para el consumo humano, apareció en embarques de arroz de grano largo destinados a la Unión Europea, al igual que en Costa Rica, Nicaragua y México. Greenpeace tiene a la disposición del público una página en la Internet (4), donde se le da seguimiento a los múltiples casos de contaminación transgénica en el planeta.

Desafortunadamente la información sobre transgénicos no se ha socializado en Honduras, tal como lo requiere la importancia del tema. Al mismo tiempo que no existe una voluntad política para ratificar el Protocolo de Cartagena (Bioseguridad). Este no es perfecto, pero ofrece un marco jurídico para responder a las presiones del PNUMA-GEF y sus mandaderos locales en SERNA.

El robo genético de las variedades criollas del país, se convierte en una estafa más a los pueblos indígenas y comunidades locales de Honduras y el mundo. Es crucial dar una respuesta desde el ámbito cultural, político y jurídico a las presiones de las multinacionales farmacéuticas, las que son motivadas por la ambición económica; y sotierran el altruismo de los pueblos indígenas, los que nunca han reclamado patente alguna sobre un tesoro alimenticio que forma parte de su conocimiento tradicional.

Dado en la Ceiba, el 20 de agosto de 2007

OFRANEH
Organización Fraternal Negra Hondureña

Notas:

(1) http://www.conexihon.com/home/edicion82/t_sociedad-2.html

(2) Artículo 8j del CDB: «con arreglo a su legislación nacional, respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las innovaciones y practicas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica y promoverá su aplicación más amplia, con la aprobación y la participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los beneficios derivados de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas se compartan equitativamente.

(3) Protegerá y alentará la utilización consuetudinaria de los recursos biológicos, de conformidad con las prácticas culturales tradicionales que sean compatibles con las exigencias de la conservación o de la utilización sostenible.

(4) http://www.gmcontaminationregister.org/